Capítulo 23

575 76 10
                                    

El sol se filtra por las cortinas de mi ventana, despertándome de mi sueño... me cuesta un poco reaccionar, pero pronto siento en mis manos los regalos que he recibido de parte de Mamoru y Darien, aquellas estrellas que han permanecido a mi lado por estos tres meses. Cada vez que me siento triste o intranquila, las dejo a mi lado hasta que me duermo, como si ellos me acompañaran de algún modo. ¿Se puede amar a dos hombres al mismo tiempo? Creo que el sentimiento que tengo por cada uno es tan distinto pero tan parecido a la vez, que es muy difícil describirlo, y mucho más complejo diferenciarlo. Quizás solo estoy confundida porque no quiero herir a ninguno, porque les tengo aprecio, porque ambos han cambiado mi vida y le han dado un nuevo sentido a mi día a día. Los dos son maravillosos y ahora que Darien ha decidido apartarse para que no sea yo quien elija, me ha demostrado una hermosa parte de su corazón que antes había omitido. Eso solo me demuestra que no lo he conocido lo suficiente, que solo me dediqué a alejarlo, a restringirlo debido a mi compromiso previo con Mamoru. Pero, por su parte, mi príncipe ha sido tan atento, tan romántico, tan dedicado, que no ha permitido espacio para dudar de su amor.

Es difícil, muy difícil... pienso, mientras miro ambos regalos que sostengo en cada una de mis manos. La cajita musical se abre liberando aquella hermosa melodía que me llega directo al corazón, y el reloj marca los segundos, mostrándome que hoy habrá luna llena. Sonrío, ambos son un complemento del otro y juntos serían un gran equipo, tal como lo están demostrando ahora. No es justo... ¿por qué debo estar en medio de los dos? ¿Por qué? ¡Me hubiese encantado conocerlos en otra circunstancias, de otra forma! Pero, esta es la vida que me tocó vivir y tengo la responsabilidad de tomar mis decisiones.

Pronto estoy lista, coloco mi velo sobre mi cabeza como siempre y camino hacia la sala. Miro un momento la puerta de los aposentos de Darien y me pregunto, ¿cómo habrá dormido? Quizás ya está en pie, pero me angustia pensar que pudo sufrir de insomnio debido a nuestra conversación. Me agrada esta nueva faceta de el, más serio, más maduro, más centrado, es como si hubieran pulido un diamante en bruto y ahora está reluciente, evidenciando lo que se escondía bajo toda esa arrogancia.

-Hija -me llama mi padre en cuanto me ve llegando-. Ven a desayunar. Darien salió temprano, muy bien cubierto para que nadie lo reconociera.
-Padre... gracias por decirme -le digo. Extrañamente, una punzada atraviesa mi corazón en ese instante. ¿Será que Darien me evitará a partir de hoy? Suspiro, pues creo que esto será más difícil de lo que imaginaba.
-Ven, acércate... Serena, ¿me dirás que está sucediendo? Yo, no quiero que te metas en problemas, hija. El Palacio no es un lugar seguro...
-No te preocupes. Además, sabes que acepté ser la novia de Mamoru, tarde o temprano tendré que decidir si viviré ahí o no.
-Pero, eso es distinto. Si llegaras a ser su esposa, al menos estaría tranquilo de que él te protegerá, pero esto de andar tramando algo podría salírseles de las manos, ¿no crees? ¿Quién es Darien, exactamente?
-Es el hermano gemelo de Mamoru...
-Pero, el no creció en el palacio.
-No, fueron separados al nacer. Pero, no debemos hablar de ello, es mejor que usted no se vea involucrado. Por ahora, es más seguro.
-¿Ves? Tú misma sabes que es peligroso.
-No lo es tanto. Solo voy a hacer mi trabajo, nada más.
-Confío en tu criterio, Serena, solo espero que esta vez no estés equivocada y te estés confundiendo debido a lo que sientes por esos hermanos.
-Yo... ¿por qué cree que siento algo por ambos? -consulto asombrada por sus palabras.
-Sere... no tienes que engañarme a mi. Se nota en tu mirada que estás indecisa aún.
-Padre, lo que me tiene así es el miedo a separarlos, que por mi culpa no quieran profundizar su relación tan reciente.
-Tú eres muy especial, Sere, nunca les harías daño. Confía en Alá y él guiará tus pasos hacia tu destino correcto.
-Gracias, padre. A pesar de que todo esto es su culpa, siempre me da buenos consejos -le digo en son de broma, mirándolo de reojo, riendo al final para que vea que solo es un juego mío.
-¿Mi culpa? -me pregunta asombrado, señalando su pecho.
-Claro... si no se hubiese pasado de copas ese día, usted habría ido al puerto por las gemas que Darien traía y al palacio a hacer el anillo de Mamoru. Todo esto es su culpa, ¿no lo ve? -le contesto como si fuera obvia mi respuesta.
-Oh... no lo había pensado de esa forma.
-No se preocupe -le aseguro, tomando sus manos entre las mías para tranquilizarlo-. Me dio la oportunidad de conocerlos y, a pesar de todas las dificultades, ha sido una experiencia increíble.

¿Amor o Deseo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora