Letters To The Waiter (Thiago x Aris)

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Sábado, día de weba, al menos así lo tenían mentalizado el trío de amigos.

Veían "El increíble mundo de Gumball" en el canal siete mientras comían su cereal o, como dice la chavisa, sus confleis.

— Oye chiquistriquis

— ¿Qué quieres Temo?

— ¿A qué hora es tu cita?

— Primero, no es una cita — Le recordó antes de comerse otra cucharada de su cereal — Segundo, es a la una, cuando sean las doce y media me pongo mi ropa de vestir y me voy a pata

— Oh, creo que eso no se va a poder, chiquibeibi — Hablo Diego a la par que le cambiaba al canal Cinco recibiendo quejas del par

— ¿Por qué?

— Pues por qué ya son las doce cincuenta y nueve...ah no, miento, ya es la una

— ¡¿Qué!?

Y con ello el par vio como el de cabellos rizados dejaba su plato en la mesa y corría a su habitación mientras se quitaba su camisa en el camino.

— ¿Qué? — Cuestionó Diego al ver la manera en que le veía Temo — Ni me acordaba que era a la una, le hubieras avisado ya que estás pegado en el teléfono

El poblano le enseño el dedo medio antes de volver a comer su cereal, cinco minutos después salía Aris de su habitación colocándose a brincos su tenis y tomando sus llaves de la casa

— Los veo más al rato, hacen la cena que hoy les toca flojos

Antes de que Diego (el rey del drama) pudiera reclamar, este ya se había retirado dejando al par solos.

— Si no te gusta verlo con otros, dile que te gusta — Fue lo único que dijo el rubio antes de tomar el plato de Aris y el propio para irse a la cocina dejando al poblano solo.

"Celos en mi boca cuando piensas en otra chica, tengo celos"

Veía el reloj por cuarta vez en los quince minutos que habían pasado, eran la una con veintidós de la tarde y Aristóteles no mostraba ni sus luces.

Por un momento pensó que era su venganza por haberle mentido pero lo descartó al instante por qué, wey, el chico irradiaba amor por dónde iba, así como las Barbie's, nadamás que en oaxaqueño, sin ofender a los oaxaqueños hermosos.

Tres minutos después llegó Aristóteles con la camisa al revés y el par de tenis de diferente color.

— Perdóname Thiago, se me hizo tarde

Sonrió — Tranquilo, a mi también se me hizo tarde — Mintió — ¿Sucedió algo?

— Mi teléfono lo puse a cargar y me puse a ver televisión con mis amigos y ese par nunca me avisó que ya era la una así que me vine en chinga

— Bueno, ya llegaste y eso es lo que importa, vamos por el helado, ojos bonitos — Propuso y el más bajo asintió

El helado fue una excusa para poder ver al castaño, ese día había optado por usar una gorra de sol y lentes de corazón que le hacían ver muy joto pero al menos pasaba por desapercibido.

— Entonces, ¿no estás molesto por haberte ocultado eso?

— Nel, ahora entiendo por qué siempre venías tan tapado — Confesó Aris — ¿Quién lo diría?, mi amigo es famoso

— Considerate afortunado ojos bonitos, casi no tengo amigos — Mintió, no tenía amigos

— Trataré, aunque eso no te quita lo acosador — Bromeó

Thiago se rió de aquello, definitivamente Aris era lo que cualquiera buscaba en un amigo, alguien divertido y confiable.

— Entonces, ¿ya viste todos mis videos?

— Oh no, apenas he visto el que me mostró Diego y eso solo el primer minuto, pero prometo ver los demás, quiero saber si es cierto que eres buen cantante

— Obviamente lo soy, no hay nadie igual a mí — Alardeó

— ¿Sabes?, a mi también me gusta la música, quisiera ser músico pero siento que mi música no es tan buena

— ¿Enserio?, deberías mostrarme tus canciones, tal vez eres bueno y no lo sabes, ojos bonitos — Sugirió, la sonrisa que le dedicó el oaxaqueño fue demasiado para su pobre corazón, se sentía como Gumball en el vídeo que hicieron y Darwin era demasiado adorable.

Ayudenlo, le está dando diabetes.

— Gracias, luego te mandaré una por WhatsApp — Sugirió

— Esperaré entonces, ojos bonitos.

"Tú, endulzas mi canción, le das un buen sabor a casa situación, siempre"