Capítulo 9

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Aquel demonio salió del infierno, para buscar a su ángel

El bamboleo del carruaje era tranquilizante, siempre le había gustado pasear en ellos, no se dormía al contrario adoraba mirar por la ventana y ver el paisaje, pero esa vez tenia la mirada fija en la nada, estaba nerviosa y ansiosa, sentía como sus manos sudaban, volver a verlo después de ¿Cuánto tiempo? Ya no lo recordaba, pero su recuerdo, la imagen de su sonrisa la tenia presente siempre, de como la miraba con cariño, con amor, de recordar su primer beso, bajo la mirada y sintió un fuerte dolor en su pecho, al recordar sus palabras de felicidad, de lo bello que seria vivir en escocia y ser la señora del castillo- sonrió – y recordó que le dijo ¿no me digas que aun usas tu tartán y sales con tu espada a luchar contra los ingleses y así defender al clan.

- ¿me gustaría saber que piensas Fortune? , o quizás debería decir en quien piensas

- Se tardo unos segundos en darse cuenta que le hablaba – disculpe no le escuche

- Se inclino hacia adelante – te pregunte que pasa por tu cabeza o quien pasa por tu cabeza

- Nada realmente, solo pensaba que desde niña me gustaba dar paseos en carruaje y ver el paisaje

- ¿solo eso?, no recordabas a nadie en especial, quizás a alguien que diese paseos contigo en el carruaje- ni el mismo entendía ¿Por qué le estaba haciendo ese interrogatorio? No le importaba ese hombre del pasado, ella era su esposa y eso no se podía cambiar, si ella tenía en su corazón a otro, importaba en lo absoluto, porque él tenia a Sabrina en el suyo, de nuevo la maldita voz se escuchaba, ¿estas seguro? ¿hace cuanto que no la visitas ni escribes?, ¿estas seguro que no te importa? – y bueno no me dirás nada querida

- Lo miro con calma- le dije no hay nada más que eso y si hubiese alguien en mi mente no creerá que se lo diré – se cruzó de brazos y lo miro con altanería

- Sonrió – jamás pensé que tuvieses la capacidad de responderme o guardarme secretos

- ¡si supiera¡, dueña del club de damas no tan respetable por las noches – pensó- ¿dígame quien en esta vida no guarda un secreto en lo mas profundo de su alma?

- ¿Entonces tu tienes secretos?

- Si le digo le digo si tengo o no, ya no serian secretos – sonrió

- Rio fuerte – eres lista- ladeo la cabeza- lamento no haberte conocido antes, no haber tratado de tomar todo esto de mejor forma

- Levanto los hombros – el pasado no se puede cambiar, solo se debe aprender de el, que sacamos con pensar si no hubiese hecho eso o aquello, el daño ya está hecho y se debe aprender a vivir con ello

- La miro en silencio por un tiempo y vio como ella se removía incomoda por su mirada- no solo eres lista – se acercó a ella- también eres inteligente y tienes un color de ojos muy bello – inhalo su aroma y sus fosas nasales se llenaron de esencia de limón, menta y caramelo – que bien hueles – deseo enterrar su cara en su cuello y oler mas profundo su perfume, saber si su piel también tenía ese olor

- ¡Aléjese! – grito- no haga eso, no soy esa mujer

- Parpadeo rápido, su olor le estaba causando estragos en su cuerpo - ¿Qué mujer? – le dijo roncamente

- Su amante, Lady Evans – lo miro con enojo- sabía que hoy envió me envió una carta

- ¿Qué te escribió? - se puso tenso - ¿Cómo se atreve?

- Nada importante – desvió la mirada

- No creo que no sea importante si estas molesta – tomo su mentón y la obligo a mirarlo – dímelo

La Llave del corazón de un AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora