capítulo 6

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Samay

Son pasado las siete, y desde que llegue a mi habitación no me he movido de la ventana acariciando mis brazos. Espero mantenerme lo más lejos de demonio.

Sin mucho que pensar me coloco un suéter y voy al casino, donde seguro me espera la señora del día de ayer que resultó también ser la madre de Eva mi nueva amiga, la cual esta en mi misma clase de Literatura.

Al llegar estuvimos casi dos horas conversando de cosas sin sentido y muy triviales. El poco tiempo que he estado con ella me a demostrado que es una persona muy buena y carismática, espero seguir tratando con ella y su hija.

Belia

Son las seis treinta y se supone que ya debería estar en la maldita universidad, pero la encaprichada de Emily no levanta su maldito trasero para irse.

-Levántate ahora, no te dejare aquí sola- hablo ya cabreado de que no se pare del maldito sillón, ni muerto la dejo sola en casa, de seguro revisara todo el maldito lugar.

-No molestes imbécil. A noche me tuviste despierta hasta las cuatro de la mañana y además me duele todo el cuerpo, déjame seguir durmiendo. Tampoco veo por qué quieres ir a la universidad, si nunca lo haces, a menos que tenga examen y por lo que sé, no lo tienes- me responde tapando su cara con un cojín y con voz adormilada. Joder que fastidio...

-Necesito hacer algo y para eso necesito que te levantes, te vistas y te largues o si no te lo juro que te tiro por esa puerta como estés- ya molesto por su estúpida respuesta le arranque la sabana que cubría su cuerpo y decido contarle más de lo que pasara hoy-Decidí ayudarte con lo de tu hermanita, le pedí el favor a Jax- hablo sin ninguna expresión en mi rostro. Ella se destapa la cara, me da una sonrisa seguida de un beso y corre al baño a vestirse, aunque esto no lo hago por ella, necesitaba una escusa para que se levantara y se fuera, además tampoco le he contado de mi encuentro con su hermanita y que la estúpida marca que llevo en la cara me la hizo ella.

Samay

Ha pasada un tiempo desde el encuentro con el amigo de Emily y no me lo he topado en ningún lugar de la universidad, cosa que agradezco mucho ya que es realmente intimidante.

Son exactamente las siete cincuenta, hora de digerirme a mi primera clase, pero algo me detiene a lo lejos es el...

-Esto es departe del demonio, conejito...- habla una chica a mi lado, la cual me da vuelta para propinarme una fuerte bofetada que me deja en el suelo.

-Te dije que la ibas a pagar caro, conejito- esta vez hablado demonio, quien levanta de un tirón, arrestándome por la universidad.

Por favor que esto sea otro sueño malo...

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