Desde el primer momento que sus miradas cruzaron, había sentido esa chispa que hace mucho había buscado.
Había deseado saber más de ese chico, de Aristoteles Corcega
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Aristóteles ya sabía quién era la persona de las cartas, sabía que Thiago se hacía el tonto con él pero su confesión tan repentina le sorprendió que no pudo soltar más que un "¿eh?" al cantante.
Thiago, por otro lado, parecía que estaba sufriendo un corto circuito por qué tenía los cachetes más rojos que los de los animatrónicos de Five Night's at Freddy's Sister Location.
- Yo soy el chico de las carta... Aris - Repitió nuevamente, tanto era su nerviosismo que casi se atraganta con su saliva en el momento de decir su nombre.
- Estás bromeando, ¿no?
- No es una broma, soy el chico que te ha mandado cartas todo este tiempo, quién se tardó dos horas buscando hojas de color marrón que se parecieran a tus ojos y que tuvo que escuchar las canciones de "Reik" para darse una idea de cómo escribir cada una de ellas.
- Entonces, ¿yo te gustó?
Y esa frase casi le da un Oscar a Aristóteles por mejor actor del año, claro, por culpa de Panini es que no sería actor ni tampoco cantante por qué se metió con el marido de su amiga.
- Sí, me gustas mucho, me tarde demasiado en entenderlo pero cada que nos veíamos sentía algo en mi corazón, así como dice la canción "Chocolate" de "Jesse y Joy", me gustas Aristóteles Corcega.
Y ahí estaba, entregando su corazón al oaxaqueño, a un chico que no era famoso ni tenía dinero como el papá de Diego, le estaba entregando su corazón a un chico común y corriente que trabajaba medio tiempo en un establecimiento para pagar sus gastos y no llenar de cuentas a su madre, un chico que le había hecho feliz sin habérselo pedido.
- ¿Te gustó Aristóteles?
Aún así, Aristóteles se quedó en silencio unos instantes, como si estuviera pensando su respuesta pero la realidad es que sólo le hacía de emoción, él ya tenía su respuesta desde hace mucho tiempo.
- Sí, tu también me gustas Thiago y no soy de los que se enamoran rápido - Admitió antes de ser abrazado por el cantante.
Aris sonrió correspondiendo aquél abrazo, su corazón latía con la intensidad de un huracán, en sentido metafórico, y todo era por Thiago.
Y así, como un cliché, aquello finalizo con un beso.
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