nueve

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—¡Estoy tan cansada!—Admitió mientras contemplaba el lago.

    Se encontraban en la terraza del edificio. Era el edificio de los dormitorios cerca del lago. Ella observaba el precioso paisaje verdoso, contemplando los árboles y la frondosa vegetación con maravilles.

—¿A dónde crees qué vas? Creí haberte dicho que te sentaras junto a mi—escuchó a Len quejarse desde su asiento, palmeando el lugar a su lado con una sonrisa inocente.

—Solo quería ver el paisaje—se quejó mientras caminaba cerca suyo y tomaba asiento a su lado—. Por cierto, gracias por salvarme hace un rato.

—No es nada, además, de todas formas se notaba que querías rechazarlas—notó mientras se recostaba por el respaldar del largo asiento de madera presente en la azotea.

—Fue un alivio que Kagamine-kun llegara a tiempo—murmuro con una sonrisa, aunque cuando sintió su celular vibrar en el bolsillo de su abrigo se preocupó—. Será mejor que me vaya a hacer mi trabajo, te veo lue... ¡eh, espera!—Chillo al sentir a Len detenerla, tomándola de la muñeca antes de que se levantara y posando su cabeza en su regazo, medio acostándose en el asiento.

—Cuando te veo me siento muy cansado—pareció confesar mientras cerraba sus ojos, Rin contempló a Len acostado sobre su regazo y suspiro.

—Um, pero yo necesito preparar las cosas para la fogata—contó mientras acercaba su mano al suave cabello rubio de Len.

—Deja que la clase se encargue de eso... ¿o acaso quieres ir para reunirte con otro chico?

—¡Claro que no!—Exclamó mientras sentía a Len removerse, vibrando debido a la risa que había soltado.

—Bueno, entonces puedes faltar de vez en cuando a tus deberes—enseñó y Rin suspiro.

—Pero si falto...

—No te preocupes—le interrumpió, luciendo a gusto en su lugar.

    Rin sonrió, preguntándose si quizás no estaba haciendo todo aquello para que ella fuera capaz de tener un pequeño descanso.

—Gracias, Kagamine-kun.

—Ya que los dos estamos faltando, ¿por qué no vamos a ver el lago?—Propuso mientras abría sus ojos y la miraba, Rin ladeó su cabeza, interesada.

—¿Ir a verlo de cerca?

—Estoy seguro de que nadie iría a buscarnos—aceptó con una sonrisa traviesa—. Podemos hacer muchas cosas interesantes allí—añadió mientras sus manos acariciaban sus piernas desnudas, pues solo estaba vistiendo un short deportivo con una remera a juego y su abrigo.

—Eh, ¿dónde crees que éstas tocando?—Demandó, sintiendo sus mejillas arder y un hormigueo crecer en dónde los fríos dedos de Len la tocaban.

—¿Tu pierna?

—Eso ya lo sé, pero... ¡¿puedes dejar de tocarme?!

—Oye, no te muevas así de brusco—se quejó gruñón.


    Una brisa fresca hizo que abriera sus ojos. Confundida parpadeo mientras notaba el atardecer teñir el cielo de amarillo, naranja y un poco de rojo. Se removió inquieta, sintiendo que estaba recostada por el brazo de alguien. Somnolienta y aturdida alzó su mirada, contemplando que se encontraba recostada por Len.

—¿Eh? 

    Al parecer, se había quedado dormida.

—Ah, ya despertaste—dijo él, al parecer, no estaba durmiendo.

the idea of you | rilenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora