Un hombre de Konoha

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- ¡RASENGAN! -

Se escuchó un grito, tras un estallido y el puf de unos clones de sombra desapareciendo.

- Maldición - murmuró un chico rubio, dejándose caer sobre el pasto, mientras dos hombres lo veían.

Sakura se acercó a Sai, y ambos vieron desde las sombras de los árboles a Naruto levantarse e intentarlo nuevamente.

- Sakura-san - saludo Sai.

- ¿Cómo va? -  preguntó refiriendose a Naruto.

- Ha fracasado bastante estos días - dijo el chico pálido quedamente - pero Naruto es un tarado que no sabe manejar la frustración. Sin embargo en estos momentos resulta conveniente, el fracasar lo ayudará a avanzar aún más rápido -

Sakura sonrió. Si, definitivamente ese era Naruto.

- Bueno, solo vine de paso -suspiró la chica - tengo que ir con la Hokage a entregar un par de reportes, nos vemos Sai -

Pero él empezó a caminar con ella.

- ¿No te gustaría ahorrarte la mitad de tiempo? -

- ¿A que te refieres? -

Sai sacó un pergamino e hizo sellos con la mano, mientras exclamaba:

- ¡Ninpou: Pergamino de bestias gigantes! -

Un águila gigante de color blanco salió del pergamino de Sai, al tiempo que él tomaba la mano de Sakura y saltaba con ella sobre la espalda del dibujo.

- ¡Sai! - exclamo Sakura sorprendida, pero con una sonrisa en el rostro.

Comenzaron a volar sobre los árboles del bosque. Empezaron a subir y cuándo alcanzaron un punto lo suficientemente alto en el cielo, en el que se podía ver la adea, cayeron de picada.

- ¡Brinca! - ordenó Sai, haciendo que ella lo volteara a ver - Confía - sonrió el chico.

Ella obedeció y por unos momentos cayó libremente viendo la aldea, el bosque y los campos de entrenamiento. Extendió los brazos y las piernas y gritó.

Unos segundos después, el águila apareció de nuevo debajo de ella, atrapándola y volando, ocasionalmente dando piruetas, sobre los campos en dirección a la aldea.

- ¡Sai esto es increíble! - gritó emocionada y con una enorme sonrisa.

- Me alegra que te agrade - contestó él con una sonrisa.

Volaron por encima de los edificios hasta que llegaron a la oficina de la Hokage, y de un saltó Sakura bajo del águila, aterrizando en el techo del edificio.

- ¡Gracias por traerme, Sai! - se despidió, para después echar a correr hacia la oficia de su mentora.

~•~•~•~•~

- ¿Qué demonios hacía Sakura con Sai? - dijo en un gruñido Naruto, apretando el puño.

- No sé - murmuró Kakashi.

- Ni idea - contestó Yamato, los tres con ojos entrecerrados mientras veían el águila alejarse. Habían presenciado el espectáculo semi completo y por algún motivo, a ninguno le hacía tanta gracia el hecho de que la chica pasara tanto tiempo de calidad con el joven de la Fundación.

Naruto murmuró algo entre dientes, mientras volvía a invocar a sus clones de sombras.

- Sai con Sakura y yo aquí perdiendo el tiempo- dijo el joven - ¡Bien, esta vez lo voy a hacer! - gritó decidido.

Pétalos rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora