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Subo las escaleras lentamente, con la cabeza hecha un cuadro, y nunca mejor dicho. Deslizo la llave dentro de la cerradura, con suavidad, notando cómo todo encaja. Al otro lado de la puerta, me sorprendo al ver a Friedrich de pie, justo delante de uno de los sofás, y a Elizabeth sentada con él. 

Frunzo el ceño mientras me acerco a ellos. 

- Buenas tardes -saluda Elizabeth desde su sitio. Sus ojos lanzándome una mirada de "me huelo lo que has estado haciendo". 

- Buenas tardes -saludo con un pequeña sonrisa hacia los dos-. ¿Qué tal estás, Friedrich? -le pregunto mientras tomo asiento junto a Elizabeth. 

- Muy bien. Gracias -responde con una gran sonrisa. Sincera, bonita y juvenil. 

- Friedrich ha venido a verte -comenta mi falsa tía-. Le he dicho que no tardarías pero, para sorpresa de todos, lo has hecho. 

Me aclaro la garganta mientras dejo el pequeño bolso de mano sobre la mesa de comedor.

- Heinz me invitó a comer -explico, tratando de restarle importancia al asunto usando un tono de voz neutro-. Siento haberte hecho esperar, Friedrich, pero no sabía que vendrías. 

- Eso es cierto -dice mientras se pone en pie y me sonríe-. Tendría que haber avisado con tiempo. Tan solo pensé que estarías menos ocupada pero... me alegra saber que te vas adaptando bien. 

Desvio mi mirada. Sé que las palabras de Friedrich son sinceras pero no puedo evitar sentirme avergonzada por lo que dice, es como si sus palabras me hicieran sentir culpable, la mala de la película, a pesar de que yo solo estoy siguiendo con mi vida legos de todo lo que conocía antes. Llego aquí, confraternizo con Heinz, confraternizo con Friedrich, me encuentro en el medio de dos tíos que encima son nuestros enemigos. Parece que únicamente estoy aquí para eso, para tirarme a tíos mientras que Elizabeth hace todo el trabajo. 

-Lo cierto es que he venido a verte porque es muy posible que me vaya pronto -comenta mientras se acerca a mí, y Elizabeth desaparece por el pasillo que lleva a las habitaciones. 

-¿Qué? -pregunto sorprendida, centrando mi mirada en él y alejándola del lugar por el que se ha ido mi falsa tía-. ¿Te vas? 

-Dentro de poco -asegura-. Engel Bleier también viene. ¿Lo recuerdas? -añade con una triste sonrisa. 

-Él me da igual -aseguro mientras tomo su mano y le pido que se sienta en una de las sillas del comedor, para que hablemos mejor-. ¿Sabes cuánto tiempo te queda? 

-Dos semanas como mucho -responde sin soltar mi mano, y con mirada triste. 

-¿Solo eso? -pregunto indignada-. Pensaba que tendría más tiempo... -suelto en voz alta.

-¿Más tiempo para qué? -pregunta él. 

Me encojo de hombros, queriendo decir en realidad que pensaba que tendría más tiempo para conocerle, para... saber si Friedrich me gusta más que Heinz, o que ninguno me gusta en realidad. Simplemente me gustaba la idea de tener opciones, de saber que esta mierda de coma falso o lo que sea que es esto es algo más divertido de lo que puede parecer a simple vista. Hacer justo lo que me dijo Elizabeth, buscar aliados entre los enemigos, para protegernos en caso de que todo se vaya a la mierda. Pero, ¿alguno de ellos estaría dispuesto a eso? ¿A protegernos por encima de los suyos?

-Todavía hay tiempo -asegura, forzando una sonrisa-. ¿Por qué no vienes con mis amigos y conmigo a tomar algo? Habrá buena música... 

-Música alemana -suelto con una pequeña risa mientras inclino la cabeza hacia un lado. 

LA HIJA DEL TIEMPO 2.5 (2º GUERRA MUNDIAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora