capítulo 4

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Zelda se cubrió la boca, ligeramente abierta de asombro, con sus manos. No podía creer que estuviera realmente en aquel lugar.  

_ ¿¡Esto es una biblioteca!?

Link se sentó en el sofá viejo que había al fondo de la sala.

_ No debería de sorprenderte tanto_ contestó, sonriendo_. Tú tienes una biblioteca enorme también.

_ Ya, pero esta es el doble. ¿Puedo…?

_ Tú a tu rollo.

Ella asintió y dio una vuelta por la sala.

Era una habitación amplia y luminosa debido a los tragaluz que había, cubiertos por delicados vidrios adornados con escenas que mostraban el esplendor que tuvo en el pasado el reino. Las paredes se encontraban recubiertas por estanterías de más de cuatro metros de altura. Al final de la habitación, a la izquierda, había un sofá y una butaca, dónde el joven de cabellos dorados se encontraba sentado en ese momento. Frente la butaca había una mesita pequeña y sucia debido al tiempo que había pasado acumulando polvo. Por lo que pudo distinguir bajo el manto de la edad, era de color dorado.

Zelda se acercó hacia Link y señaló hacia la derecha de él.

_ ¿Qué cubre esa sábana? Parece demasiado pequeño para ser un cuerpo- Bromeó.

Se levantó repentinamente y agarró el objeto envuelto.

_ No es nada.

_ Si no fuese nada, no habrías reaccionado así.

La joven corrió hacia él e intentó quitar la sábana del objeto. Link agarró a Zelda de la muñeca.

_ Escucha_ dijo en tono firme_ Esto es algo de lo que no me puedo librar. No te debería de incumbir.

Vio hacia ella fijamente. Zelda se ruborizó y apartó su brazo de Link.

_ No hacía falta ponerse tan borde.

Hubo un momento tenso y de hostilidad entre ambos. Se  acercó a ella le agarró la barbilla, alzándole el rostro para que le viera a los ojos.

_ Si te lo digo… ¿Dejarás de ponerte pesada?

Zelda asintió. En ese momento entró Eyzmel, rebosando mala leche.

_ ¡Con que estabas aquí, pequeño bandido! ¿Qué hacéis…?

Los dos de la sala analizaron la situación. Él estaba agarrando el rostro de Zelda, alzándole la barbilla mientras ella se encontraba ligeramente ruborizada. Link se apartó de la joven princesa, viendo hacia sus ojos azul grisáceo.

_ Estábamos hablando.

_ ¡Y una porra!- Se cruzó de brazos e hizo un gesto de negación- No es a lo que venía. Sígueme.

_ De acuerdo_ se acercó a Zelda_ Disculpa mi comportamiento, princesa.

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El joven rey vio incrédulo hacia Anker.

_  ¿Cómo es posible que la hayan raptado?

_ Pues sí, majestad. Tristemente han secuestrado a su sobrina. Prometo encontrarla cueste lo que cueste. Ella es la razón de mi ser.

El rey vio ciertamente desconfiado hacia él, pues aquellas palabras lo habían dejado confundido.

_ De acuerdo. Mandaré a los guardias para que investiguen el caso y la busquen.

trifuerza corruptaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora