Diario de una cuarentena

44. Paraíso Froston

Miércoles 29 de abril de 2020

Resaca de analgésicos

No sé si lo habréis notado por las fechas de las entradas, pero he estado un par de días sin escribir. Creo que me dolía demasiado la espalda como para pensar. Hoy, gracias a las drogas y a las friegas con una crema para los achaques de los viejos, estoy algo mejor. Al menos he podido apoyar la espalda en la cama sin ver las puñeteras estrellas. Levantarme, sin embargo, ya es otro cantar. Imagino que como se enfrían los músculos durante la noche, por la mañana me despierto como una alcayata. Oxidada. A la que, literalmente, le han pegado una paliza.

Por el resto estoy bien. Quiero decir, espero no desarrollar una fobia a las ancianas y no pienso volver a meterme donde no me llaman (por mí como si se muelen las costillas a palos), pero no tengo fiebre ni otros síntomas. Ya solo me faltaría ser asintomático y contagiar a mi familia. Ayer me llamaron del centro de salud para ver si estaba bien, y sigo esperando a que la policía se ponga en contacto con nosotros. De las hermanas asesinas no sé nada, y casi que lo prefiero. Solo espero que alguien, quien sea, le cambie el crack por aspirinas, porque, joder... O que la encierren y encadenen hasta que le practiquen el exorcismo. No sé, lo que salga más a cuenta.

Mis padres han dejado de preguntarme cada cinco minutos si estoy bien o si necesito algo. Ahora lo hacen cada diez. Ya es un progreso, ¿no? Entiendo que se preocupen, y se lo agradezco; lo que no me entra en la cabeza es que parezca que la paliza se la hayan llevado ellos.

Es mi madre la que ha estado desinfectándome el arañazo y aplicándome la pomada antiinflamatoria estos días. Según ella, tiene mejor aspecto, aunque yo prefiero vivir en mi dolorosa ignorancia. En eso he salido por completo a mi padre, o, mejor dicho, lo he aprendido de él. Como me dijo una amiga psicóloga, es una fobia heredada que he interiorizado. Y es que, si cabe, mi padre es todavía más aprensivo que yo. Vaya información genética de mierda estoy almacenando en mi ADN. Espero que muera conmigo y no se propague más a ningún ser inocente y desgraciado.

Entretanto, el mundo ha seguido girando y aquí seguimos. He de decir que me hallo absoluta y profundamente decepcionado con el meteorito que tenía que colisionar contra la Tierra y acabar de una puta vez con todos nosotros. ¿Qué se supone que tengo que hacer yo ahora? ¿Seguir viviendo? Pfff, qué pereza más intensa, ¿no? Y yo que albergaba esperanzas de que nos consumiéramos como especie entre terribles y agónicos sufrimientos. Qué desilusión. ¿Entendéis ahora por qué soy un escéptico empedernido? Las teorías conspiranoicas no valen ni para limpiarse el culo. Te generan expectativas e ilusiones vacuas para nada. Mira, en eso se parecen a la homeopatía.

Y, hablando de teorías, está todo el mundo loco con los documentos desclasificados del Pentágono. Que yo me pregunto, ¿cuál es realmente la noticia? ¿La confirmación de los OVNIS? ¡Ni que eso fuera nuevo! Pues no hace años ya que afirmaron su existencia. Eso sí, lo que la gente no quiere entender, sea por el motivo que sea, es que un Objeto Volador No Identificado no implica que sean hombrecillos verdes, y mucho menos que vengan a meternos sondas anales y a secuestrar vacas. Por eso se llaman No Identificados, ¿no os parece? El día que confirmen la existencia real de un platillo volante con una familia de extraterrestres camino de Benidorm, entonces sí, en ese caso habrá noticia. «Pe, pe, pe, pero las élites, los gobiernos que nos controlan en la sombra jamás revelarán esos documentos. Nos quieren ciegos y engañados». No sé, igual, quizá, lo mismo, tal vez, se me ocurre que es porque no poseen esa información. ¡Chan! Menudo giro argumental, ¿eh? Bua, espectacular. Venga, de nada.

¿Significa eso que no creo en la existencia de vida fuera de nuestro planeta? Por supuesto que no. Es más, pensar que somos la única roca con vida en todo el universo me parece sencillamente absurdo. Por simple probabilidad, con la de miles de millones de galaxias que hay, alguna ha de albergar vida, aunque sea una baba mutante que se arrastra y come ceniza volcánica. Lo de vida inteligente puede que sea algo bastante más complicado, al menos tal como la entendemos. Ahora bien, de ahí a creer que «están entre nosotros», o que colaboran con los gobiernos para no sé muy bien qué, pues permitidme que tenga mis serias dudas.

Pensad que estaríamos hablando de una civilización muchísimo más desarrollada que nosotros, a todos los niveles. De hecho, su tecnología nos parecería pura magia. Lo cual me lleva a pensar que, si han alcanzado semejante nivel y han llegado tan lejos, evolutivamente hablando, es porque, o bien han superado los problemas a los que nos enfrentamos nosotros (desigualdad, guerras, hambre y un largo etcétera que les llevaría irrevocablemente a su extinción) y han trascendido como especie; o bien es una civilización de psicópatas y solo van buscando arrasar otros mundos. Por supuesto, puede haber más posibilidades, pero estas son las que yo más me he planteado.

¿Qué, os sorprende que piense en estos temas? Soy escéptico, no negacionista acérrimo sin ilusión ni imaginación. Por favor, ¿eh?

Como sea, en ninguno de los casos, creo, tendría sentido que vinieran a la Tierra a hurtadillas, escondiéndose de nosotros. Sí, bueno, de acuerdo; en el supuesto de que, por algún motivo que ignoro, vinieran a ayudarnos, se podría pensar que lo hacen de manera discreta para no provocar el caos hasta que estuviéramos preparados; e incluso que fueran verdaderamente altruistas, no buscaran reconocimiento y, una vez superados los problemas, se fueran tal como vinieron. Sin embargo, viendo que no hacemos un buen uso de su tecnología y conocimientos, que no solo seguimos matándonos entre nosotros, sino que estamos a años luz de acabar con la desigualdad, y que abusamos y destruimos constantemente la naturaleza sin la que no somos nada, digo yo, ¿no se les hincharían sus órganos genitales alienígenas, nos darían por caso perdido y se irían? O, en el mejor de los casos, ¿no intentarían buscar los mejores candidatos para tratar de ayudarnos y evitarían a toda costa que cayera en las manos equivocadas? Joder, son una civilización la hostia de evolucionada, no me parece tan descabellado que sepan cómo lidiar con unos simios descerebrados como nosotros.

Si nos ponemos en el polo opuesto y lo que quieren es acabar con nosotros, ¿por qué hacerlo a escondidas cuando pueden matarnos en un instante? No tiene ningún sentido. Y si lo que persiguen es analizarnos y estudiarnos en secreto para sus maléficos planes, me parece que, dadas las circunstancias, contarían con la tecnología suficiente como para tenerlos sentados a nuestro lado sin darnos cuenta.

Podría no ser ninguno de estos motivos, que simplemente estuvieran de paso de camino a veranear en el famosísimo balneario de magma mercurial de Vega. O de crucero por el Paraíso Froston. O tal vez todo sea un invento, alimentado y propagado por los militares, para ocultar que en realidad solo están probando nuevas y más eficientes formas de matarnos.

No sé, ¿qué pensáis? Yo opino que, si de verdad quisieran ponerse en contacto con nosotros, lo harían sin tapujos; ya fuera aterrizando una nave espacial en plenos Campos Elíseos, o enviando alguna clase de mensaje, un desafío intelectual que todos pudiéramos recibir, que no interpretar, como en la novela Contact.

Menuda rayada os acabo de contar, la madre que me parió. Creo que tanto analgésico me ha frito las dos neuronas que me quedaban. Eso, o que después de varios días tenía ganas de «hablar» con vosotros. Una de esas dos.

Por cierto, ya terminé la serie que estaba viendo en «Nesflis», y me ha dejado el coraconcito hecho mierda. Se llama Please like me, y está basada en la vida de uno de los protagonistas, que de hecho se interpreta a sí mismo. No quiero entrar en muchos detalles, pero me ha roto y encantado a partes iguales. Trata temas que siguen siendo controvertidos con una naturalidad y una verosimilitud increíbles. Hay momentos super íntimos, tan, tan, tan cercanos que parece que formas parte de la escena y sientes que hasta molestas. Hay humor, sexo, drama y realidad en cantidades abismales. No ha supuesto una epifanía existencial, pero sí me ha gustado muchísimo. Y la banda sonora es maravillosa.

Pues eso, que me voy a ir yendo a descansar la espalda, que esta silla asesina me está destrozando vivo.

Ah, mi padre ha descubierto que la lavadora hace ruido... No sé si su vida podrá volver a ser la misma tras semejante revelación. Yo lo dejo ahí para que saquéis vuestras propias conclusiones.

Buenas noches.