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08:58 am 13 de junio de 2018 

Rusakovo, Koriak, Rusia

—No hagas ruido —murmuré llevándome el índice a los labios.  

—¿Qué se supone que está haciendo? Creí que... —Fran dejó la frase incompleta al ver cómo JDM tacleaba a X 77 por la espalda.

—Están entretenidos, es una oportunidad perfecta para escapar —indiqué señalando la calle por dónde habíamos llegado—. A mi señal, corre tan rápido como puedas. Hay que volver a la base y llevarle todo esto a Denis, quizá pueda operar a Robert con menos recursos de lo que creemos —mi compañero asintió en silencio.

X 77 cayó al suelo y José aprovechó esta oportunidad para conectarle varios puñetazos en el rostro. Estaba iracundo, y al fin encontraba al causante de todos sus problemas. Intentó estrangularlo, pero el clon le arrojó un puñado de tierra en los ojos y, aprovechando el efecto de su ataque, tomó el control de la situación.

—Deberías estar muerto —masculló JDM, intentando liberarse de las manos que presionaban su garganta.

—Fallaste a la hora de matarme, ahora lo pagarás con tu vida.

José empezó a palidecer por la falta de aire, mientras que su oponente aplicaba toda la presión que podía. La lucha parecía haber llegado a su fin antes de lo esperado, hasta que JDM alcanzó un piedra del suelo y se la estampó en la frente a X 77. Este quedó aturdido por varios segundos, los suficientes para que su rival se lo quitará de encima y consiguiera conectarle una patada frontal en el rostro.

—¿Ahora? —inquirió Fran con impaciencia.

—No, aún es muy arriesgado —observé cómo JDM se reincorporaba para volver a su posición de guardia—. Si nos ven se complicarán más las cosas.

X 77 plasmó una sonrisa sarcástica en su rostro, para luego conectar una tacleada con todas sus fuerzas. Ambos volvieron al suelo y el clon, haciendo uso de su estilo poco convencional, empezó a estrangular a José con su propia camiseta. 

—No me iré de aquí hasta que haya acabado contigo, maldito cobarde —gruñó X 77.

Sin embargo, la camiseta se desgarró por la mitad y permitió que JDM se liberara del agarre. Acto seguido, le conectó un puñetazo en la nariz al clon, y ambos se reincorporaron en sus respectivas posiciones de guardia. Un hilillo de sangre bajaba por las fosas nasales de X 77, pero él actuaba como si no sintiera ningún tipo de dolor, simplemente clavaba sus fríos ojos negros en la garganta de su adversario. 

—No será tan fácil como crees —dijo JDM, sacudiéndose el polvo del cuerpo—. Solo uno de los dos puede salir vivo de aquí.

—Concuerdo contigo, hoy seré el último hombre en pie.

José lanzó varias patadas laterales, pero ninguna alcanzó su objetivo, así que recurrió a los puñetazos. X 77 logró bloquearlos a duras penas para luego darle un fuerte codazo en la quijada a su oponente, este trastabilló hacia atrás y, antes de que pudiera recuperarse, recibió una patada circular en la sien izquierda. Acto seguido, el clon lo tacleó con tanta fuerza que terminaron casi en el otro lado de la calle.

—Ve por la derecha y llévate todo el material para la operación, si nos ven yo me encargo de distraerlos —le indiqué a mi compañero.

—¿Cómo haremos para reencontrarnos?

—Si nos llegamos a separar, te veré al pie de la montaña. En caso de que no llegue en diez minutos, comienza el ascenso sin mí —Fran se limitó a asentir—. Ahora corre tan rápido como puedas.

El Elemento de la Destrucción (En reedición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora