XIV El fin del calvario

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Shajak y Theodore les ayudaron a hacer las maletas. Debido a que Theodore debía guardar reposo absoluto, acordaron que los verían por televisión y que los despedirían por teléfono. Peter y Shajak se dieron un beso delante de ellos y salieron a la puerta de la casa, abrazados. Ambos quedaron solos, manteniéndose un par de segundos en silencio, pero finalmente él la sentó a su lado y le habló con suma dulzura.

— Sé que amabas mucho a mi padre, Kim, y que todo lo que tenga que ver con él es muy valioso e importante para ti― tomó tiernamente sus manos entre las suyas y buscó sus ojos―. Pero te puedo asegurar, mi amor, que él no permitirá, ni yo, que sufras sin sentido, ¿de acuerdo?

— No quiero irme... ―Kimberly bajó la mirada, pero él la obligó a mirarlo.

— Amor, somos actores, y es nuestro deber hacer lo que nos piden con la finalidad de que nuestros proyectos sean un éxito; papá lo hacía, y debemos emularlo, aves muy bien que él amaba esta profesión casi tanto como a nuestra familia ―notándola aun nerviosa e indecisa, Thed tentó hacerle un poco de cosquillas para relajarla, antes de volver a hablar al verla sonreír―. Anímate, este documental hará muchas cosas buenas por nosotros, ya lo verás.

— ¿En verdad lo crees?

— Sí. E incluso apostaría todo a que Teeb lo hubiera querido así, él hubiera querido que fueras, e incluso habría ido contigo... Siempre he sospechado que tal vez quería quitarme a mi novia...

— Sí, quizá tengas razón... ―lejos de molestarle aquella afirmación ligeramente coqueta, Thed suspiró en alivio al escucharla bromear. Sonrieron, compartiendo una mirada profunda―. Tengo miedo a despedirme de ti...

— Hum, ¿acaso será que teme ponerse en evidencia, señorita Iron, teme acaso no poder contenerse al despedirnos? ―le acarició su nariz, y rió divertido.

— Thed, no me molestes ―Kim bajó la cara completamente sonrojada, y él la abrazó con fuerza, riendo―. Siempre te estás burlando de mí... ―se separaron, y una vez más, como siempre, ambos rostros quedaron muy cercanos, y ella tuvo la terrible sensación de que esa era la última oportunidad―. Quiero besarte en este instante, siento que he sido muy cruel contigo respecto a esto...

— Oh, yo lo seré más cuando lo cobre... ―sonrieron, alejándose, y dejando en el cuerpo de Kim un vacío incomprensible―. Aun no, Kim. Me has dado cosas más importantes que un beso, más valiosas. La recompensa es más tentadora, y la espero con ilusión ―ella asintió, sintiendo aun la extraña molestia―. Ahora, es hora de partir, pequeña ―se pusieron de pie, y se abrazaron por última vez, antes de que ella partiese.

Kim caminó hacia la puerta, y se despidió de Shajak, rogándole que por favor no lo descuidara, que lo protegiese en todo momento. Luego entró al auto, con Peter.

— Llamen para confirmar el local para la recepción de las bodas. Olvidé hacerlo, Shaji...

Shajak le aseguró que lo haría de inmediato, y les dijo adiós con la mano, desde la puerta.

Luego de que el motor se dejó escuchar, entró.

Se notaba que había llorado.

— Hey, armiana, las rubias no lloran... ―más por ahogar su propio dolor que por molestarla, ironizó.

— Cállate ―limpió su rostro―. Bueno, supongo que pasaremos la noche juntos.

— ¿QUÉ? ―hizo un gesto de horror tan gracioso que comenzaron a reír.

— Oh, sabes a lo que me refiero, tonto. Ocuparé el cuarto de Kim, así sabré si necesitas algo. Ahora, ve a descansar, ya es muy tarde ―Thed asintió, y tras darle un abrazo fraterno, se fue a intentar dormir.

Drien (Novela Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora