Aiden clava sus ojos azules sobre los míos, y ahora la situación parece divertirle.
-Creo que tu amiguito acaba de abandonarte.
Aquí vamos.
Cierro los ojos un momento y tomo aire, juntando paciencia.
-Por favor, Aiden, no des más vueltas. Solo dime que es lo que quieres. Tenemos clase en cinco minutos, y no pienso retrasarme por tu culpa.
Para mi sorpresa, ya no me mira tan divertido como antes e incluso llega a rodar los ojos al escucharme hablar.
-Que impetuosa has estado estos últimos meses, Scarlett. ¿Qué le ha pasado a la chica indefensa que creía conocer? - me dice con una sonrisa ladeada.
-Tú no me conoces- le digo desafiante, cruzando los brazos sobre mi pecho-. Tienes que parar con este jueguito tuyo, y lo digo en serio. Se terminó. Ya no puedes seguir pasándome por encima.
-Discúlpame, querida Scarlett, pero tú eres la que se deja pasar por encima; esa nunca ha sido mi intención-. Automáticamente mis labios se separan, dejando entreabierta mi boca, y lo miro incrédula-. Está bien, no voy a negar que tal vez me divierta un poco fastidiarte, pero eso es todo.
Una carcajada irónica se escapa de mi boca, y me muerdo el labio inferior; no puedo creer que haya tenido el descaro de decírmelo en la cara.
-Acabas de ganarte el premio al imbécil del siglo, Aiden.
Se cruza de brazos, mirándome con los ojos entrecerrados, y lo que parece que va a terminar en una sonrisa pasa a convertirse en una mueca de disgusto.
-No creo que lo merezca. No siempre lo soy- me dice con aire despreocupado, acortando nuestra distancia. Quedamos tan cerca que llego a sentir el aroma a menta que sale de su boca chocar contra mi rostro. Trago grueso-. Tengo una idea. Hagamos el trabajo juntos y prometo dejarte en paz, si es lo que tanto quieres.
- ¿Aiden?
¡Estupendo! Lo que faltaba.
Me hago para atrás lentamente y me giro para enfrentarme a Alisa, que nos mira asombrada. Sus ojos viajan de Aiden hacia mí, de mí hacia Aiden, y así continúa unos segundos hasta que finalmente detiene la mirada sobre él.
-¿Qué tal, Al? - Aiden se oye muy poco entusiasmado cuando levanta la mano para saludar.
-No sabía que ahora andabas detrás de... ésta.- Los ojos de Alisa se redirigen hacia mí cuando escupe con asco la última palabra.
Me hierve el rostro al ver a las estúpidas de sus amigas reír a su lado, y antes de que pueda decir nada, Aiden abre la boca.
-Eso no es asunto tuyo, Alisa.
De golpe, la expresión en su rostro cambia y lo mira incrédula. Cuando se da cuenta de que Aiden no está bromeando, deja escapar una exhalación de risa por la nariz y presiona sus labios con fuerza.
-Bien, como sea. Ni siquiera sé por qué me sorprende- Nos da una última mirada y se marcha hecha una furia, sacudiendo su cola de caballo de un lado al otro, con sus dos amigas atrás pisándole los talones.
Maravilloso. Ahora tendré que soportarla, martillándome la cabeza hasta el último día de mi vida.
-Me largo.
Apenas llego a darme la vuelta para irme a mi clase, que Aiden toma de mi brazo, obligándome a mirarlo.
-No quiero tener problemas con la loca de tu novia. Yo me encargo del trabajo y cuando esté terminado te lo hago saber. Dejame ir.
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Hasta el alma
Teen FictionDespués de tres años de su mudanza a la ciudad de Wimbledon, Inglaterra, Scarlett ya no está dispuesta a seguir soportando el molesto e inaguantable comportamiento que Aiden ha tenido con ella desde que puso un pie en MacQuoid. Y Aiden, por su parte...