Capítulo 77

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Capítulo editado y mejorado

El primer día sin Aaron, lo pase tumbada en el sofá durante horas. Podía asegurar que solo me incorporaba para volver a cambiar de postura. Aquel día mantuve la mirada fija en la televisión, pero sin lograr prestarle atención a ninguno de los programas que iban saliendo en los diferentes canales entre los que zapeaba con el mando a distancia. Mi mente estaba llena de él, lo recordaba sentado a mi lado mientras veíamos juntos alguna de las distintas series a las que ambos eramos completamente adictos. Sonreí un poco cuando volvió a mi memoria el día que me enfade con Aaron por ver antes que yo un capitulo de nuestra serie favorita. Ese día fue memorable. Estuvo pidiéndome perdón si parar, jurando que sería capaz de comerse incluso algún plato que yo cocinara.

El segundó día sin Aaron, desayuné sola. Era algo que había hecho con anterioridad miles de veces, pero esta vez se sentía completamente diferente. Los cereales que tanto me gustaban, me resultaron insípidos. Los mastiqué lentamente mientras al mismo tiempo mi mente recreaba un Aaron imaginario que estaría preparándome uno de sus desayunos demasiado abundantes para comerlos yo sola. Llevaba puesto sus pantalones de chándal grises que le caían tan bien en la cintura, lo habría obligado a ponerse una camiseta que le cubriera el torso ya que tenía ese tendencia a andar semidesnudo por la casa. Veía la increíble destreza que Aaron tenía en la cocina, se le daba estupendamente eso. Para él estaba en su terreno, y era algo que dominaba a la perfección.

Giró sobre sus talones llevando un denso plato en una de sus manos, en el podía verse que estaba repleto de bacón, huevos revueltos e incluso un par de tostadas. Dejó el plato frente a mi. Me miró con esos ojos verdes que podían hipnotizar a cualquier persona en cuestión de segundos. Curvó la comisura de sus labios en una sonrisa.

-Debes comerte todo el plato entero – me diría con voz autoritaria -.

-¿O que? - lo retaría yo -.

-O tendrás que resistir durante todo el día sin que te bese – estaba segura de que terminaría la frase con una de sus sonrisas burlonas -.

Sacudí la cabeza. Solo habían pasado dos días desde nuestra ruptura y ya comenzaba a volverme loca. Puse los ojos en blanco. Debería dejar de pensar estupideces que no me llevaban a ningún lado.

El décimo día sin Aaron, a pesar de que nadie estaba peleando conmigo por querer seguir durmiendo un poco más, me sentí realmente aburrida. Durante aquella semana sin él había estado siguiendo un mismo patrón, casi mecánicamente. Me despertaba, elegía algo para ponerme, realizaba un desayuno rápido, Iba a clase, estudiaba, comía, dormía. Era algo tan básico, que me resultaba horriblemente aburrido. No hubo nadie que me molestase mientras estudiaba, tentándome al menos un par de veces para que dejase lo que estuviese haciendo y le diese un abrazo. Tampoco nadie intento entrar en el cuarto de baño poniendo alguna excusa inventada al momento mientras yo lo usaba. No tuve que amenazar a nadie con lanzarle un vaso de agua por encima, solo para que se despertara y levantara de la cama. Los días sin Aaron eran largos y aburridos.

No lo había vuelto a ver desde aquella noche en casa de Abby y Cody. Tampoco Eric me hablaba de él, quizás simplemente no quería mencionármelo por si comenzaba de repente a sentirme mal. Él también estaba bastante disgustado con Aaron, no entendía la actitud que estaba teniendo.

-Sigo pensando que debe de estar muy arrepentido por todo – comenzó a decir Eric una mañana mientras caminábamos hacía clase – no es propio de Aaron tener ese cambio de humor tan repentino.

Solté un suspiro.

-Quizás tengas razón – dije lentamente – siento que ambos nos debemos una disculpa.

Mientras dureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora