Capítulo 9

722 14 0
                                    

Empiezo a abrir la caja y dentro tiene muchos globos, confeti, serpentinas y varias cajas de diferentes tamaños una dentro de la otra y hasta el fondo había una mucho más pequeña que todas envuelta en papel dorado.

Al abrirla me dio risa porque eran 6 boletos de avión a París y porque ése viaje lo habíamos planeado desde que terminamos la Universidad pero por una u otra razón no lo habíamos podido hacer.

- ¿De verdad ahora sí haremos a éste viaje? - grité emocionada.

- ¡Siiii...! - respondieron mis amigos al mismo tiempo.

- Nos vamos a París en dos semanas, así que tienen tiempo de hacer lo que sea que tengan que hacer y tú bonita tienes tiempo para avisar en tu trabajo ya que eres la que menos tiempo tiene porque te la pasas trabajando.

Nos abrazamos todos... siempre que íbamos de viaje a algún lado lo hacíamos juntos.. salimos de la cocina Pedro me iba abrazando, iba tan emocionada que no volteé hacía donde estaba aún mi jefe con su familia.

- Bonita, éste brindis es por ti - dijo Pedro levantando su copa de champaña y nosotros hicimos lo mismo... - ¡salud y que nunca se termine la bonita amistad que tenemos!.

- ¡Salud...! - dijimos todos al mismo tiempo.

- ¡Y ojalá que encuentres el amor!... pero que sea amor de verdad y no termines dejándo otra vez en el altar al novio, como hace cinco años porque terminas dándote cuenta que no lo amas - dijo Yazmin burlándose y todos también se empezaron a reír, incluso yo me reí.

Sentí que mi celular vibró, era mi jefe.... me había mandado un mensaje.

- ¡¡¡Te quiero en el estacionamiento ahora!!!

Levanté la vista hacia la mesa donde él estaba, pero ya no se encontraba ahí, ni su familia....

- Ahora regreso tengo que hacer una llamada, no tardo.

- Pero no tardes... - me dijo mi amigo Darío.

Salí del restaurante y caminé hasta el estacionamiento, miré a mi guapo jefe parado a un lado de su auto con cara de encabronado, pero cuando me miró subió al auto.

Me acerqué y subí del otro lado... apenas cerré la puerta cuando empezó a reclamarme como si estuviera celoso.

- ¡Te dije que no quería volver a ver que tu amiguito te abrazara!; ¡y no sólo te abrazó, te besó! en mi nariz y tú muy feliz - me estaba mirando a la cara con sus ojos rojos de coraje.

- Me felicitó por mi cumpleaños y no me besó, sólo me dio un piquito.

- ¡Mira Fernanda, sé muy bien lo que miré, no soy estúpido... tú eres mi mujer y no me gusta que otros cabrones manoseen lo que es mío!.

- ¿Perdoooon...? Yo no soy su mujer y no le pertenezco, no porque me acosté con usted tiene derecho sobre mí..

Miré que hizo sus manos puños para después darle un golpe al volante... después me volteó a ver y me apuntó con uno de sus dedos.

- Tú te convertiste en mi mujer desde el momento en que firmaste ése puto contrato y te entregaste a mí.... así que no hagas que me moleste contigo Fernanda.

A mí ése maldito no me iba amenazar, podría estar muy guapo, buenote y era un buen amante en la cama pero a mí no me iba a prohibir nada.

- En el contrato que me hizo firmar sólo decía que no debía decir nada de lo que pasó en su auto y de lo que pasara dentro o fuera de su oficina... así que no me esté amenazando... Prefiero terminar de una vez con esto tan absurdo y seguir con mi vida haciendo de cuenta que entre usted y yo, no pasó nada.

Iba abrir la puerta del auto pero él le puso el seguro automático. Me agarró fuerte del brazo, que hizo quejarme.

- ¡Tú no me mandarás al diablo sólo por tus putos huevos! ...así  que piensa bien lo que vas hacer Fernanda, por que si bajas de este auto... esto se acaba.

- Ésto se acaba de una vez y me alegra mucho, porque yo no pienso estar soportándolo sólo porque usted es un puto bipolar que piensa que por que cogí con usted tiene derecho sobre mí... así que abra la puta puerta...

Me miraba con mucho coraje, estaba segura que quería golpearme y apretarme el cuello hasta que dejara de respirar.

- ¡¡¡Qué abra la puta puerta porque mis amigos me esperan y no pienso quedarme aquí con usted el día de mi cumpleaños!!!. - dije levantando la voz.

Se pasó una mano por su cabeza y después volvió a golpear el volante... se quedó mirando al frente hasta que le quitó el seguro a la puerta para que bajara.

Bajé del auto cerrando la puerta con fuerza..

- Fernanda, espera - lo escuché decir.

- ¡Púdrase! - dije alejándome de ahí levantando mi dedito de en medio...

Cuando llegué hasta la puerta del restaurante suspiré hondo y sacudí mis manos para relajarme... caminé hasta donde estaban mis amigos.

- ¡Ya regresé...! - dije sentándome en mi silla.

- Estamos planeando ir a pasar tu cumpleaños al bar ¿qué te parece? - me dijo Adrián.

- Por mí está bien, quiero pasar un cumpleaños inolvidable, no todos los días se cumplen 23 años - dije tomando mi champaña.

No quería arruinar mi cumpleaños sólo por que a mi estúpido jefe no le gustaba que mis amigos me abrazaran.

Nos quedamos ahí en el restaurante hasta que cerró, ya los seis estábamos algo ebrios... siempre que uno de nosotros cumplía años festejábamos hasta amanecer.

Apenas se hizo de noche y nos fuimos al bar de siempre y seguimos la fiesta. Estábamos bebiendo mucho, miré la hora, ya casi eran las 4 de la mañana.

En mi teléfono tenía más de 20 llamadas perdidas de mi jefe y un mensaje... a pesar de que ya estaba borracha, no abrí el mensaje y guarde mi celular en la bolsa.

- Creo que ya es hora de irme ya casi amanece.

- ¿Ya tan pronto bonita? si la estamos pasando muy bien... - me dijo Pedro.

- Si, creo que ya fue mucho alcohol por hoy.

- Está bien, entonces ya hay que irnos a descansar... pero como nadie trae auto nos iremos en un taxi... si quieren se pueden quedar en mi departamento. - volvió a decir Pedro.

- Si...  mi departamento está muy lejos.. - comentó Karla.

Salimos los seis de ése bar y nos fuimos al departamento de Pedro, él tenía más dinero que todos y su departamento era muy grande, contaba con tres habitaciones... porque ahí se quedaban sus padres y su hermana cuando venían a verlo.

Yo me quedé con Pedro en su cuarto, Yazmin con Adrián y Karla con Darío...

Pedro nunca se propasaba conmigo, ni cuando nos emborrachábamos... él tenía su novia en el pueblo, ya tenían tres años de novios... y aveces ella también venía a verlo cuando él no podía ir a verla.

Contrato de sexo con mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora