Okey recapitulemos, me consigo con un chico guapísimo, logro que me acompañe, entablo una conversación normal con él y nada nos interrumpe. ¿Qué está pasando? Yo, Vane González, estoy hablando con un bombón canadiense, la Vane que en sus 19 años de vida no ha dado ni un solo piquito ni un roce de labios, la que no ha tenido ni un novio ni cuando jugaban a las casitas de pequeña gracias a mi completa y estúpida pena. Digamos que nini (ni tengo ni existe) nunca me abandona, siempre conmigo es fiel, por desgracia.
– y dime Chris ¿cómo es que hablas tan bien el español? – dije curiosa, esta podría ser mi oportunidad de al fin tener un novio, en estas situaciones siempre termino siendo la casamentera y la sujeta velas, si sigo así un día de estos voy a brillar más que el sol.
Me acuerdo que cuando estaba en el colegio, una amiga que vivía cerca mío siempre me invitaba a su casa para que la mamá permitiera que el novio de se quedara en la casa, en una de esas me voy hacia su computadora y me pongo a navegar por YouTube y por alguna causa del destino no se conectaba el internet a la computadora, y yo de estúpida voy a su cuarto y le pido la contraseña para poder conectar y desconectar el Wi-Fi, adivinen que, me encuentro ellos apunto de quitarse la ropa para poder tener sexo, genial.
– Mi madre es latina, aprendí desde chiquito – Este tipo está haciendo que mi mente vuele, no me puedo concentrar en algo más que no sea él, es perfecto. Pero lastimosamente no me puedo hacer ilusiones ya que estoy cien por ciento segura de que luego de este recorrido al departamento, más nunca lo voy a volver a ver, siempre me pasa así, no con canadienses extremadamente guapos, sino con chicos promedio ni bien ni mal, ¿por qué iría a funcionar con él? tampoco es que yo sea una belleza como para que suceda.
Al llegar al edificio, le indico la puerta y mientras me despedía lastimosamente, ya que tenía que entrar a clase, que por cierto estaba 10 minutos retrasada. Él se despide y me da las gracias por haberle enseñado el camino, también dijo que esta universidad era tan grande que le hubiera costado todo el día encontrar el departamento.
Bueno todo lo que empieza debe terminar, estoy 100% segura de que él debe tener una novia, y que más da siempre voy a seguir siendo la lámpara, la tía soltera que va a tener un refrigerador completo de todo tipo de helados mientras ve novelas románticas burlándose de su desdicha.
Al llegar al salón, decido entrar por la puerta de atrás para evitar interrumpir la clase del señor José Luis que, a pesar de que sus clases son de fundamentos de administración, fue como una materia que metí para inscribir el trimestre, y no tienen que ver con mi supuesto pensum, son muy interesantes. Hoy nos toca una clase de oratoria, nos había mandado una tarea en la que consistía en describirte en tres palabras u objetos. No tienen idea de lo difícil que fue encontrar las palabras, le pregunte a mis padres, a mi hermano, a Mark, a Víctor, a Lisa, a Karina y a todo el mundo que me conociera al menos un poquito.
– A ver ¿a quién paso ahora? – dice el profesor mirando a toda la clase, los primeros que pasaron fueron los voluntarios, los que siempre tienen confianza, dudan muy poco y son los que tienen una personalidad "brillante" por así decirlo. Una de ellas se describió con 6 palabras no tres diciendo que tenía que describirse con 3 palabras buenas y 3 malas. – ¿Por qué no pasas tu Vane? – Genial, mi suerte se fue al caño. Se la llevo toda ese canadiense ojos verdes. Me paro de mi mesa y me dirijo al frente del salón donde se ubica la tarima y la pizarra. Al llegar me coloco como el profesor nos enseñó, sin cruzar los brazos ni colocarlos atrás, mirar a toda la audiencia y respirar.
– Buenos días compañeros, me llamo Vane González y estoy en la carrera de Licenciatura en Matemática – al mencionar la carrera la mayoría se impresiona, porque saben que es muy raro que una estudiante de matemática este viendo esa clase con personas que están en comercio exterior, organización empresarial e ingeniería en producción. – sé que es muy extraño ver a una persona que cursa la carrera de matemática en esta clase, ya que la mayoría se la pasa en los libros o haciendo ejercicios sin dormir durante dos días, pero la verdad no quiero estudiar esta carrera. Estoy descubriendo que quiero hacer, por eso metí esta materia. Ahora las palabras que me identifican son: Uno Imaginativa. Yo soy de las personas que uno les dice que estaban en la calle x conduciendo y ven que un autobús atropella a un pobre perrito, yo me monto la escena en mi mente por muy perturbadora que sea sin que lo pueda evitar. La segunda palabra es: soñadora, soy una persona que le encanta soñar desde ser una princesa hasta ser la súper heroína de una historia o ser una súper estrella, siempre me gusta ser como la protagonista, a pesar de que se no sea cierto, soñar no está prohibido después de todo. Y la última es bailarina, amo bailar, amo la música sin ella no podría vivir, hace como dos años mis audífonos se dañaron y no podía conectar el IPod en el carro y estaba teniendo un ataque de estrés a causa de eso. Eso fue todo muchas gracias por su atención.
Después de unos aplausos, que sé que lo hacen por cortesía, me vuelvo a sentar, finaliza la clase y me dirijo a la agrupación otra vez para almorzar, ya que ahí tienen microondas y un Wi-Fi muy rápido y lo mejor de todo es que soy miembro, por lo tanto no tengo que pagar.
Al llegar me encuentro solo con mi hermano y una miembro del grupo llamada Karina, ambos comiendo sus respectivos almuerzos, al entrar los saludo y les deseo buen provecho mientras saco mi comida y la coloco en el microondas. Pasa una hora y escuchamos que Mark se acerca pero con alguien.
– Hey chicos él es... – Al ver quien era no le deje terminar la frase.
– Chris?!? – dije emocionada al poder volver a ver esos ojos verdes.
– Vane?!? – dice de la misma forma en la que yo lo dije, que cómica situación vale, nunca pensé que esto pasaría otra vez, y que nunca nos volveríamos a encontrar y que solo había sido un encuentro causado por el destino. Ahora ese mismo destino nos volvió a reunir y todo será diferente.
Si soy dramática.
Faltaba la imagen en mi cabeza conmigo usando un vestido de novia.
¿Por qué soy así?
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Un Destino Inesperado
Roman pour AdolescentsLa existencia del destino supone que nada ocurre por azar, sino que todo tiene una causa ya predestinada. Los acontecimientos no surgen de la nada, sino de alguna fuerza desconocida. Vane González no sabía que su destino iba a ser algo inigualable e...