Naruto estaba de brazos cruzados en la puerta de la aldea antes del amanecer, esperando a que se reunieran los agentes ANBU que iban a ir a la misión.
De pronto, Kakashi estaba detrás de él, con su máscara puesta.
- Sabes que no vamos a salir caminando tranquilamente por las puertas, ¿verdad? -
El rubio no respondió inmediatamente, solo caminó un par de pasos hacia adelante, alejándose un poco de Kakashi y dejando sus brazos caer los costados.
- Lo sé - dijo de manera seria y monótona - ¿Por qué no puedo acompañarlos? -
Kakashi había temido esto, sabía que Naruto quería volver a ser parte de Konoha y de sus compañeros. Pero no podían permitir que se enterara de que algo malo estaba pasando. Jiraiya se había marchado sin explicaciones; Kakashi, Sai, Yamato y Sakura estaban en ANBU y partirían ese día y nadie, absolutamente nadie, le había informado nada.
Obviamente hubiera querido ir.
- Sabes que es una misión ANBU, no puedes venir -
- No les importó la vez pasada -
- No es nuestra decisión Naruto, fueron órdenes de la Hokage - dijo su sensei, sintiendo mas presencias al rededor de ellos. Sus compañeros ya estaban llegando y pronto se tendría que ir.
El chico suspiró.
- No sé lo que está pasando, y no sé por qué no me incluyen, pero solo les diré una cosa: - dijo quedamente - no me hagan ir a buscarlos - agregó con una sonrisa que los ANBU compartieron debajo de la máscara.
No había sido necesario hablar más alto ya que él sabía que los demás lo escuchaban.
Tampoco fue necesaria una respuesta, porque en cuanto el chico cruzó los brazos de nuevo, varias sombras pasaron al rededor de él con un zumbido y haciendo que el viento moviera el cabello del chico.
De un segundo a otro, el joven se encontró solo, parado en las puertas de la aldea, mirando hacia el bosque, ya silencioso.
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- Nos encargaremos de tres villas, que han estado bajo "el mando" de los seguidores de Jashin. Sin hesitaciones, escucharon a la Hokage, no podemos dejar con vida a esos fanáticos - informó Tzusumi, mientras saltaban por los árboles.
Habían pasado un par de horas desde que se habían separado del último grupo.
- Nuestro primer objetivo no debe de estar a mas de 40 minutos, prepárense - ordenó su capitán.
- Hai - respondieron todos al unisono.
Y en efecto, poco más de media hora después se encontraron a las orillas de la aldea.
Escondidos entre los árboles, Tzusumi volteó a ver a Ro y este inmediatamente se concentró para suprimir su chacra y el de sus compañeros.
En cuanto sintieron los niveles de chacra disminuir, Hinoko apuntó al piso con sus dedos y lanzó sus hilos de chacra en busca de algún tipo de cables que tal vez estuvieran conectados con una fuente de energía en alguna casa.
Después de varios intentos en diferentes direcciones, la joven volteó hacia su líder y negó con la cabeza. Entonces Tzusumi avanzó, con los demás siguiéndolo de cerca.
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- ¡Morirás! - gritó de manera desquiciada el hombre que portaba la guadaña.
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Pétalos rosas
Fiksi PenggemarEllos se fueron, entrenaron y se superaron. Pero ella los superó a todos