Capítulo 1

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-¿Entramos ya?-preguntó __, mirando por la rendija de la puerta del despacho del director-Creo que están por acabar.

-Espera un poco más-cambió Gakushuu, mirando por encima del hombro de su novia-Tengo que prepararme mentalmente.

Y ahí estaban ambos chicos, listos para decíselo al gran Asano Gakuho, decirle de su reciente relación. Ambos temían, más el chico, que el padre no aceptará dicha relación por la decadencia de trabajo de la fémina, pero __ estaba dispuesta a ganarse un pequeño espacio en el corazón del director, tal y como se lo había ganado en el de su actual novio.

-Ya es hora-dictó __.

Agarró de la muñeca al chico y tiró de él, metiéndolo dentro del despacho, mientras ella esperaba fuera a que los acontecimientos tuvieran lugar. __ no perdía y se esa forma no iba a perder a Gakushuu, era demasiado importante como para ello. Suspiró, aunque no lo admitía, los nervios la carcomían lentamente.

Mientras tanto, el joven chico estaba dentro del despacho firmemente, aparentando ser el chico que siempre había sido, perfecto. Su mirada estaba clavado sobre la de su padre, como si esperase a que el mayor diese el visto bueno para hablar. Cuando se trataba de __, no podía mantenerse firme por mucho tiempo, por lo que había que hacer todo rápido.

-Padre-lo llamó, consiguiendo que el hombre levantara por unos instantes la vista de sus apuntes.

-¿Qué deseas?-preguntó, aún revisando dichos papeles.

-Quería decirte algo.

En cuanto dijo eso, la vista del mayor se posó sólo en el chico, aguardando con ansias esa noticia que su hijo le quería comunicar. Quién sabe qué era, quizá quería cambiarse de clase, o peor aún, transferirse de escuela. Ya estaba preparado, respondería cortesmente con un rotundo no. Mas, no se esperaba lo que le iba a decir.

-Esta vez, no quiero hablar contigo como profesor-alumno, sino como padre-hijo-aclaró, tapándose levemente la boca con el dorso de la mano.

El mayor se levantó, abandonando su escritorio para dirigirse con su hijo, quien estaba potencialmente nervioso. Gakuho colocó una mano sobre el hombro de su hijo, causando una leve sorpresa en él.

-¿Quieres mi apoyo como padre?

-Algo así-respondió el menor, sosteniéndole la mirada-Hay una chica, quizá sepas quien es, me gustaría que la aceptaras.

El mayor vaciló un poco, jamás se imaginó a su hijo metido en esos embrollos llamados relaciones. Si la chica era indicada, no podría decir que no como padre estricto que era, debía inventar una excusa coherente para rechazarla. Si su hijo tuviese novia, afectaría de manera negativa a sus estudios y ya no podría ser considerado el mejor alumno. Aunque primero había que saber quién era esa chica.

-¿Quién es?-investigó, logrando que el menor se asustara.

-__ (--)-musitó, con el propósito que su padre no alcanzara a escuchar, pero falló en el intento.

-¿Ella?-Gakushuu asintió.

Gakuho no se lo imaginaba, ¿su hijo con esa vaga de novia? Jamás lo hubiese pensado. Había que admitir que __ tenía unas calificaciones perfectas en todas las asignaturas, aparte de que venía de una familia que pondría en muy buen lugar la escuela. Pero había una falla, ella no era trabajadora, no se la podía exigir nada sin un reproche, era manipuladora y calculadora, casi como su hijo.

-Me gusta la chica...-admitió Gakuho con una sonrisa lasciva-Es inteligente y no es fea que digamos, además de que nunca falla en nada, pero...

Esa pausa se le hizo eterna al menor, ¿la aceptaría? Esa pregunta rondaba su cabeza desde que había comenzado a hablar, no quería dejarla, ella era una chica de gran carísma. ¿Y si no la aceptaba? ¿Cómo se lo diría? Seguramente la chica lo miraría de manera fríbola y no lo volvería a hablar, no quería eso.

-No es perfecta-terminó, poniendo una cabeza en el pelo de su hijo, dando una pequeña caricia-Pero entiendo que para tí lo es, por eso la acepto.

La momentanea angustía que había sentido minutos atrás había expirado del cuerpo de Gakushuu, dejándolo completamente alegre. Para expresar tal alegría, dio una sonrisa arrogante, tan suya y tan de su padre, ambos al mismo tiempo. Lo había conseguido, había conseguido que antes para él era imposible.

-Gracias, padre-agradeció, dando una ligera inclinación en muestra de respeto.

-Llámala, quiero hablar con ella-pidió su padre, haciendo un gesto en dirección a la puerta-Tenemos muchas cosas de las que hablar, tengo entendido que quedó segunda en los exámenes de ayer, los de mitad de trimestre.

-Así es-afirmó el menor, dando una ligera sonrisa-Voy a llamarla.

Se acercó a la puerta a paso lento, sin perder la compostura, abriendo levemente la puerta para ver si la chica seguía allí. Ahí estaba, una de las chicas más inteligentes de Japón, recostada en la pared con el ceño fruncido y la mandíbula apretada, odiaba esperar y, aquella simpre y corta conversación, se alargó más de lo necesario.

-__-pronunció el chico, logrando que la chica lo mirara-Vamos dentro.

Siguiendo los pasos de su novio, entró en la oscura habitación. A pesar de tener una gran cantidad de ventanales, el lugar donde se encontraban opacaba la luz. __ dio una ligera reverencia, mostrando su respeto al director, cosa que desconcertó a ambos, aunque ninguno lo dejó mostrar. Aquella chica no era de mostrar un respeto por las personas.

-Buenos días-alegó, mientras elevaba la mirada, chocando con esos tenebrosos ojos rosados.

-¿Tú eres la novia de mi hijo? ¿__ (--)? ¿La de "no me hace falta estudiar para aprobar"?-se burló el mayor, aguardando por escuchar los reproches de la chica, pero nada se oyó, así el director frunció el ceño.

-Así es-afirmó __ de forma descarada, como si esperara alguna situación de ese tipo-Sus exámenes no son lo suficientemente exigentes como para hacerme estudiar.

Eso descolocó a Gakuho, quien frunció el ceño y apretó ambos puños. Tenía la misma mirada tétrica que su hijo, por lo que __ ya la conocía, no se dejaría intimidar por esos trucos baratos que usaba el profesor. 

-Ten cuidado-advirtió-Quizá, en un descuido, acabes con la clase E.

El ambiente se tensó, todos lo notaban, pero ninguno retrocedía. Aquello, más que una charla fraternal, parecía una competición para demostrar quien tenía el orgullo más grande y, como tantas veces he dicho, __ no pierde. Todos lo sabían y eran conscientes de ello, aún así, no dudaban en retarla de formas estrafalarias, tal y como el director estaba haciendo.

-Eso es una de las cosas que me gustaría hablar con usted-__ se aclaró la garganta mientras soltaba una mirada intensa al director, capaz de helarle los huesos a cualquier persona mortal-Quiero que me trasfieran a la clase E.

No soy perfecta, ¿sabes?  Asano Gakushuu y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora