siete

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    Justo como Zunko había dicho, Len se encontraba recostado en el suelo en una esquina. Medio escondido entre las estanterías llenas de libros de la biblioteca. Rin suspiro mientras se cruzaba de brazos y observaba al susodicho abrir su ojos y mirarla con molestia.

—Así que me encontraste, mierda, tendré que buscar un nuevo lugar—pareció quejarse mientras se levantaba ágilmente.

—Eh, espera un segundo—demandó mientras lo seguía, pues se había escabullido por la otra salida.

—Me enfermas—murmuro mientras salía de la biblioteca.

—Sensei me dijo que te recordara unos documentos, así que...

—Suficiente—medio exclamó, deteniéndose a mitad del pasillo—, sigues interfiriendo en mis asuntos, tanto que de verdad he comenzado a odiarte—declaró mientras la miraba con ceño fruncido, por un momento, Rin no pudo evitar sentirse algo aturdida debido a sus fuertes palabras.

—Yo... ¡sé que eso no es cierto!—Exclamó mientras se acercaba a él, quien lucía sorprendido—. Además, yo no te odio, Kagamine-kun—confesó con una sonrisa suave.

—Si continúas involucrándote conmigo solo conseguirás una experiencia dolorosa—susurró de forma lúgubre.

    Antes de que Rin pudiera ahondar en sus palabras observó a un par de personas en el patio, al parecer, pertenecían al club de drama. Len se acercó a ella y la rodeo por el hombro con un brazo, encaminandola hacia el que parecía ser el líder del club.

—¡Capitán! Como pensé, cuatro o cinco personas no son suficientes...

—Entonces, ¿invitamos a alguien más?

—Oigan, si están en problemas... ¡entonces dejen que ella les ayude!—Len exclamó mientras Rin se giraba a verle con ojos abiertos, ¿qué había dicho?

—¡¿En serio?! ¡Eso sería genial!—Dijo el tal capitán y Rin palideció.

—Nos vemos, esfuérzate—se despidió burlón, pero antes de siquiera alejarse el capitán lo tomó por la chaqueta del uniforme.

—De hecho, ¡necesitaremos dos miembros! Queremos interpretar una escena dónde un hombre lucha con una criatura enmascarada, ¡será fantástico!—Explicó animado, casi manteniendo a un fastidiado Len capturado entre sus brazos.

—Yo no quiero...—se quejó Len.

—¡Sí!—Respondió Rin automáticamente, sin poder evitar aceptar.

—¡Iré a conseguir copias del guión!—Exclamó alegre el capitán mientras se alejaba risueño.

   Rin suspiro mientras Len parecía mascullar algo entre dientes. Aunque un par de chicos llamaron la atención de la rubia, pues se habían acercado demasiado a ellos.

—¡Ah! ¿No eres el tal Kagamine?—Dijo uno de ellos, que tenía una máscara en su cabeza y una espada de utilería entre sus manos.

—¿Qué es lo que puedes hacer? ¿No eres un inútil?—Se mofó su al parecer amigo, sin máscara pero con otra espada falsa.

—Sin duda alguna, seguro no sabe nada de esgrima, ésto será imposible para él—el primero habló nuevamente en tono burlón, mirando casi con desprecio a un silencioso Len.

     Por sus atuendos pertenecían al club de drama pero eso no les daba el derecho de burlarse de otros. Disgustada, Rin frunció su ceño.

—No digas esas cosas...

—Solo deja que la gente patética diga las cosas patéticas que necesitan decir para sentirse mejores con ellos mismos—la detuvo Len, luciendo aburrido.

the idea of you | rilenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora