No es amante de las épocas de frío pero le resultan las más satisfactorias en las cuales cumplir sus trabajos. Es molesto cuando tiene que despojarse de sus ropas por el calor en medio de éste o cuando siente el sudor escurriendo por su piel. Prefiere andar con capas de ropa y ver su aliento en el aire, le demostraba que estaba vivo y Lee Donghyuck amaba sentirse así, aun si buscando un poco de diversión y adrenalina cobraba la vida de alguna que otra alma deambulante por la noche.
La noche era su fiel compañera porque cometer un crimen de día no era su estilo, era más el de Dejun.
Inhaló el aire frío que lo recibía una vez salió del edificio, miró precavido a sus costados, sin girar su rostro. No había nadie. Aburrido. Era mucho más emocionante cuando se presentaba un testigo al cual aproximarse o si se trataba de algún compañero de la persona que había matado, mejor aún. Las personas se confiaban mucho al verlo, un chico delgado y bajo, con el cabello cubriéndole los ojos y en sí, una apariencia frágil pero nadie nunca lo veía salirse con la suya y contarlo, porque nadie sobrevivía al tenerlo a pocos centímetros con las manos alrededor de su cuello.
Donghyuck se preguntaba si todos esos que intentaban ahorcarlo eran unos pervertidos fetichistas con complejo de superioridad.
Metió su mano en uno de sus bolsillos buscando su encendedor y un paquete de cigarrillos. Donghyuck no fumaba pero aquello hacía pensar al hombre detrás suyo que estaba distraído e indefenso. Donghyuck nunca cargaba armas, todas sus batallas ganadas eran a mano limpia como le gustaba decir.
Sintió el brazo presionando contra su tráquea e intentó tragar saliva. Sonrió de costado cuestionándose porque siempre tenían que apresarlo por el cuello. ¿Qué tan divertido era asfixiar a alguien?
Los latidos de su corazón opacaban lo que el hombre susurraba en su oído, probablemente una que otra amenaza que no causaba efecto en él. Su ritmo cardíaco aumentó cuando sintió un metal helado rozar su piel. Aguantó una risa y se relamió los labios.
Siempre había deseado ser asesinado por alguien sin embargo su lado quisquilloso y engreído no le permitía morir en manos de un rostro desconocido. Como mínimo quería ver la horrible cara del responsable de su muerte.
Su rostro pudo haber sido... mejor.
Donghyuck en mil años moriría en los brazos de alguien que no se adecuaba a sus caprichos. Se podía decir que tenía ciertos gustos en cuanto a la apariencia de una persona que quizás idealizaba mucho ya que nunca había visto a alguien realmente con aquellos rasgos que en sus sueños a ojos abiertos podían presentarse. Aún no era su momento de todas formas.
Gracias a la amada Berenice. Donghyuck no sabía que tipo de arma era; lo había salvado tantas veces como groserías deja salir en un día o al menos en esos tiempos donde los trabajos eran numerosos, pero Dejun amaba jactarse de ésta. Oh majestuosa Berenice. Una pistola PSS; un arma silenciosa desarrollada por la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, ideada para reconocimiento y, obvias razones, asesinato. A pesar de ser una pistola enteramente silenciosa es de uso bastante sencillo.
Donghyuck no sabía por que medios Dejun había conseguido tal arma pero tampoco estaba muy interesado. Los suyo no eran las armas sino una mirada capaz de traspasar un cuerpo como una bala y unos labios tan letales como el veneno de una cascabel; o al menos eso le gustaba decir.
Algo irónico si le preguntan. Una cascabel no es tan sigilosa como la hermosa Berenice ¿Verdad?
Sintió el leve peso del hombre cuando éste cayó al suelo. No soltó ningún quejido y eso fue de total placer para el chino quien amaba tanto el silencio como a su Berenice.
ESTÁS LEYENDO
toxic [nct/wayv au]
Fanfiction"Tienes que ser cuidadoso a quien miras, a quien tocas y sobre todo, si sus labios te rozan. Un solo beso puede ser tan venenoso como para matarte". Una historia de nueve chicos con el alma envenenada. angst, muerte de personajes capítulos: 22/22 es...