Tal vez

2.6K 230 54
                                    




La miró llorar en el hombro de Ino desde su posición entre las hojas de los árboles.

Sentía su cuerpo frío y empapado, las ropas y los accesorios le pesaban, aunque no era una sensación desconocida, ni desagradable.

Sabiendo que ya no se encontraba sola, salió corriendo de ahí en dirección a su casa. Entró y se comenzó a desvestir de manera automática y monótona, dejando tiradas sus ropas empapadas en el piso, entro a la ducha.

Se quedó parado y sintió como el agua calentaba su cuerpo lentamente. Apretó los puños otra vez. Las palabras y la voz de Sakura seguían resonando en su cabeza y no dejaron de resonar cuando salió de la ducha y se vistió.

Se sentó en su cama con la espalda recargada en la pared y las piernas cruzadas, se quedó viendo un punto fijo en la pared de enfrente, con la mirada perdida.

Seguía con la culpa carcomiéndolo por dentro, recordando a Rin, a Obito, recordando las promesas que había roto y las decepciones que había causado.

Se quedó así hasta que...

- ¿Jefe? -

- ¿Qué pasa Pakkun? -

El pequeño pug había aparecido frente a su cama decidido a entregarle un mensaje, pero su expresión relajada y despreocupada cambió en cuando notó la posición y la mirada de Kakashi.

- ¿E-estas bien? -

- ¿Qué pasa Pakkun? - repitió.

- Urushi y Guruku ya están bien - informó con un suspiro - ¿Quieres que me encargue del castigo? -

- Sí, por favor, no pueden seguir así de imprudentes y yo no tengo tiempo para andarlos cuidando -

- Siempre han sido competitivos - se encogió de hombros el pequeño perro.

Se quedaron en silencio y Pakkun veía fijamente al ninja.

Cuando conoció a Kakashi, era un niño muy hábil y tenía talento. Él aún era un cachorro, por lo tanto no entendía muy bien a los humanos, pero se esforzaba, le parecían fascinantes.

El niño había adoptado a Pakkun cuando leyó sobre Ninken en uno de los libros de su padre, fue con la familia Inuzuka para preguntarles dónde podría conseguir buenos Ninken. Gaku Inuzuka mismo le dio a Pakkun, teniendo contacto directo con la dueña de la camada del pug, y lo ayudó a hacer el contrato de sangre con el animal. El hombre le había advertido a Kakashi que el Ninken iba a ser muy inteligente ya que su madre había podido hablar y comunicarse con humanos.

Y así fue, se dedicó a entrenar a Pakkun y con solo cuatro meses de edad, el can pudo decir el nombre de Kakashi.

Y luego ocurrió aquel día, la muerte de Sakumo. Kakashi había sido un niño serio y directo, pero Pakkun vio su transformación, ahora era frío y distante. Después se volvió Jonin y obtuvo el Sharingan, pero perdió la vida de su amigo. Años más tarde lo vio perder a esa compañera de equipo.

El Ninken solo pudo observar de lejos, hablar cuando éste se lo permitía y ayudarlo de la mejor manera que pudo; haciéndole compañía y trayendo más amigos para él. Así fue como consiguió a Shika, Bull, Urushi, Uruku, Bisuke, Akino y Ūhei.

Pakkun lo miró fijamente y esperó. Sabía que siempre que Kakashi quería decir algo nunca se atrevía hasta que se daba cuenta que su fiel amigo no se iría si no le decía algo. A veces veía los sentimientos hacerse tan evidentes en su rostro, e incluso con la máscara y la bandana puestas, podía tener tantas emociones en un reflejadas en un solo ojo... Los humanos le siguen pareciendo interesantes.

Pétalos rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora