ℙ𝕒𝕣𝕥𝕖 𝟜

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Anna Pov.

Buscaba por el castillo a Elsa, como si estuviéramos jugando a las escondidillas. Por lo general, cuando jugamos a eso termina en sexo. Si, lo se, mucho sexo, pero deben entenderme, una vez que empiezas a hacerlo no quieres detenerte y menos si lo quieres hacer con la persona que amas y te pone tan candente. Abría puertas al azar y nada, la buscaba y buscaba y nada. Necesitaba encontrarla para decirle de la invitación y claro... Si hubiera sexo, no me negaría. Abrí la puerta de mi habitación y la ví escondiéndose detrás de una cortina. Hice como si no la hubiera visto, eso si, cerré la puerta y le puse seguro para que nadie pudiera salir o entrar. Tenía la llave con la que se abre la puerta en la mano.

—Bueno, ya que estoy sola en la habitación, guardaré ésta llave en mi sostén, al fin y al cabo nadie va a molestarme.— dije en voz alta para que me escuchara, metí la llave en mi sostén como lo dije y me dirigí a la cortina donde se encontraba Elsa, la recorrí, de golpe solo se abalanzó sobre mi y comenzó a besarme de una manera apasionada, no me había besado así, con deseo, con lujuria. —Espero que nadie venga a molestarnos— dije tomando un poco de aire.

—No hables...— me dijo para después callarme a besos. Nos dirigimos rápidamente a la cama, ella encima de mi, sin dejar de besarme masajeaba mis pechos, para después dirigir su mano hacia mi entrepierna, como si buscara algo. Empezó a usar sus dedos con velocidad y fuerza. Parecía que si necesitaba hacerlo.

Elsa Pov.

Necesitaba hacerlo, tenía mucha energía dentro de mi que quería sacar, necesitaba sacarla, hacerla explotar. Toqué los pechos de Anna y los aprete un poco, para después bajar a su entrepierna, algo quería que Anna tuviera algo ahí, algo que pudiera entrar en mi, pero no era el caso, tuve que usar mis dedos en ella, rápidamente y con fuerza para después sacarlos, seguía besandola, hasta que me separe y al abrir los ojos dí un salto hacia tras, asustada. Era Gregory al que estaba besando. Rápidamente sacudi un poco la cabeza y me di cuenta que estaba equivocada. En realidad era Anna, pero mi mente me estaba jugando sucio. ¿Por qué?.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien?— me preguntó Anna al ayudar a levantarme.

—Si, perdona, me pareció ver una araña, pero ya se fué.— mentí, para después sentir algo en mi entrepierna, en mi intimidad para ser exacta, una sensación extraña, como si quisiera introducir algo en ella. Volví a besar a Anna rápidamente, tomé su mano y la llevé hacia mi entrepierna. —Usa tus dedos, usalos...— dije para después volver a besarla. Ella empezó a usar sus dedos, pero no era suficiente, quería más. Necesitaba más. Me separe de ella y busque en mi escritorio mi cepillo, lo encontré, era como un tubo.

Anna Pov.

Estába desconcertada, no había visto a Elsa de esa manera, con ese apetito sexual, nunca, ví que tomó su cepillo. Fué como si lo mirara con deseo. Caminó hacía mi con el en la mano me lo ofreció.

—Úsalo.— me dijo ella entregándome el cepillo.

—¿Qué?— pregunté apenada.

—Quiero que lo uses en mi, que lo metas en mi, repetitivamente.— dijo como si lo necesitara. Nunca habíamos intentado introducir objetos en ambas, pero ahora ella me lo estaba pidiendo. Era extraño, pero excitante.

—Oh Elsa...— dije para después tomar el cepillo y comenzar a besarla. Nos acostamos en la cama, ahora ella debajo de mi, empecé a introducir lentamente el cepillo, para ver si sentía algún tipo de dolor. Soltó un pequeño grito, empezó a arquear su espalda.

—Más rápido... Hazlo más rápido...— me dijo. Por Dios, ¿Qué le pasaba? Empecé a introducirlo más rápido, embestidas rápidas, soltaba muchos gemidos, demasiados gemidos. No tardo mucho tiempo en correrse. Con la respiración agitada me empezó a besar nuevamente y me acostó y se subió encima de mi. —Es fabuloso. Tú turno...— la escuché decir. En ese momento quería escapar de ahí, no me sentía lista para eso. Pero era demasiado tarde, sentí el cepillo entrar en mi. No sabría describir mi cara en esos momentos solo pensaba en lo delicioso que se sentía. No pude más, apenas unas cuantas embestidas y ya había terminado. Elsa se acostó a mi lado, ambas con la respiración agitada. Cansadas y agotadas. Nos miramos y soltamos pequeñas risas.

—Nunca creí que se sintiera tan bien...— le dije, después de reír.

—Lo se...— me respondío apenas.

Elsa Pov.

Aunque había terminado... No era suficiente, quería más, necesitaba más, mi intimidad me lo pedía, no quería un cepillo o un objeto, quería algo real. De alguien real. Nunca me había sentido de esa manera y no sabía el porqué. Algo me pasaba, no sabía cómo o porqué, pero lo necesitaba...

𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝑮𝒖𝒆𝒓𝒓𝒂 /𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora