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Como alguna vez Hendery mencionó, su amigo podía conseguir a quien quiera, a pesar de que éste siempre lo niegue y diga que todas esas personas estaban ciegas por alguna vez desearlo aunque de una noche solo se trate. Pero ¿qué sucedía si Jeno en esta ocasión era el que deseaba tenerlo? ¿También podría llamar ciego al pelirrosa que se encontraba durmiendo en su cama? ¿Tendría el valor de sacarlo de su casa y no volver a contactarlo nunca más al igual que esas personas con las que alguna vez estuvo?

Jaemin se sintió feliz cuando aquel abogado le pidió una cita meses atrás, la primera cita se convirtió en una segunda y luego a ésta le siguió una tercera, se vio a sí mismo siendo recogido casi todos los días de su estudio fotográfico por Jeno con quien caminaba por el puente y lo capturaba en fotos con su celular con la excusa de ser el cielo el protagonista de éstas. Sin embargo, este Jeno que veía en la calle sonriéndole no era más que una fachada; no fue hasta hace unos días que descubrió lo que ocultaba. Su sonrisa era menos forzada y sus ojos formaban unas medialunas adorables, el brillo de éstos se perdía cada que le llegaba un correo y Jaemin buscaba una forma de ver a Jeno sinceramente feliz todo el tiempo, que no tenga la necesidad de ponerse una máscara frente a personas y que termine mostrando lo genuino que era pero esto significaba mostrar sus debilidades y puntos bajos dejándolo vulnerable frente a todos y sobre todo, frente a sus clientes.

El pelirrosa sabía un par de cosas de Jeno; por ejemplo, su color favorito era el azul viendo así la cantidad de prendas y objetos en su casa de dicho color, cuando estaba en la secundaria tocaba la guitarra y participó en varios concursos pero luego de terminar su carrera dejó el instrumento de lado para ejercerla a tiempo completo, amaba los gatos, Jaemin lo había encontrado más de una vez viendo fotos o videos de gatos jugando o solo durmiendo sin embargo para su mala suerte Jeno era alérgico. En lo que refería a hábitos no pudo evitar notar que movía su nariz al ver comida y la forma en la que sus labios se separaban ligeramente cuando se concentraba. Loa había visto trabajar mientras fingía estar dormido con la sábana blanca ligeramente cubriéndolo y enroscándose entre sus muslos con pequeñas marcas de tonalidades rojizas suaves que en unos días desaparecerían mas no la sensación de sus labios delgados sobre su piel robándole ronroneos al pelirrosa a gusto de la pulcritud con la que era tratado por el mayor.

La mayoría de las veces Jaemin se despertaba primero debido a su incapacidad de dormir por más de 5 horas seguidas, Jeno estaba acostado a lado suyo aferrándose a uno de los brazos del menor que sonrió por lo tierno que se veía, se mantenía despierto hasta que sus ojos eran vencidos por el cansancio y los cerraba, lamentablemente esto no lograba hacerlo dormir de inmediato, a veces demoraba una hora en hacerlo o simplemente no lo hacía y continuaba con su día de largo. Con los ojos cerrados sentía como el cuerpo quieto a lado suyo se removía indicando que Jeno empezaba a despertarse. No abría los ojos durante todo el rato que Jeno se quedaba sentado en el borde de la cama, en ocasiones con la cabeza apoyada en sus manos o mirando fijamente al pelirrosa. No lo despertaba para que Jaemin duerma un poco más, irónicamente el menor era el que menos dormía entre los dos.

Jeno se sentaba al frente de su laptop y revisaba correos a los que gruñía con molestia, después miraba su celular y se entretenía unos minutos con fotos de gatos que le sacaban alguna risa, cubría su boca para no hacer mucho ruido mientras creía a Jaemin dormir y seguía con su rutina. Jaemin se levantaba una hora después para ir al baño y cepillar sus dientes ya que el mayor había comprado un cepillo y toalla a parte para cuando durmieran juntos, las cosas del menor con el transcurso de los días iban a parar a casa de Jeno. Hacía unas tostadas francesas y jugo para llevárselo a Jeno que desde temprano empezaba a discutir con las personas que aparecían en su pantalla.

—Es lindo que tus voz sea lo primero que escuche en el día —se burló Jaemin al ver al otro evidentemente exasperado por algo que leyó. Jeno volteó automáticamente al escuchar su voz y una sonrisa cariñosa apareció en su rostro.

toxic [nct/wayv au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora