"Uchiha-sensei, Te Amo" {Sasusaku❤Terminada}

Capítulo 28~

Hacía ya casi una hora que habían enviado el mensaje a Sasuke. Él no tardaría en venir.

—Debes tener hambre, ¿cierto?—le dijo la pelirroja a Sakura—Para que veas que soy buena persona te daré de comer.—tomó un pan que estaba sobre la mesa y lo acercó a la pelirrosa —Toma.

Cuando la chica fue a acercarse para tomar el pan con la boca, sinceramente moría de hambre, Karin lo dejó caer al suelo "accidentalmente".

—Upss, pero que torpe soy.—dijo con tono irónico —Lástima que no haya más, si deseas comer tendrás que agacharte y tomarlo del suelo.—sonrió maliciosamente —Pero como eres una perra ya debes estar acostumbrada.

La pelirrosa la miró mal e ignoró el pan que estaba en el suelo.

—Tienes orgullo...—soltó una carcajada.

—No me rebajaré ante ti, Karin.—la pelirrosa la miró con desagrado.

—Señora.—habló un hombre entrando a la habitación.

—¿Qué?¿Acaso no ves que estoy ocupada?—respondió con furia la pelirroja.

—Perdón, pero su "invitado" está aquí.

—una sonrisa se dibujó en el rostro de la pelirroja— Tráelo.

Karin volvió a colocarle la mordaza a la pelirrosa y tomó el cuchillo que se encontraba en la mesa junto al resto de la comida que se negó a brindarle a la pelirrosa.

El hombre que intervino hace un momento volvió a irrumpir en la habitación, acompañado de Sasuke.

—Suigetsu, puedes volver a tu puesto.—dijo Sai refiriéndose al hombre.

—Pero.. y si intenta hacer algo—respondió el corpulento hombre.

—Él no intentará nada.—comentó la pelirroja —O ella sufrirá las consecuencias. —apuntó a Sakura con el cuchillo.

Suigetsu acató la orden y salió de allí, regresando a su puesto, quedando en la habitación, Sai, Karin, Sakura y el recién llegado, Sasuke.

—Tiempo sin vernos, Sasuke. —habló nuevamente Karin.

—Tiempo de felicidad, pero viendo tu rostro se me terminó de amargar el día.—respondió el pelinegro —Yendo al grano....¿Qué quieres? ¿Por qué a Sakura?

—Te quiero a ti y ella es un obstáculo. —respondió muy confiada la pelirroja.

—Y te rebajaste a esta estupidez porque no puedes tener una plática como personas civilizadas, como adultos. —dijo calmado—Todo esto deja claro lo inmadura, ignorante y poca persona que eres.

—¡No la ofendas!—exclamó Sai.

—Por lo que veo lo hiciste tu cómplice.—dijo el pelinegro mirando a su alumno.

—Sí. Gracias a él sabía lo que pasaba y tenía todo premeditado—respondió—La vez de la cafetería, el festival de otoño, el embarazo que inventé cuando me informó de la cercanía de ustedes en Canadá, en el restaurante también, solo que fuiste muy lanzado.

—Eres una desgraciada.—dijo el pelinegro.

—Pero debo afirmar que Sai también fue excelente en la cama, me hizo suya como nadie lo ha hecho, ni siquiera tú, porque te has negado.—la pelirroja sonrió con malicia.

—Y que me haya negado te molesta, hace que te hierva la sangre y te de celos Sakura.—dijo tranquilo.

—No seas necio.—puso la mano en su cintura—Eres tú quien cambia mi cuerpo por algo tan sencillo como ella.