Capítulo 10

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Karina nos dio a cada uno un vasito con chocolate, pero antes, yo la había ayudado a despegar los vasos de plástico para así echarle el líquido que haría dormir a mi gemelo. Yo de verdad puedo llegar a ser demasiado, como decirlo, la persona menos disimulada de la galaxia, pero cuando me proponía algo, lo lograba.

Nos tomamos el chocolate, mientras jugábamos la revancha del UNO. Agradecí mentalmente que nadie se mostrara más raro de lo normal. Al rato empezamos a hablar estupideces, tanto así de que me pego la hora de la risa. Me reía de absolutamente todo, incluso de un comentario acerca de las constelaciones. Oh no, esto solo pasa cuando me estoy muriendo de sueño.

Decidí ir al baño para irme a lavar con el agua helada de la noche. La puerta del baño estaba fuera del edificio, porque supuestamente así era más fácil acceder a ellos. Apenas coloque un pie afuera de la estructura de concreto, me convertí en hielo. HACE DEMASIADO FRIO. Me arrepiento completamente de no haberme puesto la chaqueta.

Iba a empezar a andar, cuando siento que me colocan algo en los hombros. Cuando volteo veo a Chris sacando una sonrisa.

– Vi que no te llevabas suéter, y te traje uno mío ya que no sabía cuál era el tuyo – dijo colocando sus manos en los bolsillos.

– Y ¿tu? – le pregunte, ya que no lo veía usando un suéter.

– Tranquila, traje como tres – cuando dijo eso no pude evitar soltar una sonora carcajada. Mi risa no es normal, parezco un carro que no quiere encender.

Si pensarlo más de dos veces, me coloco el suéter gris con vinotinto. Cuando paso la cabeza, me llega el olor del perfume, no soy experta en perfumes de hombre, pero este olía de maravilla. De solo olerlo me dieron escalofríos, y no precisamente por el frío asqueroso que estaba haciendo afuera. Porque, a pesar de que salí para mojarme la cara, termine con más calor que cuando estaba antes en la sede.

– Gracias, mañana te lo devuelvo – dije para después colocar las manos dentro del bolsillo de la prenda.

– Tranquila, tengo como 20 de esos – dice restándole importancia, aunque quiero quedarme este suéter con fragancia exquisita por el resto de mi vida, no podía ser tan descarada y  robármelo, aunque lo quisiera con todas mis fuerzas.

– Sabes por primera vez siento que hago amigos – dice Chris interrumpiendo mis pensamientos – Allá en Canadá, como estudiaba en un colegio privado, la mayoría de las personas se me acercaban más por interés que por otra cosa.

­– "El amor y el interés se fueron al campo un día, más pudo el interés que el amor que te tenía" Una frase que tiene mucha verdad ­– dije y pude ver como Chris suspiraba pesadamente – Pero no todas las veces es el caso. Nosotros no somos así, queremos ganarnos el éxito con nuestras propias manos. Yo también odio a ese tipo de personas.

­– Supongo que por tu forma de hablar, te paso algo similar ¿no? ­– dice haciéndome señas para que me siente en un banquito que estaba cerca de la entrada del edificio.

­– Es una historia larga – cuando dije eso el respondió que tenemos tiempo mientras Vito se duerme, suspire y me dicte a contarle la historia.

<< Pasó cuando estaba en segundo año de bachillerato, yo tenía una mejor amiga, Graciela, le contaba todo a ella, éramos uña y carne. Me gustaba un chico llamado Carlos, era dos años mayor que yo. Me enamoré de él porque fue el primer hombre que me había dicho linda y el primero en hablarme, los de mi salón solo me hablaban para pedirme algo. Todas mis conversaciones con él siempre se las contaba a ella, incluso hasta mis sentimientos. Cuando él me hablaba yo sentía mariposas, por muy estúpido que suene, incluso me había dicho que había inventado un teorema de matemáticas, y yo como pendeja le creí, cuando en realidad era el mísero teorema de Pitágoras. Un día, el me escribe diciéndome que le gustaba Graciela y que me decía porque ella era mi amiga y quería mi permiso, no sé el por qué. Yo le había escrito que ok, estaba bien. Pero por dentro estaba muy, pero muy dolida. Llame a Graciela instantáneamente y le conté todo. Lo peor fue que ella me dijo: si ya se, ya somos novios. Luego escuche la típica risa de mi otra amiga, llamada Stephanie, de fondo. Lo único que pude responder fue ah ok. Tranque la llamada y de la arrechera tire el teléfono al piso, que me sorprende que no se haya roto luego de eso. Al día siguiente los evite lo más que pude en el colegio, él cómo vio que yo los evitaba, le pregunta a ella y le cuenta todo lo que yo sentía por Carlos, ahí fue cuando la espada se terminó de clavar en mi espalda por completo. >>

– Wow que fuerte – me dice Chris luego de contarle la historia – ¿y cómo lo sobrellevaste?

