Mateo
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MARATÓN 2/?
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Salí del baño, bufando como siempre porque me tenía que despertar temprano para al colegio, por suerte hoy era el último día antes de las vacaciones de invierno. Se acercaba boludear y dormir todo el dia.
Me fui a la cocina directamente y miré de reojo todo lo que se encontraba en la mesada, que eran un montón de papeles. Me acerqué a prender la luz y como pude, con el sueño que tenía, agarré uno de ellos y abrí como pude los ojos.
Mi corazón comenzó a acelerarse al ver que, el primer papel que agarré, se trataba de una deuda que tenía mi mamá. Agarré los otros con la esperanza que sean de una cosa totalmente distinta, pero papel que agarraba, era deuda tras deuda. Al principio me calenté, sabía que ella sola no podía pagar todo esto, así que dejé todo como estaba y me puse a pensar un poco, pero no se me ocurría nada, por ende me desespere.
Mi mamá no se encontraba en casa porque se fue a trabajar, decidió que iba a hacer dos turnos en su laburo, no me parecía justo pero con el sueldo mínimo le alcanzaba para comprar comida. Dejé de pensar en todo y me apuré porque ya estaba llegando tarde, agarré una manzana que encontré por ahí y también mi mochila que me esperaba en el sillón del living; también saqué una campera del perchero y me la puse lo más rápido que pude.
Salí de mi casa sin hacer mucho ruido ya que mi hermano seguía durmiendo, mi viejo lo iba a venir a despertar y de paso poner un poco más de seguridad. Saqué la bicicleta que estaba enganchada a una baranda de metal situada en frente de mi casa y emprendí viaje a la cárcel. Todavía me quedaba quinto año, doble tiro.
Después de unos quince minutos de corrido, llegué a la institución y en la puerta pude ver a mis amigos hablando con Martín, cosa que me pareció extraña porque no se estaban cagando a piñas. Dejé la bicicleta enganchada a un poste de luz sin despegar mis ojos de la situación que estaba viendo.
—Ah, ahí llegó el otro turro.— dice Martín al percatarse de mi existencia a la par que me acercaba a la ronda.
—¿Qué pasa?— pregunté y Valentín, con su mano, me hizo seña que me vaya.
—¿Así que ahora sos más pobre de lo que ya eras?— rió el morocho, yo frunci el ceño.— Digo porque te afanaron de todo...
—¿Y vos cómo sabés eso?— interrumpí, pero el morocho no dijo ninguna palabra.— ¿Se lo dijeron ustedes?— miré a mis amigos y todos negaron.
—Si ni se puede hablar con este simio.— acotó Manuel apoyándose en la puerta que daba al interior del colegio.
—Te pregunté cómo sabias eso, flaco.— insistí comenzando a preocuparme.
—¿Y a vos qué verga te importa si me lo cuentan o no? Al final es verdad.— hizo montón con la mano, hasta que yo lo agarré de la remera desprevenido y lo llevé contra la pared, asustando a Martín.— Pará...
—¡Te pregunté algo, Martín!— grité, y mis amigos se quedaron mirando la escena sin decir ni una palabra.
—Te estoy diciendo que no sé.— dijo como pudo.
—¿Vos te pensás que soy tarado yo?— interrogue entre dientes, el morocho negó.
—Tarado no, lo siguiente a...— interrumpí lo que decía metiendo un puño con su abdomen.
—Yo me llego a enterar que vos tuviste algo que ver con eso y te juro que te mato, no te estoy jodiendo.
—Sos de cuarta, los giles como vos quieren solucionar todo a los golpes.— rió sarcástico, en ese entonces Daniel ya nos quiso ir separando.— Pero quedate tranquilo que esos mismos giles se van difectito en cana.
—Dejalo, Mateo.— susurró el rubio.
—Dejalo las pelotas, Daniel.— me quejé.— Vos estás buscando unas cuantas piñas para que te acomode las ideas pedorras que tenés en la cabecita.
—Claro, porque a vos te re funciona la cabeza.— me empujó esta vez él.— Yo tampoco tengo problemas en molerte a golpes, turro de mierda.
—Vos nunca tenés problemas...— me saqué la mochila y la tiré por algún lado de la esquina, a todo esto los chicos ya me tomaban a la fuerza para que no me descargue con el tincho.— Pero yo si querés te pongo unos encima.
—Te voy a matar, pelotudo.— se abalanzó hacia mi y comenzamos a molernos de una manera inmensa.
Los chicos intentaban frenarnos pero era casi imposible, porque iba y venía cada piña que se nos antojaba a ambos, yo no tenía problema en dejarlo muriendo en el hospital, pero yo tenía el presentimiento de que este chabon tuvo algo que ver, sino no le encontraba en sentido de cómo sabía todo lo que me pasaba día a día.
—¡Viejo, paren!— gritó Valentín frenando todo mientras que Manuel y Daniel me tomaban por la cintura así me separaba de él.— ¡Tomatela, Martín!
—Que se las tome tu amigo drogadicto.— acotó el morocho acomodando su remera, yo me quedé sorprendido por lo que acababa de decir.— ¿Qué pasa? ¿Vos no sabés que me sigue hablando Florencia?
—Wacho, ¿qué te hizo él para que te metas siempre en su vida?— habló el pelado.
—¡Vos no te metas que te mando de vuelta para tu jaula, orangután!— advirtió a los gritos.— Sos un falopero de mierda que encima quiere conseguir changas.
—¡Callate, hijo de puta!— interrumpí cansado.
—¡No me callo un carajo! ¡Medicate porque estás enfermo, flaco!— concluyó y agarró su mochila sin despegar sus ojos de los míos.— Y claro, fijándome del barrio que venís ya entiendo todo.— alzó las cejas y caminó para adentro del colegio.
—No le hagas caso y entremos, boludo.— restó importancia Valentín pero yo negué, agarrando también mi mochila.
—No voy a entrar.— hablé yo tapando mi nariz que comenzó a sangrar.— Ni pienso verle la cara a ese pelotudo.
—¿A dónde vas a ir?— preguntó Manuel preocupado.
—A un lado, después les hablo.— los miré de reojo y salí corriendo a buscar mi bicicleta.
Una vez que la agarré, me fui lejos. Ni siquiera yo sabía a dónde podía conseguir lo que quería conseguir, así que frene en medio del camino y saqué mi celular agitado buscando el contacto indicado.
—¿Hola?— preguntó del otro lado una voz conocida.
—Joaco, soy Mateo.— hablé igual de agitado.— ¿Seguís por Liniers?
—Wacho, tanto tiempo.— argumentó riendo.— Sigo por acá con los pibes, vendiendo un poco.
—Guardame un poco de paco, voy para allá.
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bueno mateo no pega una definitivamente pero está en mis genes hacer sufrir a los personajes principales. belen de salvador también sufre y le tocaba a mateo, pero yo se que un poco me quieren👉🏻👈🏻
perdón por subir esto un poco más tarde de lo que pensé, pero me quedé dormida jajskajskaj
pregunta del cap😁
piensan que mateo se va a meter de vuelta en el mambo de las drogas?
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dared; trueno.
FanfictionD || "La traje a La Boca y se quedó conmigo, quedó enamorada de un wacho atrevido" Donde Mateo, pibe de barrio, se enamora de la más cheta del curso y siente que su vida se desarma de a poco. 1° TEMP. COMPLETA - INICIADA EN MARZO 2020, FINALIZADA EN...