—Jack... ¿Qué haces con mi cuaderno?— preguntó Josué, confuso. Los guardias habían soltado a los chicos.
—Yo lo robé.— al escuchar aquello Gregory, Anna y Elsa lo miraron. —Y si... Yo les entregué las hojas de manera anónima. Creí que era buena idea que supieran la verdad, no sabía que ustedes tenían una relación secreta y que ésta se romperia al ver eso. No era la intención que tenía. Lo siento.— Josué no dejaba de mirarlo, aún no comprendía nada. —Y también... Soy el asesino.— murmullos empezaron a escucharse en el lugar.
—Pero tú... Tú querías encontrar al asesino.— reclamó Gregory.
—Si, por que pensé que alguien había matado a papá antes de que yo lo hiciera.— explicó.
—Pero... ¿Por qué? ¿Por qué, Jack? Tú querías ser como él, querías ser su ejemplo, querías ser igual a él.— le dijo Gregory, estába confundido.
—Cuando me fuí de Arcovia, cada mes. Yo les mandaba cartas, lamentablemente nunca las recibieron. Y cuando murió mamá... Nadie me notificó.— explicó cabizbajo.
—Yo lo hice, te mandé más de una carta, incluso a las dos semanas que te fuiste... Te mandé cartas. Pensé que las habías recibido pero que no te importaba.— Jack lo miró confundido. Ambos cerraron los ojos y soltaron un largo suspiro. Habían entendido todo.
—Papá nunca envió mis cartas.— dijo Gregory.
—Y nunca te entregó las mías.— completó Jack. —Sabía que dejarte solo y a mamá con el sería malo, aún así. Me fuí, pensando que estarían bien, con el mal trato de papá y el poco apoyo que le podías brindar... Al saber que madre murió... Bueno, sentía que el culpable era yo. Pero no, no fuí yo, fué Arcov, ese maldito. Sin sentimientos, infeliz. ¡Maltrató a mi madre por años y al final murió sola! ¡Y yo tuve la culpa también! Al llegar a Arendelle supe que todos lo odiaban, parecía que a donde quiera que el fuera la tristeza e incertidumbre fueran con él. Así que decidí matarme. Y matarlo a él. Moriríamos los dos culpables de la muerte de mamá. Ese día de la fiesta, preparé un vino con veneno que había traído. Me embriague, le servi una Copa a él y me servi una yo. Quien diría que caería rendido antes de tomarla. Quedé completamente dormido, noqueado. Cuando desperté, noté que había sangre en la manta de la mesa. El cuello de papá estába desangrándose. Pensé que alguien lo había asesinado antes de que bebiera el vino. Pero me equivoque. Esa noche yo también debía morir. Pero no pasó y no se por que. Ahora yo también desearía estar muerto. No podía dejar que les hicieran daño, ni a ti, ni a Olaf, ni a Anna, ni a nadie que fuera inocente.— bajó su mirada. Lágrimas empezaban a brotar de sus ojos. —Creí que hacía lo correcto al deshacerme de él y de mi.— empezó a llorar. Gregory caminó hasta él y lo abrazó. Rápidamente el lloriqueo se convirtió en un llanto que podría romper a cualquiera. Un chico que sufrió demasiado, que el único apoyo que tenía era su madre y que al final. No pudo despedirse de ella.
—Tranquilo... Está bien, ya está todo bien...— le dijo Gregory intentando calmarlo. —Tienes un gran corazón Jack...— al escuchar eso. Olaf se sorprendió y rápidamente vió a Kristoff. El cuál también estaba sorprendido.
—Siento las energías de las personas, y del lugar donde estuvieron hace poco y consigo las energías de otras personas, no puedo saber quién es. Pero puedo decir que apesar de que asesinó a Arcov, el asesino tiene buen corazón. Es bueno. Lo que hizo... Lo hizo sin pensar, con odio, con rencor hacía Arcov, pero es muy bueno, tiene un corazón muy grande.— dijo mientras miraba su té, casi se había acabado, giró de reojo a ver a Olaf, el cual suspiraba.
Olaf sólo sonrió al saber que Jack, tenía buen corazón. La hechicera lo había dicho.
—¿Y ahora que pasará?— preguntó Podrick, al ver aquella situación.
—Con la muerte del rey Arcov y al saber que el no dejó testamento...—
—Mi madre dejó uno— interrumpió Gregory a Josué.
—Bueno... Entonces, por el momento tenemos que estar inmóviles. Ir a Arcovia. Leer el testamento de la madre de los príncipes y ver que les espera...— explicó Josué.
—Entonces... ¿Somos libres?— preguntó Anna.
—Si, son libres. Hasta saber que es lo que el rey de Arcovia decidirá.— respondió Josué. —Joven Jack, Joven Gregory. Vayamos a Arcovia a leer el testamento de la reina.— dijo Josué.
—Esperen, necesitamos que Jack venga con nosotros para poder revertir el hechizo.— protestó Olaf. Todos lo miraron.
—El hechizo puede esperar, éste asunto no, muñeco— contestó Josué para después salir del Castillo seguido por Jack, Gregory y el puñado de guardias de Arcovia.
—¡Joder!— gritó Podrick. —¡Al fin libres!— gritó para después soltar una flatulencia. Todos se alejaron unos cuantos pasos de el.
—¿En serio para eso querías que acabara todo ésto?— preguntó Anna.
—Bueno, tenía mucho tiempo aguantandome, ¿Sabes lo vergonzoso que sería que lo hubiera soltado cuando me estában pinchando las lanzas?— preguntó sarcástico para después soltar una pequeña risa. Todos rieron, tal y como una película infantil. Elsa fue la que terminó de reír antes, para después empezar a subir las escaleras. Con dirección a su habitación. Anna rápidamente la siguió.
—Elsa. ¿Podemos hablar?— le preguntó Anna, ya casi la alcanzaba. Elsa solo se detuvo.
—No creo que sea buena idea, Anna...— respondió. Giró a ver a la pelirroja.
—Por favor... Necesito hablar contigo.— insistió. Elsa dudó pero al final aceptó. Ambas entraron a la habitación de la peliblanca y se sentaron en la cama, sin hacer contacto visual. —Quisiera pedirte perdón... Lo que pasó entre Mérida y yo... No fué importante, no fué sentimental. Quería que la ayudará a probar cosas nuevas y yo... Bueno ella... Tocó partes de mi que tú tocabas y que ya no lo hacías... Lo siento de verdad, no pude resistirme. Pero al final no tuvo nada que ver contigo, yo seguí, sigo enamorada de ti. Te sigo amando y no te quiero dejar nunca, fué un error que cometí pero que nunca volverá a suceder...— explicó y suplicó la pelirroja.
—Yo lamento haber hecho todo lo que hice con Gregory. A decir verdad, parece que lo que yo hice es más grande que lo que tú hiciste. Y aunque esté bajo un hechizo... Debí ser fuerte, nunca caer en la tentación, aún así, creo que hay magia más fuerte que la mía y lamento no ser más fuerte.— dijo cabizbaja. Anna levantó su rostro haciéndo que se mirarán fijamente.
—Ambas cometimos errores, grandes y algunos que no pudimos evitar, pero no importa... No importa, si al final aprendimos de ello y evitamos que no se vuelva a repetir. Yo te perdono, Elsa. Por que sé que no es tu culpa. En mi caso, si es más complicado y entendería que necesitaras tiempo para poder perdoname e incluso para volver a amarme. Pero esperaré paciente.— dijo para después entrelazar sus manos.
—Todo lo que he hecho con Gregory... Lo he hecho dudando de lo que siento, por que... En el Fondo de mi corazón que está siendo controlado... Aún te amo, aún siento ese amor por ti y ahora necesito tu ayuda. Para que no desaparezca.— Anna sonrió levemente mientras sus ojos comenzaron a derramar lágrimas, los de Elsa apenas comenzaban a ponerse cristalinos. Sus rostros se acercaron lentamente hasta que se fundieron en un tierno beso. Un beso que ni el hechizo había podido replicar o superar. Un beso de amor de verdad.
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𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝑮𝒖𝒆𝒓𝒓𝒂 /𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂/
Hayran Kurgu¤ √√√ ¤ 𝙎𝙞𝙣𝙤𝙥𝙨𝙞𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 ❸ 𝙘𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤𝙨 ¤ √√√ ¤ Ćɑρı†µℓ๏ 𝟏. El Reino de Arendelle ha entrado en guerra. El Reino al que se enfrentan es el por mucho más fuerte. Anna con la ayuda de Elsa buscarán a nuevos reinos aliados para po...