Belia
Una semana después...
Esto realmente es como un maldito juego de sube y baja con conejito en el que realmente me estoy hartando, y ni siquiera es mi estúpida responsabilidad que llegue a pasar con ella. Aunque podría sacar alguna que otra ventaja de esta estupidez.
Conejito, vamos a dar una vuelta por la cabaña— hablo entrando a la habitación y ella se sobresalta al escucharme.
—yo...— antes que termine la interrumpo.
Ahora— la miro con molestia, por lo que ella inmediatamente se levanta.
Hemos estado caminando por mas de media hora, y mi mente se encuentra en cualquier otro lugar al igual que la de ella. Tengo que admitir que, aunque me vuelve realmente loco estar junto a ella y no poder terminar mis negocios yo mismo, a sido la semana mas calmada y agradable que he tenido en mucho tiempo, pero ¿Qué más da? soy yo y es hora de arruinar todo como siempre.
—¿Has hablado con Emily o tus padres deben estar preocupados por ti? — hablo con desinterés, sentándome en un árbol caído en el suelo, levanto la cara para verla y ella se a quedado para mirando sus manos.
—Perdí mi teléfono, no creo que a mi familia le importe donde este...— suelto una pequeña risita al escucharla eso sonó muy triste.
—¿Por qué crees eso conejito? —ella sigue mirando sus manos pequeñas, estoy seguro que su manito solo cubriría mi dedo pequeño, es una verdadera ternura.
—Saben que estoy bien. Se cuidarme— habla con nerviosismo. Me levanto de manera rápida y brusca quedando justo frente a ella. Conejito se sobresalta retrocediendo unos pasos y cerrando sus ojitos con fuerza.
—No te creo, hay algo más.
Samay
Demonio se encuentra frente a mi preguntado por ese algo mas que ni siquiera yo logro entender..., no tengo nada que responder, pero si no respondo se que las cosas se pueden poner realmente malas.
—No entiendo ese algo más...
—Si sabes. ¿Qué es ese algo conejito...? —está muy enojado y se le puede notar en su voz.
—No lose..., no lo entiendo.
—Si lo sabes— habla fastidiado, apretando mis brazos con sus manos, atrayéndome hacia él, yo solo aprieto mis ojos con fuerza. No quiero llorar...—. ¿Qué pasa en tu linda cabecita?
—Y...yo solo causo problemas a mi familia, eso es todo...
—¿Qué clase de problemas conejito...? — el habla de manera lento junto a mi oído, eso causa que me estremezca, y cada vez aprieta más el agarre de mi brazo.
—Confundo la realidad con los sueños..., eso es todo, por favor déjame ir...—traté de hablar lo más rápido que pude, abro mis ojos los cuales ya están llenos de lagrimas y Demonio solo me mira tratando de analizar o buscar algo en mi rostro. Este me suelta y habla.
—Vámonos.
Estamos caminando de vuelta a la cabaña y yo no he parado de llorar, no se como puedo ser tan idiota de contar algo como eso, de seguro ahora sabrá toda la universidad y mi vida será un infierno peor al que vivo.
—Puedes caminar más rápido, tengo prisa —demonio habla interrumpiendo mis pensamientos, causando que me sobresalte y camine lo más rápido que puedo—. Me das lastima... — su ultimo hace que me rompa aún más, ¿Por qué tiene que ser tan cruel?, ni siquiera nos conocemos bien...
Íbamos llegando a la cabaña cuando visualizo a una chica golpeando la puerta de esta de manera eufórica.
—¡Ábreme la maldita puerta joder! —escucho un fuerte grito de parte de la chica. —Es Emily...—
—Esto tiene que ser una maldita broma... — Demonio habla entre dientes, ahora luce el doble de molesto de lo que estaba.
—¡Emily! — no puedo evitar llamarla. Esta es mi oportunidad de volver a la universidad. Al llamarla esta se da la vuelta y me mira sorprendida.
—Samay...—parece estar a punto de llorar, pero cambia su expresión al mirar a Demonio, este solo la mira con una sonrisa de medio lado, ya mas cerca esta vuelve hablar—Sube al auto, nos vamos...
Demonio intenta sostener mi brazo, pero soy más rápida y me alejo subiendo al auto. Emily se acerca a decirle algo con mucho enojo y demonio solo la mira con una sonrisa. Esta sube al auto, dándole marcha devuelta a la universidad.
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sueños
ChickLitla vida de Samay siempre a sido un debate entre lo que es la vida real y los sueños, según sus padres ella solía confundir estas dos, pero ella estaba casi segura de que no era así, el problema era el casi y el no tener a nadie quien le dijera que e...