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Querido mesero

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Querido mesero

Desde hace días que mi mente no deja de pensar en ti, quisiera que me dieras tu número.

Atte. Thiago

Rompió en pedacitos aquella carta con el ceño fruncido, definitivamente sería demandado por acoso si se atrevía a mandarle aquella misiva al mesero de bonitos ojos.

— ¿Qué podría escribir? — Se pregunto, recargo todo su rostro en su mano derecha mientras examinaba su estudio.

Había buscado una excusa para volver a aquél establecimiento pero su jefe le había dicho que no podía salir así como así con la cantidad de fanáticas y paparazzi's en las calles, con aquello en mente, había tenido que buscar una alternativa para aquello.

Su mano izquierda presionaba la tecla de "la flecha de abajo" del teclado, buscaba alguna canción que lograse inspirarle pero nada, no hallaba nada para poder escribir aquella carta.

Hasta que encontró una canción que le llamo la atención por el fondo celeste (adoraba el color celeste) y dió click en esta.

Estoy aquí sentado en mi aburrida habitación, es sólo otra lluviosa tarde de domingo.

Estoy perdiendo el tiempo, no tengo nada que hacer.

Estoy aquí pasando el rato, esperándote.

Y, como si fuera una máquina que necesitaba energías, algo vino a su mente, no era como los típicos clichés dónde te llegaba la redacción de la carta en el instante que la oía, sino más bien, le dió una ligera idea de lo que deseaba plasmar en aquella carta pero sin llegar a darle el contenido en si, extraño, ¿no?

— ¿Lemon tree?, parece que serás hoy mi ayuda

Y, con pluma en mano, tomo otra hoja de color azul cielo y empezó a escribir al son de la canción hasta que terminó.

Querido mesero

Se que la otra vez no tuvimos una presentación adecuada, mis palabras y mis pensamientos no se sincronizan la mayoría del tiempo.

Espero que puedas darme la oportunidad de conocerte, o, saber tu nombre.

Espero tu respuesta con ansias.

Atentamente, Thiago

Sonrió, para ser su primera carta (que no fuera para su mamá), había quedado presentable.

La guardo en el sobre blanco donde, anteriormente, había anotado la dirección del estudio y también la dirección del establecimiento donde hallo al chico de bonitos ojos, introdujo la carta y paso su lengua por el pegamento del sobre para por fin pegarlo.

— Necesito que lleves esto al buzón — Ordeno a una de las empleadas, con una sonrisa tan falsa que solo podían ver cómo sincera las chicas que estaban locas por él.

Y nuevamente se encerró en su estudio, a la espera de una respuesta.

Y nuevamente se encerró en su estudio, a la espera de una respuesta

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Letters To The Waiter (Thiago x Aris) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora