Again You | Choi Soobin (2)

11.

Capitulo dedicado a:sailor_moon_taeil

Había pasado un mes desde que habíamos llegado a Italia y como era de esperarse no volví a saber algo de Beca o Soobin, tres semanas después de haber llegado a Europa recibí una llamada de Chung-Min por la madrugada quién al parecer había regresado a Corea para resolver unos cuantos problemas. Había resultado que Soobin había terminado con lo que tenía con mi prima y por supuesto la dejó mal, a decir por lo que mi primo llegó a explicarme ella se volvió loca. Entró en depresión y eso trajo la problemática de cortadas en sus brazos e intentos de suicidio pero todo aún no colapsaba, Yungay de adentró al mundo de las drogas y por supuesto a los negocios turbios, eso fue la gota que derramó el vaso. Toda la familia estaba hecha un caos y por supuesto mi primo regresó a su ciudad natal para ver qué era lo que realmente sucedía, todo colisionó con tan sólo tres semanas de habernos ido.

Un par de proyectos que tenía encima y anotaciones que había perdido en algún lugar de mi habitación me tenían mal, mi cabello había vuelto a crecer con tan sólo un mes y el tinte en mi cabello comenzaba a perder color por lo que opté retocarlo. Con una gran taza de café a la mano, le daba largos sorbos para continuar escribiendo mi ensayo de un libro de literatura que tenía que entregar en unos cuantos días, marcadas las 3:45 de la madrugada me levanté de mi ahora incómoda silla y caminé hacía la pequeña cocina que nosotros mismos habíamos montado. Abrí el frigorífico revisando que había para comer, estar trabajando con la laptop a estás tantas de la noche me había abierto al apetito, al no encontrar nada me dirigí a la pequeña alacena y se ella tomé el frasco de mermelada de zarzamora y una cuchara, comerme la mermelada a cucharadas era un ámbito que había tomado ya con el tiempo, al voltear hacía la pequeña mesa me encontré con una caja de pizza. Me acerqué lentamente y abrí la tapa encontrándome con cuatro grandes y triangulares pedazos de pizza que tenían grandes círculos de pepperoni salpicados en el triángulo de masa. Tomé dos cachos colocándolos en un plato y los metí al microondas colocándoles un minuto.

Observar como el queso tronaba en respuesta de que se estaba derritiendo con el calor de la máquina sólo hizo que mi estómago rugiera. Cuando tuve mis dos pedazos de pizza ya calientes apagué todo y regresé a mi habitación con un plato de pizza y el frasco de mermelada. Últimamente no había salido de mi habitación y llegaba antes de que Huening y Beomgyu llegarán así que no había mucho contacto pero les agradecí infinitamente que compraran pizza.

Mi alimentación no era muy buena, me mal pasaba demasiado y había días que tanto era mi estrés y trabajo que lo único que ingería como alimento era un par de tazas de café y por las noches la mitad de una bolsa de frituras, papás fritas para ser más exacta.

—Deberías dejar eso para mañana, es tarde.— Kai apareció por el marco de mi puerta con una sonrisa somnolienta.— Deberías descansar por lo menos dos horas, no vas a rendir si sigues así.

—Tengo que acabar esto, suficiente tengo con que la profesora de literatura me odie.— Murmuré suavemente mientras bostezaba y seguía bajando todas las letras que aparecían en la pantalla brillante. Después de un bostezo dí un gran mordisco a mi segunda pizza, moría de hambre.

—Boyoung basta, mañana te puedo ayudar pero ahora tienes que dormir. No has dormido en dos semanas.—  Descalzo caminó hasta mi y cerró la laptop, se arrodilló frente a mi y me dió un gran sonrisa.— Has bajado mucho de peso y deberías ver tu cara en un espejo, estás llena de ojeras. Aunque te hacen ver bonita pero aún así.

Sonreí enternecida por sus palabras que salían entre roncos susurros, dejé las hojas sobre la laptop y me levanté terminando el último pedazo de pizza para dejar el plato y frasco de mermelada en el piso.

—Duerme un poco, ¿Si?

Asentí y caminé hasta mi cama desplomandome en cuando estuve frente a ella, él me miró feliz y cuando estuvo a punto de salir de mi habitación, con mis ojos cerrados le llamé a lo que él sólo respondió con un sonido gatural que salió desde lo más profundo de su garganta.

—¿Puedes quedarte conmigo?— Pregunté con suavidad, escuché una sonrisa nasal proveniente de él y tan pronto cómo sentí el silencio reinar, ocupó un lugar a mi lado. En respuesta lo abracé por la cintura y dejé descansar mi cabeza sobre su pecho.— Gracias, Kai.

En respuesta sólo dejó un cálido beso en la coronilla de mi cabeza.

• • •

Caminaba por los abundantes corredores de la universidad, salí de mi edificio rumbo al lugar donde siempre me veía con Kai, Beomgyu, Yeonjun y Gianna.

Gianna Russo era una chica italiana que había conocido en los primeros días de la facultad y se había vuelto una buena para mí, eso no le quitaba el puesto a Hyejin de mejor amiga, Gianna era una chica muy linda. Delgada de 1.63 de piel clara, cabello rojizo y una dentadura brillante y blanca. éste último mes con respecto a Hyejin, habíamos perdido la comunicación al igual que con Taehyun, ellos habían terminado y eso hizo difícil las cosas para todos.

—¿Otra vez no dormiste Shin?— Yeonjun llegó a mi lado con una sonrisa luego de haber pasado uno de sus largos brazos por sobre mis hombros atrayendome a él, en un bostezo sonreí y negué levemente.

—Dormí al menos dos horas, agradecele a Kai.— Me encogí de hombros riendo debido a su rostro que mostraba su alto impacto.

—Claro que lo haré, le pondré un altar si es posible. Es el único que te ha hecho dormir en más de tres semanas, ni siquiera Beomgyu pudo hacerlo.— Soltó sorprendido por tal cosa.

Sonreí por tal cosa. Aquel aspecto era muy cierto, durante tres semanas los tres zopencos de mis amigos habían intentado evitar mis desvelos, Yeonjun estuvo quedándose en la habitación de Beomgyu e intento reprenderme para que durmiera, incluso en una de mis tantas desveladas me encontró en la cocina y me cargó como costal de papas hasta mi habitación pero en vez de hacerme dormir, él se quedó dormido.

—Deberíamos ir al médico, cada vez te vez más flacuchenta. Comienzo a verte menos alta.

—¿La chica de 1.72 está desapareciendo?— Dije riendo a lo que él me miró serio.

—En efecto si. Estoy apunto de llevarte cargando hasta el médico y créeme, no pienso ser amable contigo.—Me reprendió repentinamente molesto, sabía que Yeonjun se preocupaba mucho por mi. Su afecto era tanto que cada que hacía algo que dañará mi salud se enojaba conmigo.

Me convertí en una buena amiga para él, cuando lo conocí me platicaba todas esas experiencias que vivió en busca de una amiga. Las chicas lo quería cerca por el simple hecho de ser Choi Yeonjun. No les interesaban sus sentimientos o como él se sentía, lo quería porque era guapo, por popular, lo tomaban como un objeto al que podían usar. Un simple trofeo para las chicas pero después llegué yo, no lo veía como un trofeo o más allá de un amigo porque era guapo. Lo veía como una persona que siente y respira, como un ser humano en busca de una sincera amistad por parte de una femenina y estaba dispuesta a ser su amiga pasara lo que pasara.

Lo abracé por la cintura apegando mi cabeza en su pecho mientras él aún tenía su brazo sobre mis hombros.

—Gracias Yeonjun.

—No, gracias a ti por ser mi amiga.— Sonrió mostrándome la blanca hilera de sus dientes y como era de costumbre acercó su rostro al mío juguetón y rozó su nariz con la mía.

Nuestra relación se había vuelto tan llena de confianza y tan íntima en el sentido de amigos que incluso ese gesto era como nuestro tipo a aegyo personal. Cada que bromeábamos o hacíamos otro tipo de cosas como amigos hacíamos aquello, incluso cuando nos despedíamos hacíamos aquello y era algo que para Beomgyu y Kai era algo normal. Cuando ambos dejamos de sonreírnos miramos hacía el frente encontrándonos con la filosa mirada de un castaño.

—Soobin.