5

154 19 14
                                    

— ¡Mesero, atiendame!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Mesero, atiendame!

Aristóteles contó hasta diez antes de seguir trabajando, ignorando a cierta personita que sabía cómo chingarlo y, a pesar de ello, seguía siendo su amigo.

— ¡Mesero!

— En un momento le traigo su orden, señora — Aviso a aquella mujer antes de ir con su amigo.

Diego era bien chingaqueditos cuando se le antojaba serlo, las posibilidades de aquello se multiplicaban si era para molestarlo a él, como era hoy día.

— ¿Qué quieres, Diego?, hace media hora que te traje tu comida

— Uy, ahora no se le puede hablar al mesero por qué se fresea — Bromeó el rubio teñido — Solo quiero la cuenta amiguis

— De acuerdo, pero deja de gritar por amor a Dios, me van a despedir por tu culpa

— Pos le digo a mi father que te dé un trabajo en alguno de sus establecimientos — Sugirió mientras veía sus uñas de color rosado desinteresadamente

— No quiero más fanfics de Temo, así que rechazaré la oferta

— Tú te lo pierdes

El Córcega sonrió antes de ir a conseguir esa bendita cuenta, no quería que el rubio se arrepintiera y empezará nuevamente con los gritos de guacamaya siendo atropellada

— Necesito la cuenta del chico rubio de la mesa cuatro — Pidió

— Claro, por cierto, el jefe me pidió que te diera este sobre, tuvo que ir por algunas cosas — Aviso el empleado entregándole el sobre junto con la cuenta

— Gracias

Le entrego su cuenta al rubio mientras se sentaba a lado suyo a leer suyo.

Querido mesero de ojos bonitos

En el momento que ví tu carta, quise agradecerle al de allá arriba por haberme contestado, debo confesar que no tenía muchas esperanzas que esa carta llegará a tus manos.

Espero que te encuentres bien, quisiera ir un día de estos a tu trabajo para comer algo tranquilamente y, tal vez, invitarte a salir.

Claro, como amigos, a menos que quieras algo más, en esta última frase inserta un guiño de mi parte para que suene más creíble.

Atentamente Thiago, el acosador

Posdata: Se que te llamas Aristóteles pero suena mejor "mesero de ojos bonitos" no te enojes

Posdata 2: ¿cuándo tienen promociones?, no me falta el dinero pero podría usar esa excusa para verte

— Tienes pegue, pinche Aris — Hablo alguien detrás suyo, por inercia tapo la carta oyendo las risas del rubio

— ¡No seas chismoso!

— Ya, no seas niña, te veías bien joto leyendo la carta y quería saber el chisme — Se excusó — Ahí te dejo el dinero y la propina, nos vemos en el depa para platicar de tu enamorado — Bromeó, quiso ir a golpearlo pero tenía trabajo, sólo dejo que se fuera, más tarde se las pagaría

Sonrió guardando la carta en su bolsillo del pantalón antes de limpiar la mesa donde había estado su amigo, guardo en su delantal los treinta pesos que le había dejado de propina y fue a darle al cajero el resto del dinero.

— Oye Miranda, ¿cuándo hay promoción en la comida? — Pregunto a la cocinera

— El viernes, ¿por qué preguntas, Aris?

— Simple curiosidad — Mintió antes de volver a su trabajo.

Debía contestar aquella carta en su descanso.

Seria de mala educación no hacerlo, ¿no?

Seria de mala educación no hacerlo, ¿no?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Letters To The Waiter (Thiago x Aris) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora