Desde el primer momento que sus miradas cruzaron, había sentido esa chispa que hace mucho había buscado.
Había deseado saber más de ese chico, de Aristoteles Corcega
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para el chico más talentoso de México: Aristóteles
Aris, ¿puedo llamarte así?.
Debo confesarte que eres la persona más talentosa que mis ojos han llegado a apreciar, la otra vez te ví en la Voz México.
Jamás había oído una voz tan hermosa como la tuya y simplemente ganaste mi corazón con aquella canción.
¿Acaso tienes alguien a quien dedicarle aquella canción?, me dolería el corazón de solo imaginar que estás enamorado de alguien.
En caso contrario, permíteme cortejarte.
— Está cortejandome — Murmuró para sí, había pasado una semana y media recibiendo esas cartas, todas decían cosas lindas de su persona y aquello le halagaba.
Si había algo que le gustaba a las personas es recibir un halago totalmente honesto de alguien que veía sus cualidades, Aris no era una excepción de aquello y era lindo recibir todos los días una carta así.
En ese instante pensó, ¿cómo sería aquella persona?, ¿sería una chica o un chico?, la verdad no le molestaría que fuera un chico si aquella persona le trataba tan lindo.
Lo mejor sería contestar pero no sabía a quién dejarle la carta ni nada por el estilo.
Y fue en ese instante dónde algo descabellado paso por su cabeza, ¿y si aquello era una broma?, no es que fuera una realidad pero había posibilidades de que alguien le estuviera jugando una broma.
Cómo aquella ocasión dónde Temo y Diego se inventaron unas cartas de amor por el día de los inocentes y termino dejándoles de hablar una semana por aquello.
Mordió su pulgar antes de guardar la carta con las demás, dejaría que las cosas siguieran su curso y, en caso de notar alguna incongruencia, dejar aquello en el olvido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
