Un Destino Inesperado

Capítulo 18.

Punto de Vista de Vito

Me despierto rodeado de gente dormida en el piso, escena normal en las noches de observación. Me doy cuenta que tengo las uñas pintadas de fucsia, imagino que habrá sido Karina o Vane, pero no le doy mucha importancia al asunto, me dirijo al baño principalmente para cepillarme los dientes y tratar de quitarme la pintura de uñas raspándola. Medio dormido, adolorido por el lugar donde había dormido y con los ojos cerrados porque detesto la luz, llego al baño y me lavo la cara, de a poco abro los ojos para encontrarme una escena peor que cualquier asesinato de película de terror.

En el reflejo veo mi cara llena de dibujitos, sin embargo lo peor era mi pelo vomitado por unicornios; tenía una melena rosa difícil de ignorar. – Mi venganza será terrible… – me digo mientras voy de regreso a la sede donde obviamente no faltarían los paparazzis de Mark y Dante quienes estarían tomándome fotos a diestra y siniestra. 

Carcajadas por todos lados, despierta a Andreina quien al verme queda en shock para preguntar – ¿Pe-pero que te pasó? ¿Un nuevo look? –  antes de unirse al coro de risas.

Las risas seguían, pero ya más como un eco en mi memoria, seguía destrozado del sueño y la escena al despertar no mejoró mi ánimo, pero bueno. Desayunamos las cosas que habían sobrado, y por sobrado me refiero a todo aquello con lo que no arrasamos durante la noche. Y Vane y yo concordamos en regresar ya a casa pues nuestros padres vendrían de visita, a saber que les diré yo ahora con este pelo de pony.

Regresamos en caravana con Chris a la residencia a eso de las 6 y algo más, llegamos a las 7… creo, y sin creer en nada ni nadie me encerré en mi cuarto a “morir”. Llegadas las 10 a.m. pasadas escucho bastante movimiento afuera, imagino son nuestros padres y salgo arrastrando los pies. Veo a todos sentados en la mesa desayunando ya, pero lo que termina por despertarme es mi queridísima hermana (nótese el sarcasmo) muerta de risa junto a mi padre.

– ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Quién te hizo esto?! – pregunta mi madre ante obvia apariencia que traía.

–No mamá, tranquila, es un nuevo look que mi hermana me obligó a probar~ - digo en un tono obviamente relajado pero que entre líneas se entiende el odio, aunque entre risas capaz el feto no capto la indirecta y tampoco tenía muchas ganas de seguir hablando sin haber desayunado propiamente.

Aunque nuestra madre reprendió a Vane al haber entendido a qué me refería con “me obligó a probar”, sé que no afectará mucho y a mi particularmente me daba igual, en algún momento me iba a vengar pero por ahora lo dejaría pasar. Desayunado voy al baño para bañarme y al menos quitarme los tatuajes faciales con marcador y la pintura de uñas fucsia, me la podría haber dejado pues combinaba bien, pero aún tengo dignidad y mi orgullo.

Estuve un rato encerrado en mis aposentos luego del baño y luego salí a ayudar a mamá con el almuerzo. Ella no dejaba de hablar de lo emocionada que estaba con el pretendiente de Vane y yo pese a que no la ignoraba completamente, no me gusta entablar conversa con mamá cuando se ensaña con algo, se pone irascible y terca así que es mejor no darle muchas vueltas a veces.

Vane llevaba rato bañándose y mientras lo hacía llegó Chris, nos saludamos y yo me puse a acomodar la mesa del comedor. – Vito ya vuelvo, voy a lavarme las manos – dice Chris al ver que no falta mucho para que esté listo el almuerzo y se dirige al baño.

Pasado poco tiempo ya tengo la mesa lista, pero Chris tardaba un poco para haberse ido a lavar las manos. Pensando en retrospectiva mi hermana se estaba bañando y… oh no… Mi hermana es algo despistada, y estoy seguro que con la música no escuchó el timbre por lo que sé que no cerró la puerta.

– ¡Chris ven un momento y échame una mano con esto! – grito desde el comedor, a lo cual veo que llega un Chris con la cara en un rosado pálido, añadiendo un portazo como tema musical de fondo. Ya me imagino que habrá pasado, pero bueno, podría ser peor.