Dejun odiaba tener que viajar kilómetros pero el costo del arma era menos de lo que creía y tenía que aprovecharlo. El poco sentido común que tenía en ningún momento le advirtió que podría ser un engaño o podrían robarle ya que el lugar quedaba algo alejado de la ciudad. Todo lo que hacía por un rifle Mosin Nagant, un arma bastante difícil de conseguir ya que, al igual que su Berenice, fue bastante usada durante la Segunda Guerra Mundial. No lo juzguen por su pequeña obsesión con las armas producidas por la Unión Soviética.Una vez estuvo de pie frente a la puerta miró a su alrededor por precaución. El hombre que años atrás le había vendido a Berenice le había asegurado que un tal Yangyang tenía el arma que buscaba y quizás otras cosas que podrían ser de su agrado. Luego de tiempo interactuando con personas podridas como lo eran él y Donghyuck, uno aprende a no confiar en nadie, ni siquiera en ese que solía acompañarte en misiones o la persona que te vende armas rusas. Dejun había aprendido a la mala durante una de sus primeras misiones, no todo había salido como lo planearon en un principio y esos "compañeros" dejaron toda duda al fugarse lo más rápido que pudieron dejando al chino como carnada para los guardias.
Tomó aire y exhaló en silencio metiendo sutilmente una mano dentro de su casaca. Tocó el timbre.
—¡Ya va! —escuchó una voz gritando desde el interior seguida de ruidos que inferían cosas cayendo al piso y luego un grito reprimido de parte del chico que le abrió la puerta. —Hola, tú debes ser Xiaojun ¿Verdad?
El chino se llevó una sorpresa al resultarle familiar el rostro del chico quien parecía años menor que él, añadiendo esa aura inocente e infantil que tenía alrededor, por supuesto trató de ignorar todo el desorden que había en el interior cuando ingresó a la casa. El chico, a quien identificó como Yangyang balbuceaba rápido lo cual hizo que Dejun entendiera muy poco de lo que hablaba resumiéndolo todo en su cabeza a una reciente mudanza.
—Creo que el rifle está por aquí en algún lugar —habló llevándose la mano al mentón mientras miraba el montón de cajas dispersas en el suelo que llevaban palabras escritas las cuales Dejun no pudo reconocer.
El foco en la cabeza de Yangyang se encendió y sonrió orgulloso de sí mismo por haber recordado donde había dejado el arma. Dejun lo siguió con la mirada hasta que entró a una habitación y salió cargando un estuche. Sus ojos se iluminaron y sus manos se empezaron a mover inquietas por tener a tal majestuosidad entre ellas.
—Antes de dártela me tienes que mostrar algo —. Dejun sacó los billetes de su bolsillo y los mostró sin entregárselos.
—Tú también me tienes que demostrar que no me engañas.
Yangyang rodó los ojos y extendió el estuche hacia el chino que lo miraba con ojos dubitativos. Una vez verificó que era el rifle ruso que tanto había deseado por años le dio el dinero y decidió irse no sin antes agradecerle.
—Antes de que te vayas, necesito ver que tengas autorización para portar armas —. Dejun se congeló en su sitio, Winwin nunca antes le había pedido su permiso lo cual era bastante coherente sabiendo que todo lo que hacía no era legal exactamente. El haber cambiado de vendedor podía dificultar las cosas pero confió en la palabra de Winwin y tomó por sentado que no habría problemas al adquirir el producto.
No se giró y se mantuvo quieto con el estuche a la espalda.
—Por lo que vi no tienes carro y debes cruzar la ciudad así que obviamente te detendrán para pedir tu permiso. Solo te estoy evitando un posible problema —hablaba calmado y Dejun no sintió que éste se haya movido un solo centímetro o al menos esto creía. Sin embargo el sonido que hace una corredera señalando que un cartucho ha sido preparado nunca miente. Ahí estaba Yangyang apuntando con una pistola a la espalda del chino. Lentamente Dejun elevaba sus brazos mientras se daba la vuelta para encararlo. Esa mirada indiferente no pertenecía a un chico con tal apariencia, el aura que en un comienzo había percibido ya no se encontraba en ningún lugar de la habitación y solo había un chico sin expresión alguna que no dudaba en ningún momento al presionar el disparador.
—No eres policía —dijo firme mientras analizaba una vez más el arma con la que lo apuntaba. Una pistola Glock, bastante popular en campos militares y policiales, a pesar de eso Yangyang no lucía como un policía al menos no de los malos.
—¿Cómo estás tan seguro? —. Dejun notó como su dedo que estaba posicionado en el guardamonte ahora se colocaba cerca al disparador y la calma que tenía se reemplazaba por esa emoción que solía llenarlo durante sus misiones. Era casi imposible después de tantos años de experiencia en asalto y asesinato que alguien lo vaya a matar por una razón así y con una pistola de uso tan simple. Dejun no podía caer más bajo y el que su rutina haya sido ligeramente torcida lo ponía ansioso por cuales serían los próximos movimientos del chico.
—He visto más policías que a mí mismo en el espejo, sé como luce uno de esos.
Yangyang hizo el ademán de rozar el disparador con su índice y fue ahí cuando Dejun se dio cuenta que no le dispararía porque sus cejas ahora se alzaban y sus brazos estirados perdían firmeza al igual que sus piernas separadas. Ahora mostraba una expresión serena y esa aura infantil había vuelto. Por fin Dejun se dio el lujo de relajar sus músculos aún manteniéndose alerta frente aquel niño que lo sobrepasaba en altura.
—Está bien. Solo no me delates, no es como si yo tuviera un permiso. Fue un gusto conocerte Xiaojun —le sonrió amable extendiendo su mano.
Dejun podría haberse ido sin ningún problema y evitado relacionarse en lo absoluto con él pero justo en ese momento fue que recordó ese rostro pixeleado y sonriente mientras veía las grabaciones de unas cámaras de seguridad hace muchos años y Yangyang lo notó en su mirada, sintió una corriente en su nuca al haber sido descubierto y alzó la pistola una vez más mirando a su objetivo.
—Ahora tengo que matarte —dijo en voz baja con un suspiro como si la misma situación lo agotara mentalmente. Yangyang solo quería tener una vida tranquila.
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toxic [nct/wayv au]
Fanfiction"Tienes que ser cuidadoso a quien miras, a quien tocas y sobre todo, si sus labios te rozan. Un solo beso puede ser tan venenoso como para matarte". Una historia de nueve chicos con el alma envenenada. angst, muerte de personajes capítulos: 22/22 es...