Capítulo editado y mejorado
Noté como alguien sacudía levemente mi hombro y abrí los ojos poco a poco. Pensaba que solo había cerrado mis parpados por un segundo, pero al parecer había dado una pequeña cabezada sin darme cuenta.
-Tienes una especie de fantasía en la que te llevo en brazos hasta el umbral de tu puerta ¿verdad? – Aaron estaba apoyado en el coche con la puerta abierta -.
-Si alguna vez tuviese esa clase de sueño contigo, créeme estoy segura de que sería una pesadilla – dije con sarcasmo mientras salía del coche -.
-Tocado y hundido – contestó divertido -.
Por suerte había eliminado casi toda la totalidad de alcohol que había ingerido, cruce los dedos para que al acostarme en la cama la cabeza no comenzara a darme vueltas. Creía que él día de hoy ya había tenido demasiadas emociones fuertes, como para encima ganarme una resaca infernal. Cuando conseguí subir el último escalón, me precipite casi a la carrera hacía la puerta de mi apartamento.
-¡Que modales son esos! Las niñas buenas deberían dar las buenas noches – dijo con sarcasmo Aaron a mi espalda -.
-Mira por donde no soy ninguna niña buena – y añadí – espero que eso no te quite el sueño.
-Si lo que quieres es quitarme el sueño tengo un par de idea que no estarían del todo mal – susurró -.
Puse los ojos en blanco, no perdía la oportunidad de mostrar su encanto pervertido nunca.
-No estoy interesada, pero apuesto a que debes de tener una larga lista telefónica de posibles candidatas – hice una mueca -.
-Tus celos me preocupan últimamente – se burló mientras introducía su llave en la cerradura de la puerta -.
-Buenas noches Aaron – mascullé, dándole la espalda -.
-Que descanses, Elena – cerró la puerta de su apartamento tras él -.
Estúpido, idiota.
En ese momento me congele por completo, mire a mi mano donde debería estar sujetando mi bolso. ¿Acababa de perder el bolso? ¿Dónde demonios lo había dejado? No recordaba que estuviese en el coche. Repetí a toda velocidad en mi mente los pasos que había dado durante el día, en la biblioteca lo llevaba, en el restaurante recuerdo que también y en casa de Abby lo dejé colgado en el interior del armario del pasillo. Mierda.
No me podía estar pasando esto, pasee de un lado a otro del portal. Mis llaves, mi cartera realmente todo estaba metido en ese boldo. Debería llamar a Abby para preguntarle si pueden traérmelo. Sí, esa sería la mejor opción. Voy a llamarla y le diré que .... Me di un pequeño golpe en la frente.
¿Elena eres idiota? ¡Tu móvil también está en ese bolso. ! Tranquila, respira hondo esto no está pasando. No te habías quedado en la calle tirada e incomunicada, eso no era cierto. Tenía que barajar mis opciones, primero no podía ir a casa de Abby andando, ya que estaba realmente lejos de la mía, segundo dormir en el portal de casa no se veía demasiado cómodo y lo que menos necesitaba era tener que ir a un fisioterapeuta que me aliviase los dolores musculares. Solo me quedaba una cosa. Me dirigí decidida a la puerta de Aaron y toque su puerta.
Al cabo de unos minutos escuche el ruido del cerrojo y como se abría lentamente. Aaron me miraba enarcando una ceja y se apoyó en el marco de la puerta. No lleva la camiseta puesta y se encontraba vistiendo tan solo unos suaves pantalones grises de algodón. Mi ojos se centraron en su torso desnudo, y en cómo se le marcaban levemente los músculos. Mi mirada descendió poco a poco por su vientre. Representaba fielmente la imagen de un adonis, como si cada parte de su cuerpo hubiese sido esculpida por un escultor griego. No estaba preparada para esto. Me aclare la garganta.
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Mientras dure
Teen FictionQuién iba a decirle a Elena que el segundo chico que más odiaba , sí el segundo porque el primero era su ex novio o como ella cariñosamente lo llama Voldemort, en el mundo Aaron Hampson iba a terminar compartiendo clase con ella en la Universidad. S...