capítulo 12

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Belia

El desayuno esta horrible, la cocina nunca fue y será lo mío. Veo como conejito mira su té y las tostadas reprimiendo una sonrisa.

—Adelante conejito, ríete de lo horrible que esta el desayuno—hablo mirándola con enojo, ella se tensa y todo rastro de risa se esfumo— Nos quedaremos unos días aquí, por lo menos hasta que puedas caminar bien y no parezcas un maldito zombi —me paro de la mesa recogiendo las cosas ella solo mira sus manos sobre la mesa, está asustada— un amigo vendrá a revisarte, no quiero que te de una infección y te mueras.

—No creo que me muera y creo poder caminar. No quiero quedarme aquí— lo último lo dice susurrando.

No te pregunte si querías o no— le respondo sin ninguna expresión.

—No quiero, tengo que asistir a la universidad, no tengo ropa aquí y n...no quiero estar contigo...

—He dicho que no conejito, nos quedamos hasta que estés mejor y los demás no crean que te he intentado matar—alzo la voz y ella da un respingo en el asiento esta demasiado asustada y cierra sus ojos apretándolos con fuerza, dirijo la vista a sus manitos y también las está apretando.

Samay

Abro y cierro mis ojos esperando que en algún momento vuelva aparecer en la universidad y todo esto no seas mas que otro sueño, pero sigo aquí. Siento como la puerta del dormitorio es abierta con cuidado y por ella veo entrar a demonio y a un chico bastante más pequeño que él, cargando un bolso de gran tamaño y muy pesado por lo que se ve en sus expresiones y forma de cargarlo.

—Conejito el José es estudiante de medicina, él te revisara—habla demonio quitándole el bolso a José y dejándolo en la mesita de noche como si no pesara nada. Dirijo mi vista a el mas pequeño y su expresión cambio igual que su postura, al quitarle el peso del bolso—. También he traído algunas cosas que necesitaras — se estaba por retirar de la habitación, pero se detiene y habla —Respecto a la universidad, seguirás estudiando, Ares te conseguirá las materias y todo eso, lo mandará a mi computador y podrás hacer lo que necesites.

—Bien señorita, revisare tus heridas y promete decir si te sientes incomoda o te duele mucho algo ¿vale? — habla José con una sonrisa en sus labios después de que Demonio se retirara de la habitación por completo, yo lo miro y asiento con la cabeza.

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