VII Teobaldo Whitman

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La llegada de Peter fue recibida con gran entusiasmo por su esposa, y por el amor de su vida, ya que se daba tres meses después de su viaje con Theodore.

No había podido regresar antes debido a que los directores de la película no se lo permitieron, esta vez por su terquedad en aprovechar de toda su experiencia. Sin embargo, esto no fue un obstáculo para que siguiera su idilio con Shajak ya que, como habían acordado mediante el mail, iniciaron su traición a la distancia.

Como era de esperarse, tuvo que pasar el primer día con Kim, y disfrutar la visita de su amiga Shajak.

Tras un par de horas en las que fingieron, ante cualquier potencial paparazzi, ser una pareja anfitriona dulce que llenaba de afecto a su querida amiga visitante, Kimberly salió de compras siguiendo un plan establecido, para permitir que ellos conversaran.

— ¿Cuándo regresa Thed? ―acurrucada en sus brazos, Shajak le acariciaba el mentón, ambos cómodamente sentados en la sala, con la cortina medianamente abierta para crear un ligero ambiente de clandestinidad.

— Aun no lo tengo claro. Solo sé que te extrañé demasiado, mi amor ―le dio un beso tierno―. Ya no soporto más, Shaji, es hora de acabar con todo ―apoyó su frente en la suya.

— Me temo que no, Pit. Hoy no al menos ―sus ojos evitaron su mirada.

— ¿Hay algo que no me has contado? ―él la miró fijamente, temiendo que en una búsqueda solitaria por mantenerlo al margen de cualquier problema adicional, hubiese estado sufriendo silenciosamente. Pero aguardó a que ella tomara valor, sin intención alguna por presionarla.

— Pit, aprovechando que Kim no está aquí, necesito que me acompañes a un lugar; pero por ahora, necesito que solo quede entre tú y yo, y sobre todo, que no me hagas preguntas. ¿Aceptas?

— Shaji... Por supuesto que sí.

Aunque le sorprendió su pedido, Peter amarró en el interior de su corazón y mente cualquier sospecha o curiosidad, atándolo con sus propios miedos y anhelos. Y tras beber las últimas gotas de vino de sus copas, Shajak se puso de pie, invitándolo, a seguirla.

Kimberly pasaría la noche en el Estudio, ya que Theodore la llamaría, aprovechando que la armiana estaría con Peter en su departamento de casado.

Por ello, tras dejar una nota explicando que había sido secuestrado por un hermoso ángel rubio de ojos celestes, Pit no emitió pregunta alguna, y dejó que lo guiara.

Kilómetros tras kilómetros, de silencio y dudas cada vez más chillonas, aunque ellos iban prácticamente en silencio, a través de esa carretera que los llevaría a su destino.

En una provincia de Zweiten.

La última carta de Shajak, había entrado en el juego.

— Pensé que me llevarías a otro país, mi amor ―cuando ella le pidió apagar el motor un momento, Peter la tomó de la mano, sin temor a ser vistos o reconocidos―. Pero esta provincia es hermosa, debo reconocer que no conocía este lugar, ¿cómo se llama?

— Saxet ―aunque él no conocía ese lugar, claro que había oído sobre ella―, es mi preferida de Zweiten ―Peter se sorprendió en un inicio, pero luego comprendió que era lo más lógico del mundo.

Como actriz, era natural que conociera a actores y actrices de talla mundial. Pero como miembro de la realeza de Armia, era lógico que conociera también a los miembros de la realeza de otros países. Y esa provincia los tenía por montones, así que, definitivamente Peter empezó a sentirse un poco fuera de lugar, como todo un plebeyo que ni siquiera era nativo del país.

Drien (Novela Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora