06:00 am 1 de junio de 2018
Algún lugar del mar
Después de la partida de los muchachos, caminé un rato por la cubierta del barco deseando con todas mis fuerzas que llegaran a su destino sin problemas. Estaba metido en mis pensamientos cuando de repente, me llevé una gran sorpresa. En mar abierto, vi la lejana silueta de una lancha a motor que se acercaba a toda velocidad. Tomé mi M-16 ajusté la mira telescópica y me apresuré a apuntar. Sin embargo, a medida que se iba acercando pude distinguir mejor su cara y vi que era Robert. Finalmente había regresado de su expedición. Bajé el arma y avisé a Victoria para que me ayudara a soltar la red que usábamos como escalera. Robert colocó la lancha en posición y subió por la red poco a poco hasta llegar a nosotros.
—Se me complicaron las cosas allá en tierra—dijo el chico con aire cansado.
—Lo supuse —suspiré—. ¿Puedes hacer un informe detallado?
—Claro, apenas llegué...
2 meses antes, Frontera Arizona-México
Robert acababa de llegar días atrás hasta Puerto Peñasco, México. Su único motivo para ese viaje era simple: averiguar la situación de América y asegurarse de que fuera seguro volver a tierra firme. Sin embargo, al entrar a las ciudades, se dio cuenta de la horrible realidad de las cosas: autos chamuscados, edificios destruidos y cadáveres regados por todos lados.
Mientras avanzaba, hizo acopio de su fuerza de voluntad para no darse la vuelta y huir. Pasó cerca de grupos numerosos de caminantes que apenas reparaban en su presencia e incluso fue atacado por bandidos. Sin embargo, la pelea no termina hasta que uno así lo decide.
Robert siguió con su recorrido hasta llegar al Desierto de Sonora en Arizona, Estados Unidos. Allí se atrincheró ya que varios bandidos rondaban la zona y tenían la fama de no dejar escapar a nadie. Varias veces trataron de sacarlo de su posición, pero Robert dio tanta resistencia que sus oponentes incluso comenzaron a evitar las rutas que atravesaran esa zona.
2 semanas antes, Desierto de Sonora, Arizona
Robert caminaba haciendo su inspección periódica del lugar cuando vio una silueta bajita y al parecer femenina, corriendo en el interior de una casa. Se armó de valor, tomó su M-16 y con sumo cuidado entró en ella. La sitio era grande, tenía dos pisos y pocas habitaciones de gran tamaño. Tras registrar el primer piso, respiró hondo y subió con todos los sentidos alerta.
Revisó la primera habitación del segundo piso, cruzó el pasillo y entró de un salto hacia la siguiente. Para su sorpresa, recibió un fuerte culatazo en la cara y luego fue derribado brutalmente.
—¡No dispares!—suplicó Robert—. Soy aliado.
—¡Oh por Dios!—exclamó la silueta femenina—. Lo siento mucho, creí que eras una de esas cosas.
—Creo que me rompiste la nariz.
—De verdad lo lamento mucho —explicó la chica mientras ayudaba a Robert a levantarse del suelo—. Me llamo Natalia.
—Para ser una chica golpeas bien—replicó él con el orgullo herido—. Soy Robert.
—¿Estás solo o tienes un grupo?
—Tengo un grupo, pero están cuidando nuestro barco.
—¿Tienen un barco? —Robert asintió—. Genial, ¿podría ir contigo?
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El Elemento de la Destrucción (En reedición)
Ciencia FicciónSecuela de X 77 Code: Han pasado 5 años desde que todo esto inició, y la guerra entre humanos e infectados ha cesado casi del todo. Estos últimos han tomado el control del planeta, y hoy día solo queda un puñado de sobrevivientes que, en su mayoría...