La Llave del corazón de un Angel

Capitulo 24

Cuando un ángel reconoce que esta enamorado se vuelve un ser de amor porque a entregado su corazón al demonio correcto que también le dio el suyo para que lo cuide y proteja siempre

Robert vigilaba a la mujer, sabia que era una desgraciada que solo se movía por el dinero y realmente no le gustaba como le hablaba a Sophie, tampoco a Lady Fortune, pero con Sophie era distinto, el se sentía protector con ella y veía el desprecio que había en los ojos de esa mujer por ella y le daban ganas de arrancarle los ojos – tome asiento y espere que las damas vuelvan

- ¿Te crees con derechos a dirigirte a mi? Tu eres un don nadie

- Yo soy el que vigila a todos desde la oscuridad, pero también puedo enviar a varios a ella – saco la navaja y le mostró – no desea que le deje otro recordatorio en su rostro y esta vez no se quitara jamás.

Lo miro con susto y se sentó muy despacio – me estas amenazando

- Piense lo que quiera

¿Dónde estará Hunter?, ¿ya habrá llegado?, realmente esperaba que no, ya que debía de salir de ahí rápido para tenderle la trampa y así volver a quitarle todo – ¿les falta mucho a esas dos gordas?

- Respete a las damas

- Ya te dije que tu eres un don nadie y yo una dama

- Tu Samantha eres tan solo una mujerzuela que se mueve por el dinero que tenga en protector en turno

Samantha se puso de pie e iba directo a darle una bofetada al hombre , ya tenia la mano levantada, su cara estaba roja de ira cuando escucho una voz que la detuvo en el acto

- Baja esa mano Samantha

Se dio la vuelta y vio a Hunter sentado en el escritorio que antes ocupaba la gorda de su esposa - ¡amor estas aquí!

la observo y se reprocho por haber caído tan bajo con esa mujer que aunque bella físicamente estaba podrida por dentro, no tenía punto de comparación con su esposa que era bella por dentro y por fuera – no soy tu amor y controla tus actos o atentes a las consecuencias, si – apunto a Robert decide que por el golpe que pensabas darle mereces desaparecer definitivamente no moveré un dedo para detenerlo

- Amor, creerme estoy acá para desenmascaras a la estúpida de tu esposa, esa gorda horrible, que me engaño con esta maldita club – sus ojos estaban llenos de lagrimas

Debí tener alguna lombriz en el cerebro para dejarme embaucar por esta mujer, todo en ella es un gesto estudiado aprendido para engañar a los hombres o los estúpidos hombres como fue el – guarda tus lagrimas, a mi no me conmueven – se puso de pie – y cuida a como te refieres a mi Duquesa, o no será Robert quien silencie tu boca para siempre

- ¡Por Dios!, ella te ha engañado, mírame estoy acá tratando de abrirte los ojos de mostrarte que tan miserable es ella, tiene un maldito club de juegos que camufla con un club para respetables damas como yo, pero tan solo nos despluma y después extorsiona, ella debió enviarte la información de mi niñita, de mi amada hija, que me calma no tenerla a mi lado es saber que tú la tienes bajo protección, porque mentí, mentí para salvar tu honor, para salvar nuestro amor, cree jamás ame a Darke a pesar de él si, a mi, cuando viniste a casa yo esta cegada por la rabia y te mentí en todo lo que te dije él te amo a ti, y si fui amante pero porque él me insistió mucho, me rogó, y pensé que al ser tu hermano ayudaría a darte celos, pero me aleje porque el me amenazó con contar que yo estaba embaraza de ti

- ¿Qué tan bajo puede caer? Dime – se puso de pie y se paro frente a ella- crees que soy estúpido o un maldito niñato que no sabe nada de la vida, bajo ningún concepto Aurore puede ser mi hija primero porque debería tener mas edad cuando te elegí como mi mente en turno en un principio y después porque siempre me cuide estando contigo, querida eres solo una ramera bien pagada – la observo con toda la altanería que podía tener al ser un Duque