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— Señor Thiago, le ha llegado su correspondencia — Aviso su asistente, un hombre de treinta años, buen tipo, le dejaba comerse una hamburguesa los jueves

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— Señor Thiago, le ha llegado su correspondencia — Aviso su asistente, un hombre de treinta años, buen tipo, le dejaba comerse una hamburguesa los jueves

— Gracias, puedes retirarte

Oyó la puerta cerrarse, suspiro por lo bajo mientras seguía buscando la letra para su nueva canción pero no tenía ninguna inspiración, quería salir, él era un alma libre, necesitaba estar fuera, sentir el aire libre y oler la contaminación de su país, oír los autos y pájaros a la par.

No era un sujeto de oficina, era un artista.

Decidió tomarse un respiro y empezar a hojear su correspondencia, lo usual, decenas y decenas de cartas de sus fanáticas; aún así se tomó tiempo para verificar que todas las cartas fueran de sus fanáticas.

Agradecía no ser uno de esos famosos que tiraba a la basura toda su correspondencia por qué, gracias a ello, logré ver la carta que venía del establecimiento donde trabajaba el mesero de ojos bonitos.

Sonrió a la par que abría el sobre, se acomodo entre el bulto de cartas que había leído y empezó a leer la única carta que le importaba leer.

Estimado acosador

Debo decir que no esperaba saber nada más sobre ti, mis días habían sido tranquilos hasta que recibí esta carta.

Pensé por un instante tirarla a la basura y no contestar jamás, pero tengo algo llamado valores y decidí contestar está carta en espera de que sea recibida y no se pierda entre el centenar de cartas que deben de darle al cartero.

Acepto tus disculpas tan poéticas, me resultó extraño la manera en que me habías hablado pero supongo que era amabilidad.

Atentamente el mesero de "ojos bonitos"

Posdata: me llamo Aristóteles.

Sonrió como si le hubieran engrapado ambas laterales de sus labios, no esperaba recibir alguna respuesta del chico.

"Yo me siento al fin feliz, la tristeza no es para mí"

Tomo una hoja y empezó a escribir su respuesta de inmediato, no podía dejar pasar aquello ahora que tenía oportunidad.

Una vez lo hizo, busco un sobre, escribió sus datos y guardo la carta ahí, apenas saliera del estudio iría a dejarla al correo.

Con aquello en mente, volvió a sentarse en su silla y, en esta ocasión, empezó a escribir la letra de su nueva canción.

Aristóteles, era un muy bonito nombre como la persona que lo poseía.

Y he decidido darme a la tarea de publicar dos por día, así puedo avanzar antes de que mis profesores de la universidad vuelvan a ponerse locos y a mandar trabajos a diestra y siniestra

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Y he decidido darme a la tarea de publicar dos por día, así puedo avanzar antes de que mis profesores de la universidad vuelvan a ponerse locos y a mandar trabajos a diestra y siniestra

Bonito viernes 🍪

Letters To The Waiter (Thiago x Aris) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora