Capítulo 37 (Mamoru)

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Estambul - Siglo XVII

El aire está frío, ya que estamos a punto de entrar al invierno. El cielo celeste se ha cubierto de nubes, como si fuera el presagio de lo que va a suceder pronto, aunque tengo claro que la más perjudicada en todo esto será mi querida Hotaru. Su madre pasó a llevar todas las leyes del imperio y su sentencia solo será el resultado de la suma de todos sus pecados. Observo la pequeña ventana del segundo piso de este palacio, sabiendo que tras esos cristales está mi amada Usako sosteniendo a mi pequeña hermana, intentando llegar a ella con mi mirada a pesar de la gran distancia que nos separa en este momento. Pero, debo dejar de mirarla en cuanto mi padre se pone de pie, listo para dar a conocer la sentencia.

—Sultana Saori, en vista de todos los crímenes que has asumido y de las acusaciones en tu contra, se ha determinado tu sentencia, la que estamos seguros de que es la dictada por Alá ante tu falta de moral.

Saori cae de rodillas, por lo que la tela del sencillo vestido que lleva puesto se esparce por el suelo y su largo cabello suelto que no lleva ningún adorno, ni joyas, ni gemas se agita en el aire. Se ve perdida y pálida, sus manos tiemblan ante la presencia del verdugo a unos metros de ella, con la espada en su mano y antes de oír la sentencia, baja la cabeza, apretando las manos sobre su corazón. Quizás esté arrepentida, aunque lo más problable es que no sea así.

—Serás encerrada en la Torre de la Doncella por el resto de tus días. Agradece que no se exigió tu vida, solo debido a tus hijos que no merecen sufrir esto por tus pecados.

Noto como Saori levanta la cabeza y mira al Sultán con sorpresa, pues, de seguro pensaba que sería sentenciada a ser decapitada. Pero, nuestro padre es muy misericordioso y por eso nos llamó antes a la Sala de reuniones, pues ya había determinado que haría con ella y quería conocer nuestra opinión. Ninguno de nosotros se opuso, con mayor razón al ver la cara de asombro de Yaten ante las palabras del Sultán.

Los jenizaros toman una vez más a Saori por los brazos y noto la reacción de mi hermano que se mueve solo un poco con deseo de acercarse, pero después baja la cabeza en resignación. No puede despedirse de ella, ya bastante se les ha concedido con perdonarle la vida, pero, no es posible seguir pasando por alto las leyes del imperio. De todas formas, nuestro padre les permitirá visitarla en la Torre cada cierto tiempo, resguardando que no se dejen influenciar por ella en busca de venganza, eso es lo que más teme y le preocupa.

Cuando Saori es subida al carruaje que la llevará a la Torre de la Doncella, una torre edificada en una pequeña isla en medio del Bosforo, al frente de Uskudar, teniendo que cruzar en barcaza, todos pueden volver a sus lugares. Con resignación Yaten se marcha en busca de su hermana, pues supone que ahora que su madre estará lejos de ellos, ambos podrían verse afectados. Lo que no sabe es que nuestra familia es bastante particular, así que no debería preocuparse por nada. Le sigo los pasos, después de despedirme de mi padre y de Darien, sabiendo que Usako es quien está resguardando la seguridad de Hotaru.

Una vez que llegamos al pasillo, vemos a las sultanas caminar hacia nosotros, a la vez que nuestra pequeña hermana se suelta de la falda de mi amada esposa y corre a abrazar a Yaten, sabiendo que su dolor es el mismo. Ambos se retiran a sus aposentos, mientras Usako camina hacia mi, aferrándose a mi espalda con tristeza. Entiende lo que es perder a una madre, así que acaricio su cabello esperando darle algo de consuelo.

Dos semanas después de la sentencia de Saori, estamos preparando todo para marcharnos a Manisa al fin. Será triste despedirnos de todos nuestros seres queridos, pero esta decisión fue la que tomamos antes de casarnos, ser un poco más libres de esta vida de palacio, para poder tener una relación de pareja normal. Mi madre decidió hacer una fiesta de despedida para nosotros, a la que invitó a todos mis hermanos y al mismísimo Sultán, sabiendo que un evento así le subiría los ánimos al Palacio, que se vio envuelto en aquel juicio desolador.

¿Amor o Deseo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora