Giré por milésima vez quedando en medio de mi cama, no podía conciliar el sueño y mucho menos si Taehyung no dejaba de enviarme mensajes cada dos segundos.
— ¡Por un demonio Taehyung, para yá!
Por un momento sentí el silencio inundar mi habitación, sonreí al dejar de escuchar el sonido particular de las notificaciones, pero está fue sustituida por mi tono de llamada.
— Ahora que.
Miré la pantalla de mi celular para notar la carota de Taehyung en ella, rodé los ojos ya harto y decidí responder los molestos mensajes.
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Sabía que no se detendría así que cedí a su insistencia.
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