Capítulo 36: Punto de inflexión

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CAPÍTULO 36:

¿Estaba pasándome un poco con mi amistad con Ildefonso? Un poco, la verdad. Sin embargo, esta vez, había sido él mismo el que había insistido en que me quedase en su casa, después de decirle lo que había pasado... y decirle que no es que estuviera con ganas de volver a casa, digamos. Solo habían sido dos días a lo mucho, lo que había estado allí, pero la verdad es que había ayudado... Aunque sentía que debía de regresar a casa de una vez.

-¿Estás segura?

-No- le digo a Ildefonso.

Aquella mañana, después de haberlo pensado durante toda la noche, le había contado a Ildefonso mi idea de volver a casa mientras que desayunábamos:

-Y aun así, vas a ir...

-No me queda otra- respondo entonces a Ildefonso- Pero no creo que desaparecer de casa casi dos días y no contestar a nadie, después de decirle a mi madre que había estado en una relación con una mujer y mayor que yo... No es que haya sido una buena idea que digamos, ¿no crees?

Ildefonso no dice nada, se queda mirándome, con una sonrisa triste:

-Bueno, al menos si te pregunta ahora, podrás alegrarle diciendo que has estado conmigo.- sabía que lo decía de buena honda, pero en aquel caso, lo único que me hacía sentir, era rabia- ¿No?

-No tiene gracia, hijo, no tiene...

-Está bien, lo siento- Ildefonso se ríe- Solo... Que sepas que tienes mi casa para lo que sea. Además, me estoy acostumbrando a tenerte como compañera de piso.

-¿Incluso si no te pago renta?

-Si quieres, ponemos una.

-No, no, mejor no....- no juguemos con la suerte que estaba teniendo.

El sonido de la puerta nos interrumpe en este momento. Alguien llama a la puerta, por lo que Ildefonso se levanta a abrir. Yo me quedo comiéndome el desayuno, cuando de repente, vuelvo a escuchar la puerta e Ildefonso entrando con una caja enorme en sus manos. Este viene sonriendo.

-¿Y eso? ¿Qué has pedido?- le pregunto cuando se acerca a la mesa y lo deja en la zona libre de esta- Es gigantesco.

-No es mío- dice este cuando me acerca una tarjeta- Es para ti.

-¿Para mí?- este asiente.

-Lee.

Confundida, pero intrigada por saber quién sabe exactamente de mi paradero, me sorprende cuando leo que es Maite la que envía la cara.

-Maite...- murmuro leyendo su nombre en la tarjeta- ¿Cómo ha sabido donde estaba yo?

Aunque a lo primero me pregunto aquello en voz alta, nada más me cruzo con la mirada de Ildefonso, leo que él ha tenido algo que ver en todo esto. Lo mataba, ahora si que lo mataba.

-LO siento...

-¿Por qué se lo has dicho?

-Para mi defensa- dice corriendo a sentarse a mi lado de nuevo- Yo no he tenido la culpa en su totalidad... Emilio se lo dijo.

-¿Hablaste con Emilio?- Ildefonso asiente.

-Lo siento, pero me llamó preocupado y sabiendo que necesitabas un pequeño respiro, le conté donde estabas, lo que había pasado y así que no se preocupara...

Por una parte, quería matarlo. Quería desaparecer porque el mundo literalmente estaba haciéndome la puñeta. Sin embargo, por otra parte, supongo que lo entendía. Entendía que necesitaba un respiro, pero también sabía que Emilio se iba a preocupar por mí. Supongo que de esta, se salvaba un poco.

Amor, Pintura y otras cosas //Maitino Fanfic// Acacias 38 COMPLETADO #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora