the idea of you | rilen

uno

—Oye, Rin, tengo un compromiso urgente. ¿Podrías recoger las tareas y entregarlas al profesor?—Inquirió una suplicante Miku mientras juntaba sus palmas en señal de rezo.

—Sí, claro, no será problema—accedió mientras sonreía forzadamente, a cambio, la contraria se lo agradeció con un breve abrazo.

—¡Muchas gracias, prometo recompensartelo!—Exclamó antes de poner su tarea en su escritorio y tomar su bolsa para salir pitando del aula semi vacía.

    Rin contempló el trabajo de literatura antigua de Miku y suspiro, cabeceando en señal de resignación.

—¿Por qué has aceptado? Joder, Rin, seguro y va al karaoke nuevamente—se quejó Luka mientras preparaba su mochila y juntaba sus cosas.

—No lo sabemos...

—Pues yo lo sé, más temprano le había confirmado a Yuzuki su presencia en el karaoke ésta tarde—se quejó con un puchero.

—Es tarde para retractarme, Luka, además, se supone que es mi trabajo como presidenta de la clase ayudar a los demás—susurro mientras se levantaba de su pupitre y recorría el aula, tomando los trabajos de sus compañeros dejados en sus correspondientes lugares.

—Eres demasiado buena, Rin—se compadeció su acompañante.

—Eso creo—murmuro mientras se detenía frente a un pupitre vacío—, oye, Luka...

—No te ayudaré, tengo que ir a la academia—respondió al acto, Rin se giró a mirarle con un mohín.

—No iba a preguntarte eso aunque, auch—dijo mientras fingía deprimirse, Luka se río ante su dramatismo—. ¿Cómo se llama el chico que casi siempre falta?

—Ah, ¿te refieres al qué se salta las clases? Se llama Kagamine Len, ¿por qué?

—No tengo su trabajo—explicó, pues de todos, era el único que faltaba.

—Es un caso perdido, Rin—notó mientras se ponía la mochila al hombro y se dirigía a la puerta—, no te preocupes por él, es un vago. Nos vemos mañana—saludó sonriente.

—Adiós, Luka.

    Rin suspiro profundamente cuando su compañera se fue del salón, contemplando los trabajos que había juntado entre sus manos. Sin perder más tiempo, se encaminó a la sala de profesores. Esperando que el profesor Hiyama se encontrase en el establecimiento aún.

    A medida que se dirigía a su destino pensó en el tal Len, el chico con ahora nombre. Rin no lo conocía personalmente pero había escuchado varios rumores y no tenía muy buena reputación. En parte se debía a que solo asistía a clases en ocasiones y porque en primer año se metía en peleas a menudo o se encontraba cumpliendo castigos.

—Ah, Shimoda-san, muchas gracias por tu arduo trabajo—el profesor denotó mientras tomaba los trabajos, Rin asintió lentamente.

—No es nada, nos vemos mañana—despidió mientras hacía una leve reverencia.

—Adiós, ten cuidado de regreso a casa y descansa apropiadamente—advirtió con preocupación, Rin le sonrío de forma tranquila.

—¡Lo haré!

    Con su bolso en manos y sus zapatos puestos observó el pésimo clima exterior. Se encontraba resguardada bajo el techo mientras contemplaba la leve llovizna que había comenzado. Presionó sus labios mientras pensaba en como su día solo parecía empeorar cada vez más y más. Entrecerró sus ojos y se alejó de la protección que el techo le ofrecía, extendiendo su brazo y tocando la lluvia con su mano. Sonrío levemente al sentir la frialdad del agua impactar contra la palma de su mano cálida.

    Bueno, ¿qué más daba? Era solo agua; pensó antes de juntar fuerzas para dar un trote ligero hasta llegar a su hogar.

—Oye...

    Rin se detuvo justo antes de dar unos pasos tentativos en el exterior, alejándose del techo que era su única protección y mojándose. Cuando se giró sintió que el agua dejaba de empaparla y entonces observo sus gélidos ojos azules.

—¿Qué estás haciendo?—Cuestionó al ver como Len sostenía un paraguas que ahora la estaba cubriendo de la lluvia. Aunque él extrañamente se encontraba bajo el techo aún, luciendo alejado y como si no quisiera acercarse demasiado a ella.

—Oh, perdona, ¿quieres mojarte?—Se mofó con una sonrisa maliciosa y Rin se estremeció un poco, quizás por el frío.

—Yo no...

—Entonces acéptalo, es para ti—insistió mientras le tendía el paraguas con fuerza, Rin lo sostuvo con vacilación.

—Po-Podríamos compartir...

—No, gracias—interrumpió antes de que siquiera ella pudiera terminar su oración.

    Ella parpadeó sorprendida ante su rotundo rechazo y sin siquiera darle tiempo de ofenderse Len la rodeo y se alejó caminando bajo la lluvia. Luciendo ajeno al terrible clima que empapaba su uniforme escolar. Culpable Rin intentó correr tras él.

—¡Espera!—Llamó mientras casi trotaba con el paraguas hacia la vereda, cruzando el patio e intentando alcanzar al chico que al parecer, caminaba muy rápido.

    Cuando Rin salió a la vereda no había ni rastro de Len. Trago algo de saliva mientras acercaba el mango del paraguas hacia su pecho y mordía su labio inferior.

    ¿Realmente Len tenía sangre en su boca cuándo lo encontró con Zunko en el salón de depósitos? Negó para sí mientras sus manos agarraban con más fuerza el mango del paraguas.

    Quizás había visto mal.