𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟔

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Anna Pov.
Desperté lentamente y pude ver la ventana que estaba oscuro. ¿Qué? Vi el reloj colgante al lado de la puerta. Las nueve en punto. ¿Me quedé dormida? Giré mi cuerpo para despertar a Elsa, pero no está acostada a mi lado. ¿Dónde está? Me levanté de la cama y la busqué por toda la habitación, pero no la encontré. Me vestí rápidamente y salí de la habitación en busca de mi esposa. Toqué en las puertas de las habitaciones de Greg o Jack, pero no había respuesta. Bajé las escaleras hasta que llegué a la recepción. Caminé rápidamente hasta Antonio.

—Hola, ¿Has visto a mi esposa? ¿O a alguno de mis amigos?— pregunté.

—Me pareció ver que entraron al bar— dijo pensativo.

—Muchas gracias.— agradecí para después caminar hasta la puerta del bar, se escuchaba música y personas hablando, entré era muy lindo y rústico, pide ver que en el centro del bar había parejas bailando, entre ellas Elsa y la chica de limpieza. ¿Es enserio? Busqué con la mirada a cualquiera de los demás chicos, Gregory y Sam estaban en la barra, por lo que entendía estaban esperando al cantinero, no veía a Jack por ningún lado. Caminé hacia ellos. Me miraron sorprendidos.

—Al fin despertaste.— me dijo Greg. Lo miré molesta. —¿Ocurre algo?— me preguntó confundido.

—Si, si ocurre algo. Me quedé dormida y nadie se molestó en despertarme, mi esposa está bailando con una prostituta… Y tengo hambre.— me quejé.

—Tal vez sea por eso que estás de mal humor, ven, te ayudaré con eso. Vamos al restaurante que está aquí al lado. Jack también está ahí, se despertó hace treinta minutos.— dijo Sam tomándome de la mano y jalándome.

—No se tarden.— nos dijo Gregory. Mientras veía como nos alejábamos. Yo miraba a Elsa que bailaba con la prostituta.

Gregory Pov.
Saqué la fotografía, a los pocos segundos el cantinero volvió. Era calvo y con poca barba. Lo miré, traía entre manos un cuadro con una fotografía.

—Muéstrame la fotografía.— me dijo, le entregué la foto. La tomó entre manos y la analizó por unos segundos. —Si son ellos. El rey Agnarr y el rey Arcov.— dijo al ver la fotografía.

—¿Qué sabe de ese día?— pregunté amablemente. Era el mismo cantinero así que algo tenía que saber.

—Sé demasiado, amigo. Para empezar, no fue un día. Fueron semanas, las que ellos estuvieron aquí. Casi un mes entero.— explicó.

—¿Podría contarme?— le pregunté.

—¿Qué quieres que te cuente exactamente?—

—Todo lo que recuerde.— respondí con seriedad.

—Bueno… Ambos Reyes llegaron aquí, celebrando que habían conquistado un reino, desconozco el nombre de aquel Reino. Felices, parecían uña y mugre, incluso llegué a pensar que eran hermanos, ¿Quién diría que se pelearían por una mujer?— escuché eso y me confundí al instante. El hombre me entregó el cuadro que el tenía. En el se podía ver a Agnarr y a Arcov, entre ellos una mujer un poco más baja que ambos, con el cabello rubio, muy linda. —Ella era mi hija Michelle.— escuché decir al hombre. Lo miré. —Ella fue la chica que rompió su amistad.

—Continúe…— le dije serio, mirando aún la fotografía.

—Era la primera vez que la realeza visitaba Jefferson. Mi hermano Kaled y yo estábamos emocionados por recibir a ambos Reyes. Mi hija también, todos estábamos emocionados, Agnarr y Arcov eran muy Buenos amigos, hablaban siempre de sus aventuras y de los reinos que conquistaban juntos, cuando conocieron a mi hija, bueno… Arcov empezó a intentar conquistarla, después de la primera semana, Michelle lo rechazó, pues su corazón ya tenía dueño.—

—Agnarr…— interrumpí.

—Si, Michelle se había enamorado de Agnarr y él le correspondió sin importarle cuanto lastimaría a Arcov. Pasada la segunda semana, Arcov se enteró de todo y tuvieron una discusión. Aún así, nunca llegaron a los golpes se notaba el rencor y dolor de Arcov en cada palabra que decía. Se fue, dejando a Michelle y Agnarr seguir juntos. Pero no fue así. Agnarr se iría una semana después a su Reino nativo, dejando a Michelle y haciendo que la pelea con su amigo no haya tenido significado.—

—¿Y ahí acabó todo?— interrumpí nuevamente.

—Hubiera querido que si, pero no. En la última semana que Agnarr estuvo aquí le hizo el amor a Michelle y bueno… Ahí vez el resultado.— me dijo, señalando a la chica con la que Elsa bailaba. —Agnarr no sabía que mi hija estaba embarazada, lo supimos un mes después de que se fue. Michelle ni quiso ir en busca de él, se sentía culpable de que la amistad de los Reyes hubiera terminado. Murió hace un par de años, por un tumor cerebral. No supimos nada de Agnarr después de que se fue y el tampoco supo nada sobre Michelle o su hija.— terminó de contar. No dejaba de mirar a Sara, era la hija mayor de Agnarr. Ella debía ser Reina de Arendelle.

—¿Y ella sabe de Agnarr?— pregunté.

—No, Michelle pensó que sería mejor si olvidáramos todo y así fue.— respondió. No sabía que hacer o que pensar. —¿Por qué te interesa?— me preguntó. Tendría que pensar mis palabras y decirle lo más rápido que pudiera a los demás que Elsa y Anna tienen una hermana.

—Bueno… Soy hijo del rey Arcov.— Le dije dudoso.

—Por Dios… ¿Cómo está él? Espero que haya reparado su amistad con Agnarr.—

—No lo hizo… Ahora entiendo el por que. Murió hace tiempo, por eso vine, a buscar respuestas de ésta fotografía.— expliqué, muy bien. Ya tenía una cuartada.

—Lamento mucho tu pérdida hijo. Supongo entonces que no conociste a Agnarr ya que nunca arreglaron su conflicto.— me dijo.

—Exacto, nunca lo conocí, según mi madre, después de lo que pasó aquí no fue el mismo, era malvado… De alguna manera, yo quería creer que mi padre no siempre fue así, por eso vine aquí.— dije, por alguna razón mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Ahora sabía que mi padre nunca había sido malo, solo fue lastimado por su mejor amigo.

—Pues ahora lo sabes, el no fue malo toda su vida, a veces salimos lastimados de personas que menos lo esperamos, y eso es lo que nos hace cambiar.— me dijo, sentí su mano en mi hombro.

—Ahora lo entiendo todo.— dije sin dejar de mirar a Sara. No sabía que hacer ahora, siempre tengo un plan, pero ésta vez no lo tenía. —Gracias por todo, creo que iré a dormir.— caminé hasta Elsa que seguía bailando con Sara. Me vio y se acercó a mi, me acerque a su oído. —Hagas lo que hagas, no se te ocurra decir que eres hija de Agnarr y mucho menos que vienés de Arendelle. Estamos en problemas— le susurre para después irme del lugar. No estábamos en problemas grandes o fuertes, pero si sería un problema si Sara se entera de que ella debería ser la legitima reina de Arendelle.

𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝑮𝒖𝒆𝒓𝒓𝒂 /𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora