De alguna forma siempre regresaba como si estar encarcelado fuera su único y mísero destino, a donde debía llegar por más que haga el bien o el mal, era la cuna a la que lo devolvían luego de llorar y sacaban cuando demostraba un comportamiento de excelencia o por los excelentes servicios de Jeno.
Esos llamados amigos le hicieron una mini fiesta de despedida, a los policías de guardia no les hacía gracia el que los reclusos rían y festejen pero a ellos que les importaba si parecían muertos en vida con las arrugas producto de su superficialidad y años de esfuerzo que no fueron apreciados.
—Nos vemos dentro de dos meses —le recordó el chico de cabello rubio y desdeñoso. Hendery sabía que volvería.
—Solo si te encuentro aquí y no te has suicidado antes —soltó una risa agria y burlona perdiéndolo luego de vista a medida que un policía lo escoltaba hasta la salida de aquella casa llena de barrotes porque no era una cárcel, se suponía que una de esas te hacía sufrir y anhelar por la muerte pero Hendery solo podía disfrutar su estadía hasta ser sacado una vez más.
Un hombre de lentes oscuros se encontraba apoyado en la pared de la casa. No sabía si hizo contacto visual pero se asustó en el momento que recordó le debía dinero a uno de tantos que le vendía. Pudo respirar con tranquilidad cuando reconoció esas medialunas vacías y esa sonrisa ya acomodada en su rostro que podía salir en cualquier momento independientemente de su estado de ánimo.
—¡Jeno! —se acercó abriendo los brazos sin esperar que el otro haga lo mismo, porque Jeno no abrazaba a la gente, —o debería llamarlo señor Lee —pegó sus cuerpos apretándolo fuerte y dedicó una sonrisa a medias para nadie en singular, para sí mismo quizá.
—Deja de meterte en problemas —dijo con ese tono mandón y omnipotente que algunos abogados suelen tener. Hendery asintió por pura costumbre a sus palabras siendo consciente que luego estaría en charlas con su abogado para bajarle la condena.
—Oye ¿no tendrás dinero que me puedas prestar? Sigo sin pagarle a Taeyong.
—Si no me devuelves el dinero entonces ya no sería prestado.
—¿Me regalas dinero entonces? —mostró sus dientes como un niño ansioso por hacer una travesura y recibió un golpe en el hombro de parte de Lee. Si moría Jeno no tendría a ese pequeño niño molestándolo o peor aún lo mantendría en forma espiritual perturbando el resto de sus días.
—No te invitaré a mi entierro si me matan.
Sus ojos sonrieron pero su boca a las justas se curveó siendo el resultado una expresión aterradora que lograba ponerle los pelos de punta.
Fueron por unas cervezas al bar. Las luces estropeadas dibujaban "NEO CITY" con elegancia fuera del lugar. La "E" como siempre parpadeando más que las demás queriendo escapar, salir de allí y no volver más, sin embargo se volvía a encender. Hendery hizo una mueca con disgusto viendo el letrero más testigo de toda su vida que el mismo Jeno.
Un poco de decepción hizo lugar en su corazón cuando no vio al amable moreno que trabajaba allí y que aún no le regalaba ninguno de sus besos en cambio Jeno, vaya, que suertudo desgraciado que no lleva el sabor de la droga en sus labios y puede conseguir hacerse con la boca de cualquier individuo. Volvería, siempre volvía. De eso se trataba la vida de Hendery y su entorno, era un juego de damas aburrido y predecible que comenzaba una y otra vez con la única diferencia de que sabes que es la décima vez que haces la misma jugada y no te arrepientes cuando todo gira viciosamente. La cabeza comiendo de su cola y regresando como el reloj que cuando llega a las doce no tiene a donde correr pero marcar a la una.
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toxic [nct/wayv au]
Fanfiction"Tienes que ser cuidadoso a quien miras, a quien tocas y sobre todo, si sus labios te rozan. Un solo beso puede ser tan venenoso como para matarte". Una historia de nueve chicos con el alma envenenada. angst, muerte de personajes capítulos: 22/22 es...