– Al principio, no quería ni verlos en pintura – dije sacando una sonrisa ladeada al recordar cómo era yo en aquella época – Luego, cuando pasó más o menos un año, lo supere. Terminamos siendo amigas, no tanto como antes, pero es mejor perdonar y dejar que los sentimientos salgan. De hecho cuando estábamos en último año, él se paseó por el colegio para ver como estábamos, y nosotras dos ni pudimos verlo a la cara porque se había puesto más feo que pez muerto. Normalmente los hombres se arreglan con el término de la adolescencia, él era la excepción.

Por primera vez, desde que conozco a Chris, lo veo reírse con ganas. A la final termine riéndome con él. Cuando terminamos de reírnos, me di cuenta de que su cara estaba demasiado cerca de la mía, sus ojos se cruzaron con los míos, al percatarse de que estábamos demasiado cerca. De un momento a otro su mirada paso a mis labios, acto que repetí yo. Por qué este hombre es tan perfecto, sus labios son demasiado carnosos, y yo que no he dado ni una media luna, esos labios me hacían fantasear a niveles extraordinarios.

Cuando nuestras narices se estaban rozando, recibo un mensaje de texto de Mark. Me separo en un salto y agarro el cel como puedo, ya que con lo que acababa de pasar estaba temblando y, seguramente, roja cual tomate. Abrí el mensaje y decía que Vito estaba profundo. Es hora de empezar el plan "Rosado Pinkie Pie".

Al llegar veo que Mark ya le había puesto el tapa ojos, y Kari había puesto la música. Dante iba a ayudar tomándole las fotos, ya que la rubia había decidido pintarle las uñas de fucsia. Yo estaba leyendo las instrucciones del tubito de pintura mientras me colocaba los guantes. Menos mal que mi hermano dormía como piedra, ni se movía. Empecé a restregarle la pintura por el cabello, Mark le pintaba cosas en la cara, y Kari le pintaba las uñas. Mientras que Chris, aparte de que no trataba de reírse por temor a despertarlo, era mi asistente. Cuando le pase el tubito de pintura, nuestras manos se rozaron, gracias a eso me dio un escalofrío que empezó por la espalda y término en todo mi cuerpo. Trate todo lo posible por disimularlo y no empezar a temblar.

Por suerte, no tenía que quitarle la crema del cabello, ya que la crema se tenía que secar con el cabello. La rubia estaba terminando la última uña, mientras que Mark daba los últimos retoques a su obra maestra. A la final decidimos que no le echáramos la crema de afeitar, ya que estábamos seguros de que no lo íbamos a despertar ahorita.

Luego de que todos termináramos, Dante le saco una foto en todos los ángulos posibles. Nos reímos bastante, y decidimos quitarle la tela de los ojos. Dejamos la música ya que queríamos escuchar unas que otras canciones pero bajitas. A los minutos todos salimos otra vez afuera, dejando a Vito adentro, porque había salido la osa mayor y la estrella del norte, así nos enseñaban a como ubicarnos. También unas que otras anécdotas acerca de la constelación en forma de olla de cocina.

Luego nos sentamos en el suelo para contar historias de espíritus que le salían a las personas, como a mí me da pánico todo lo que tenga que ver con ese tema, a cada rato saltaba del miedo. En una de esas termine en el regazo de Chris, escondiendo la cabeza sin yo darme cuenta. Luego de un sonrojo a máximo nivel. Decidimos irnos a dormir ya que eran como las 4 de la mañana.

Todos los que habíamos traído sleeping lo extendimos, mientras que los que no se colocaban en una silla para dormir. Yo estaba muerta del sueño ya que me había tomado dos pastillas para la alergia, estaba más que drogada. Encendí como pude el espiralito para que emitiera la esencia que hacía que los mosquitos se fueran, me metí en mi sleeping como pude e inmediatamente me consumió el sueño.

Me levante ya que empezaba a haber mucho movimiento en la sede, también me percate que Chris, que se encontraba a mis espaldas, me tenía agarrada de la cintura. Genial, ya debo tener como mínimo 5 fotos mías por parte de los presentes, ya debería esperar los stickers que van a salir por ahí. Vi que mi hermano no estaba, me imagino que fue al baño, me quito el brazo de Chris, y le pido a Kari que me acompañe a cepillarme lo dientes.

Luego de que regresábamos, vimos como Dante y Mark le sacaban fotos a un hermano gemelo con pelo rosado pastel y dibujos en su cara. No pudimos evitar la risa cuando Andreina se quedó en shock y luego se unió a las carcajadas. Desayunamos torta, refresco, galletas y cereal sin leche, porque lo demás lo devoramos en la noche. De lo agotados que estábamos, mi hermano y yo decidimos retirarnos ya que más tarde nuestros padres se iban a presentar por la residencia. Nos montamos el Mercedez Benz SL 250 del año 1967 color plateado, el bebé de mi hermano, para dirigirnos a nuestro aparamento.

Un Destino InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora