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Las embestidas se hicieron cada vez más fuertes, al igual que la rapidez con que Tae Yang lo masturbaba... Cuando ninguno de los dos pudo más, se vinieron.

—¡¡¡Ahh, hyung!!!

Young Kyun, por ser su primera vez, chorreó de semen ambos torsos, y parte de las sábanas. En cambio Tae Yang, se vino en su interior y continúo moviéndose, nuevamente, en el apretado interior del pequeño.

Se acercó y lo besó en los labios, mientras aún se movía. Y es que... Era algo imposible de detener... Se sentía delicioso poder mover su pene dentro de Young Kyun.

—Quiero... Más... Hazlo de nuevo, hyung.—pidió el menor con los ojos cerrados, el cabello despeinado y los labios rojos.

—¿Más?—preguntó asombrado. Ambos acababan de obtener su orgasmo. Young Kyun asintió.—¿No te duele?

El pequeño negó.

—Es rico...

(...)

En la noche ambos chicos cenaron alegremente. Aunque... Prácticamente Tae Yang le estaba dando de comer al menor, ya que lo tenía sentado sobre sus piernas.

Luego de que terminaran, recogieron todo y lo limpiaron.

El mayor se ofreció a llevar a su pequeño novio a caminar por ahí. Éste aceptó. Ambos salieron y se divirtieron muchísimo en la calle.

Casualmente había un feria cerca y el pequeño Kim, no pudo evitar comportarse como todo un niño.

Tae Yang por su lado estaba fascinado. Lo complacía en todo, pero a cambio de eso, el menor debía darle un besito en los labios, cada vez que consiguiera algo para él.

—Vamos, hyung~.—suplicó el menor, mientras sostenía la mano del mayor y daba pequeños brinquitos.

—Ahh... Está bien. Vamos, pero esta vez tendrás que cumplirme un deseo.—Kim asintió, estando de acuerdo.

Fueron donde aquellos juegos, y por culpa del Young Kyun, Tae Yang perdió unas cientos de veces ya que no paraba de hablar y no le dejaba concentrarse.

Finalmente cuando consiguió ese peluche para él, se lo entregó, el menor le dio un besito, se sonrieron y luego fueron a comprar algodón de azúcar... Petición del más pequeño.

(...)

Al llegar a casa, Kim no dejaba de cantar feliz, mientras agitaba sus dos peluches gigantes... Aquel unicornio blanco y el otro de cono de helado color azul.

Tae Yang sólo lo veía mientras reía... Young Kyun sí que era su niño mimado.

Eso le encantaba.

Se dirigió a la cocina a beber un poco de agua, lo hizo y luego volvió a la sala.

Tomó asiento en el sofá y miró al menor.

—Ven aquí, mi niño mimado.—palmeó su regazo.

Young Kyun dejó aquellos muñecos sobre la mesa y luego caminó hasta Tae, para sentarse en sus muslos.

—¿Qué pasa, hyung?—preguntó con una vocecita, que comenzó a despertar al Tae Yang interno... Ese que en este preciso momento, sólo quería comérselo.

—¿Ya lo olvidaste?—cuestionó y el pequeño enarcó una ceja.—¿Y, mi deseo?—el pequeño recordó y luego asintió.

—Perdón, hyung, ¿qué es lo que quiere?

Tae Yang lo observó... Era cierto que quería comérselo, todito, pero... Young Kyun se veía demasiado adorable así... Le daba pena arrancarle aquella inocencia sumisa, que traía el chico esa noche.

LIFE (TaeHwi/HwiTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora