capítulo 15

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Samay

Unos golpes que provienen detrás de la puerta logran despertarme.

Conejito son las diez de la mañana, tengo hambre—escucho a Demonio hablar detrás de la puerta.

—Voy— me siento en la cama y froto mis ojos.

—¿Quieres que te ayude? — abre la puerta con cuidado y asoma su cabeza por ella mirándome, yo niego con mi cabeza y se va.

Voy de camino a la cocina donde demonio está muy concentrado en su computadora, trenzo mi cabello y comienzo a cocinar.

—Ares te consiguió la materia de las clases de ayer, en cuanto termine con esto empiezas tus trabajos — habla con la vista fija en su computadora y sin ninguna expresión en su rostro. Dejo un café con tostadas a su lado.

—Gracias— hablo con una sonrisa en mis labios, por lo menos seguiré estudiando en mi estadía aquí.

El desayuno trascurre en silencio, ya cuando terminamos recojo todo y lo limpio, cuando estaba por terminar Demonio habla.

—¿Por qué decidiste estudiar esa mierda? Yo no soportaría estar con mocosos todo el maldito día y mucho menos limpiar sus mierdas — lo miro y tiene una mueca de asco, yo solo sonrió con su expresión y comentario.

—Son niños, experimentando por primera vez lo que es aprender y me fascinaría ser parte de eso — el me mira como si estuviera diciendo alguna locura.

—Qué lindo es enseñarle a un mocoso a limpiarse el trasero, muy lindo...— habla con sarcasmo.

—No es lo único que se enseña— lo miro con mi seño fruncido.

—Claro que no, pero es una mierda y tienes que aceptarlo.

—No lo aceptare porque no lo es.

—Claro que sí.

—Y tú, ¿Qué estudia? — le pregunto colocando mis codos en la encimera de la cocina mirándolo con mis manos apoyadas en el rostro.

—Algo que gente estúpida como tú no entendería.

—No soy tan estúpida demonio...—hablo con calma y un poco de molestia. El de inmediato cabía su expresión a una de enojo.

Eres tonta y no me vuelvas a llamar así.

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