Desde el primer momento que sus miradas cruzaron, había sentido esa chispa que hace mucho había buscado.
Había deseado saber más de ese chico, de Aristoteles Corcega
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Para el chico con los ojos más bonitos del mundo: Aristóteles
Tal vez no me creas y pienses que solo exagero, pero nunca había visto unos ojos tan hermosos como los tuyos.
Tus ojos brillan con tanta intensidad que me sorprende que no haya personas comparandote con alguna celebridad.
Deberías lucirlos más, ojos bonitos
Sonrió, guardando la carta junto con el resto, está había sido de color marrón, se notaba el esfuerzo de su admirador pues nunca había visto una hoja marrón claro.
— Y, ¿qué te puso ahora, tu admirador o admiradora?
— Que le gustan mis ojos, se me hace raro pues yo veo muy normales mis ojos, Thiago
— Brillan, como los ojos de los niños, llenos de inocencia — Explico el cantante desde el otro lado de la línea a la par que buscaba una hoja de color pastel
— Supongo que tienes razón, en esta uso una hoja marrón claro, jamás había visto una de esas
— Yo tampoco, ojos bonitos, deberías tomarle una foto y enseñarmela
— Luego, me debo ir, cuídate Thiago
— Tu también, ojos bonitos
Con aquello dicho, colgó, sentía esas "maripositas" en el estómago con cada carta que recibía día con día.
Se levantó de su silla y salió de su habitación con dirección a la sala donde se hallaban sus amigos.
— ¿Otra carta?
— Otra carta
— ¿Te gustó?
— Me gusto
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