dieciocho

1.5K 40 19
                                    

    Se terminan refugiando en la biblioteca luego del pequeño suceso ocurrido con Bruno y sus secuaces. El encargado de la biblioteca, Tonio, ni siquiera les pregunta que hacen allí en el horario de clase, pues conocía y confiaba en Rin.

    Mientras se encuentran escondido entre los últimos libreros Len se recuesta contra la pared y se sienta en el suelo, mientras suspira cansadamente. 

—Por fin se ha acabado...

—¿Estás bien?—Cuestiona mientras el contrario recuesta su cabeza contra el librero a un costado suyo y cierra sus ojos, Rin comienza a parlotear nerviosamente—. En el lado positivo, al menos tienes más relación con las personas ahora, y ya no te temen tanto como antes—nota pero Len ni siquiera la está escuchando, luciendo perdido en sus pensamientos.

—Sin duda tener novia es complicado—susurra, mirando directamente hacia los estantes con los libros.

   Rin baja la vista, algo desilusionada. Muy dentro suyo, sabía que no debería sentirse tan amargada, que era de esperarse que Len dijera algo así, siempre tan indiscreto con lo que sentía. Sin poder evitarlo, una parte suya temía que él la dejara ahora que había visto lo molesto que era tenerla de novia.

—Sa... ¿Sabes, Kagamine-kun?—Comienza mientras agarra con fuerza el dobladillo de su falda, sintiéndose un poco inestable.

—Voy a dormir...—le interrumpe, logrando que ella parpadeara confundida.

—¿Eh?—Suelta mientras alza su mirada, notando casi sin aliento la forma tan profunda en que los ojos de Len la estaban observando.

—Ven, sé mi almohada, por favor—pide mientras abre sus brazos y la mira atentamente.

   Rin abre su boca, un poco sorprendida. Sin embargo, sonríe y se acerca a él, recostando su espalda contra su pecho y sintiendo como le rodeaba con sus fuertes brazos. Era como un hábito ahora ser envuelta por él, se sentía tan bien y correcto.

—Quédate aquí...—murmura mientras esconde su cabeza en el hueco entre su hombro y cuello, Rin parpadea mientras siente que su cabello suave acaricia su mejilla derecha y le hace algo de cosquillas.

—Está bien, aquí me quedo—asegura mientras recuesta su cabeza por su pecho y cierra sus ojos, tomando los brazos de Len con sus manos.

    Antes de quedarse dormida, Rin comprende que Len siempre supo que su relación no sería fácil, sino complicada y extraña. Por alguna razón, aquello le hace feliz.


    Al día siguiente, ella camina alegre por los pasillos. Había logrado que Kagamine-kun recibiera todas las clases del día y había impedido que se saltara alguna. Sintiéndose plena camina de vuelta al salón, preguntándose si podrían volver juntos a casa ya que la jornada escolar finalmente había llegado a su fin.

—Kagamine... ¡¿Qué pasa, Kagamine-kun?!—Se asusta al verlo recostado por su pupitre de forma casi descompuesta, mientras tiene unos papeles y cuadernos debajo de su rostro—. ¿Eh?¿Qué estás haciendo?—Inquiere mientras lee el título de la carpeta que decía "reportes de la agenda para el festival deportivo"—. ¿Por qué estás haciendo algo así? Espera, ¿quién te pidió hacer todos éstos reportes?—Nota preocupada mientras mira la pila de carpetas a un costado suyo, son casi seis.

    Len se sienta rectamente y parpadea, luciendo pálido y desganado.

—Parece que hasta ahora... he estado sin hacer muchas tareas—murmura lentamente, como si hablar lo agotara.

—Pe-Pero... ¡Es demasiado trabajo!—Señala mientras se acerca a su pupitre y se compadece de él, aunque luego frunce su ceño cuando se percata de algo—. Además, tú nunca haces lo que te piden, ¿estás enfermo?

the idea of you | rilenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora